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Mayores Hoy
Sesenta años dedicada al estudio de la alimentación
Lucrecia Zurdo Regio
ucrecia vive sola en el Lucrecia Zurdo tiene ochenta y que me apliqué demasiado en la
madrileño barrio de cocina y, tras tener a mi primer hijo,
cuatro años de vitalidad y juventud
Malasaña y, a pesar de pesaba 78. Empecé a ir a médicos,
ser una mujer mayor, tie- acumulada. Ella no tiene arrugas, siempre con régimenes y dietas, lo
ne la fuerza y la activi- sino sabiduría, y un aspecto que poco que perdía lo volvía a ganar. A
dad de muchos jóvenes. los veintisiete años pesaba 95 kilos.
cualquiera puede envidiar porque
Su tarjeta de presenta- Tenía mucha ilusión y estaba muy
emana armonía y experiencia. Ha
Lción: Profesora de Belle- enamorada pero no lograba encontrar
za y Estética; Especialista en Nuevas tenido una vida repleta de trastor- la solución para volver a tener mi
Técnicas Culinarias; Diplomada en nos físicos y dificultades pero una cuerpo. No sabía lo que me pasaba;
Cocina por la Dirección del Comercio era desesperante. Un médico, otro,
enfermedad tan común como la
Alimentario, Premio Nacional de otro... Así estuve catorce años. Des-
Minutas Equilibradas, Premiada por obesidad fue determinante para pués de aquel tiempo un doctor me
FHOEMO -Asociación de Osteoporo- que Lucrecia comenzase a estudiar empezó a medicar con anfetaminas
sis y Enfermedades Metabólicas Óse- para que me anularan el apetito, y en
e investigar sobre la alimentación.
as- varios años, y escritora. Quizá no vez de quitarme el hambre, me qui-
Hoy afirma y mantiene que la coci-
sea médico o no tenga el título de taron la tranquilidad y el sueño, has-
nutricionista, pero sabe a la perfec- na puede ser la mejor medicina. ta tal punto que acabé en manos de
ción lo que el cuerpo humano debe o un psiquiatra que decidió que me
no debe tomar. Está claro que, en sometiera a una cura de sueño en un
numerosas ocasiones, la vida es la centro de enfermedades psicológi-
mejor escuela y lo que uno ha vivido, cas. Allí estuve un mes pero me tra-
la más práctica experiencia. taron con barbitúricos, tomaba hasta
diez pastillas para dormir pero no
– Lucrecia, ¿de dónde viene su afición lograba pegar ojo, y cuando lo hacía
a la cocina? era como si flotase. Me vi inmersa en
Desde que tenía cinco años me una depresión enorme.
encantaba observar y escuchar a mi
madre mientras cocinaba. Éramos – ¿Y qué fue lo que le devolvió las
una familia numerosa y todos debía- ganas de vivir?
mos ayudar pero a mí me gustaba En el momento más dramático apa-
especialmente. Pasaron los años y rece una solución y la cocina fue mi
me casé, con 48 kilos y una ilusión salvación. Yo tenía que cocinar sen-
tremenda. Tal era mi felicidad y mi tada porque apenas podía moverme,
Texto y fotos: Cristina Mª Alarcon
ansia de tener contento a mi marido mis hijos me ayudaban y empecé a
“Hay que dar vida a los años con una
gastronomía adecuada”
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