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guerreros. Por su parte, los soberanos ta para ayudarla a soportar el trance y
se construyen residencias en conven- el propio alumbramiento. También se
tos y monasterios y recintos palaciales ocupaban de lavar al niño, de mante-
que sirven de recreo, caso de pabello- ner el calor en las habitaciones y de
nes de caza. fajarlo con vendas, tal y como vemos
en representaciones pictóricas del
De todos, o de casi todos ellos, hay momento.
o ha habido ejemplos en Segovia: el
Alcázar o los Castillos de Coca o Cue- Los bautizos y las fiestas con moti-
llar son castillos-palaciales. La noble- vo del natalicio eran especialmente
za cuenta con no pocas casas señoria- vistosos, realizándose incluso corte-
les en la ciudad, lo mismo que el cle- jos hasta las iglesias. Los primeros
ro. El Monasterio de San Antonio el años los hijos y las hijas estarían al
Real fue palacio de caza de Enrique cuidado de la madre, ayudada por
IV, y tanto éste como su hermana Isa- nodrizas y preceptores, hasta que a
bel la Católica contaron con una par- partir de los diez a los catorce años
te residencial en monasterios como El los hijos empezaban a tomar caminos
Parral, el Convento de Santa Cruz y diferentes.
San Antonio el Real.
Pintura sobre tabla. Alcázar de Segovia Las hijas destinadas a la vida reli-
Fragmentos arquitectónicos muy giosa ingresaban siendo niñas en los
diversos –capiteles, yeserías, pinturas cenobios aprendiendo a servir a Dios.
murales, piezas de techumbres, y ban las parteras que cuidaban de la Las destinadas al matrimonio partían
herrajes de puertas, - ilustran esta correcta alimentación de la parturien- a casa del marido mucho antes de
parte de la exposición, mostrando, poder consumarse éste. La
además la recepción de los dos gran- vida de la mujer casada era
des estilos europeos de entonces en muy difícil: recluida en el
la arquitectura civil hispana, el gineceo doméstico, partici-
Románico y el Gótico, a los que se pando contadas veces de la
unen las influencias del mundo vida pública, ocupada del
musulmán. hogar y de propiciar conti-
nuos embarazos, supervi-
NACER, VIVIR Y MORIR sando los cuidados de los
hijos más pequeños, llevaba
La vida era muy distinta de la nues- una vida de sometimiento y
tra ya desde el nacimiento y la infan- servicio al marido. Alcanzar la
cia. La perpetuación del linaje, la alta viudedad era para muchas de ellas
mortandad infantil y el fin mismo del un alivio y en países como Francia
matrimonio, movían al caballero las grandes damas pagaban un tribu-
medieval a tener una amplia descen- to al rey para que no las obligara a
dencia. casarse de nuevo, puesto que
constituían el mayor atractivo
El embarazo era un tiempo de para aquellos caballeros que
incertidumbre; sólo se podía hacer un buscaban fortuna.
cálculo aproximado de cuándo nace-
ría la criatura y el momento del parto El niño, si era el primogéni-
era especialmente temido por los ries- to, comenzaba a participar de
gos que conllevaba. Los partos se la vida paterna. Si era un
hacían en la propia casa y a él ayuda- segundón tendrían que servir
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