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así lo entiende) y es un ser autosufi- algún modelo existente. Cuando ese Pero, ¿es verdad que solo es eso?.
ciente. Sin embargo, la vuelven a hacer modelo no existe, o es difícilmente Como mujer que no puede subir unas
dependiente de ella, de la familia, en el identificable, el proceso se frustra o se escaleras, digo que no. No es solo eso
momento en el que quiere hacer uso hace largo, lo suficientemente largo y el subconsciente colectivo lo sabe de
de su derecho a decidir sobre sí mis- como para que surjan situaciones de alguna manera porque, si no fuera así,
ma. Vaya paradoja... Pero, además, dependencia patológica, desconcierto, el problema estaría resuelto desde
curiosamente, también se la presupone vulnerabilidad, debilidad, infantilismo, hace siglos: no existirían escaleras, ni
dependiente de su marido, persona etc.Y en esa isla nos quedamos muchas las mujeres serían maltratadas.
con discapacidad a su vez, puesto que de nosotras, y ahí es donde fácilmente
ignoran su presencia como si fuera emergen las situaciones de violencia Cualquiera que sea el posiciona-
incapaz de hacer una valoración “razo- de las que desde hace tiempo vengo miento que se adopte, y que marque las
nablemente seria”. hablando. Es en ese caldo revuelto y futuras actuaciones, deberá ser fruto
turbio, o del camino que lleva a la toma de la libertad, sin coacción, individual y
DOS ROLES de conciencia, donde se dan los mayo- no militante. Único e intransferible. Es
CULTURALES res índices de violencia hacia mujeres el derecho primario e incuestionable
con discapacidad. Parece que no somos que toda persona (también las perso-
Se mezclan así dos imágenes; dos for- nada más que lo que dicen que somos; nas con discapacidad) posee y que a la
mas de ver y de ser vistas: la discapaci- seres imperfectos, dependientes y vez delimita el margen que separa a un
dad, donde no importa que seas mujer débiles; seres en "estado vegetativo" e vegetal de un ser humano.
u hombre, y el género, donde sí impor- “indefensos” y por lo tanto una cate-
ta si eres mujer u hombre (al margen de goría inferior de miembro de la socie- AUTODETERMINACIÓN
si eres ciega/o o coja/o).Y esas dos imá- dad. Esto deriva de la imagen victimiza-
genes se dan a la vez creando un efecto da y débil que la sociedad promueve de Y en este punto, surge una aproxi-
de mirada borracha de tal manera que las personas con discapacidad y que se mación que considero innovadora que
pareciera que ora se superponen, ora acentúa en las mujeres por ser ellas las es la del ejercicio de la autodetermina-
se desdoblan... que, dicen, incorporan todas esas ción como procedimiento para la vida
características per se. independiente por parte de aquellas
Vivir en esta confusión permanente personas que, por definición, son
no lleva nada más que a la generación DIRIGIR LA PROPIA dependientes.
de actitudes injustas, discriminadoras y VIDA
crueles como la descrita anterior- Se tiende a confundir vida indepen-
mente. ¿Qué puede interferir en este pro- diente con vida autónoma en el senti-
ceso para cambiarlo? do dinámico. Es un elemento esencial,
Se espera que, como ser con disca- el de la movilidad y autonomía física,
pacidad sea sumisa, dependiente y sin No hay posibilidad de cambio si no dentro del concepto de vida indepen-
género, pero cuando se me otorga el existe una afirmación y reconocimien- diente, sin embargo, no debería con-
género, se me otorga todo lo negativo: to de una realidad que me implica e fundirse con él por desvirtuar su ver-
la dependencia, la debilidad y la sumi- interactúa conmigo. Además, ese reco- dadera esencia.
sión y no lo positivo: la singularidad, la nocimiento tiene que llevar a un afian-
maternidad, la feminidad, la sensuali- zamiento de mi persona, de mi exis- La radicalidad, la innovación y la
dad, la sensibilidad, etc. Estamos, las tencia como individuo. Esa toma de trasgresión de la filosofía del Movi-
mujeres, entre dos roles culturales que conciencia resulta más difícil en una miento de Vida Independiente no está
nos abocan a la confusión y a un senti- mujer desde el momento en el que nos en poder rodearse de un entorno
miento de no pertenencia a ninguna movemos en dos planos muy imbrica- accesible y a la medida, no sólo es eso,
parte, de falta de identidad o, al menos, dos en la cultura y por lo tanto en el (que también), sino, principal e incues-
de identificación confusa, si es que eso subconsciente social. Nadie debe deci- tionablemente, tener conciencia del
puede darse sin resultar una contra- dir en última instancia por otra perso- derecho a controlar la propia vida en
dicción. na ni tiene derecho a dirigir ninguna el mismo grado, al menos, que se le
vida, si, como se dice hasta el hartazgo, reconoce a cualquier otro ser humano.
Es muy difícil, ante este panorama, somos poseedores de los mismos
que se nos desvincule de lo que presu- derechos que los demás y que lo único Y a partir de aquí, desde el auto
ponen son nuestros cordones umbili- que nos diferencia, dicen, en el caso de reconocimiento como ser social (con
cales que nos permiten vivir, es decir, personas con discapacidad física, es no lo que ello conlleva) y el reconoci-
nuestros padres, parejas o cuidadores. poder subir unas escaleras o, en el miento por parte de la sociedad del
caso de las mujeres, pertenecer a un derecho a autodeterminar la propia
Una mujer que pasa por un proceso sexo más débil. vida, se puede comenzar a hablar y a
de toma de conciencia en busca de su tomar decisiones. De tú a tú, mirándo-
identidad; que quiere ubicarse en esta nos de frente y sin desviar la mirada a
sociedad, tiende a identificarse con quien en ese momento me acompañe.
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así lo entiende) y es un ser autosufi- algún modelo existente. Cuando ese Pero, ¿es verdad que solo es eso?.
ciente. Sin embargo, la vuelven a hacer modelo no existe, o es difícilmente Como mujer que no puede subir unas
dependiente de ella, de la familia, en el identificable, el proceso se frustra o se escaleras, digo que no. No es solo eso
momento en el que quiere hacer uso hace largo, lo suficientemente largo y el subconsciente colectivo lo sabe de
de su derecho a decidir sobre sí mis- como para que surjan situaciones de alguna manera porque, si no fuera así,
ma. Vaya paradoja... Pero, además, dependencia patológica, desconcierto, el problema estaría resuelto desde
curiosamente, también se la presupone vulnerabilidad, debilidad, infantilismo, hace siglos: no existirían escaleras, ni
dependiente de su marido, persona etc.Y en esa isla nos quedamos muchas las mujeres serían maltratadas.
con discapacidad a su vez, puesto que de nosotras, y ahí es donde fácilmente
ignoran su presencia como si fuera emergen las situaciones de violencia Cualquiera que sea el posiciona-
incapaz de hacer una valoración “razo- de las que desde hace tiempo vengo miento que se adopte, y que marque las
nablemente seria”. hablando. Es en ese caldo revuelto y futuras actuaciones, deberá ser fruto
turbio, o del camino que lleva a la toma de la libertad, sin coacción, individual y
DOS ROLES de conciencia, donde se dan los mayo- no militante. Único e intransferible. Es
CULTURALES res índices de violencia hacia mujeres el derecho primario e incuestionable
con discapacidad. Parece que no somos que toda persona (también las perso-
Se mezclan así dos imágenes; dos for- nada más que lo que dicen que somos; nas con discapacidad) posee y que a la
mas de ver y de ser vistas: la discapaci- seres imperfectos, dependientes y vez delimita el margen que separa a un
dad, donde no importa que seas mujer débiles; seres en "estado vegetativo" e vegetal de un ser humano.
u hombre, y el género, donde sí impor- “indefensos” y por lo tanto una cate-
ta si eres mujer u hombre (al margen de goría inferior de miembro de la socie- AUTODETERMINACIÓN
si eres ciega/o o coja/o).Y esas dos imá- dad. Esto deriva de la imagen victimiza-
genes se dan a la vez creando un efecto da y débil que la sociedad promueve de Y en este punto, surge una aproxi-
de mirada borracha de tal manera que las personas con discapacidad y que se mación que considero innovadora que
pareciera que ora se superponen, ora acentúa en las mujeres por ser ellas las es la del ejercicio de la autodetermina-
se desdoblan... que, dicen, incorporan todas esas ción como procedimiento para la vida
características per se. independiente por parte de aquellas
Vivir en esta confusión permanente personas que, por definición, son
no lleva nada más que a la generación DIRIGIR LA PROPIA dependientes.
de actitudes injustas, discriminadoras y VIDA
crueles como la descrita anterior- Se tiende a confundir vida indepen-
mente. ¿Qué puede interferir en este pro- diente con vida autónoma en el senti-
ceso para cambiarlo? do dinámico. Es un elemento esencial,
Se espera que, como ser con disca- el de la movilidad y autonomía física,
pacidad sea sumisa, dependiente y sin No hay posibilidad de cambio si no dentro del concepto de vida indepen-
género, pero cuando se me otorga el existe una afirmación y reconocimien- diente, sin embargo, no debería con-
género, se me otorga todo lo negativo: to de una realidad que me implica e fundirse con él por desvirtuar su ver-
la dependencia, la debilidad y la sumi- interactúa conmigo. Además, ese reco- dadera esencia.
sión y no lo positivo: la singularidad, la nocimiento tiene que llevar a un afian-
maternidad, la feminidad, la sensuali- zamiento de mi persona, de mi exis- La radicalidad, la innovación y la
dad, la sensibilidad, etc. Estamos, las tencia como individuo. Esa toma de trasgresión de la filosofía del Movi-
mujeres, entre dos roles culturales que conciencia resulta más difícil en una miento de Vida Independiente no está
nos abocan a la confusión y a un senti- mujer desde el momento en el que nos en poder rodearse de un entorno
miento de no pertenencia a ninguna movemos en dos planos muy imbrica- accesible y a la medida, no sólo es eso,
parte, de falta de identidad o, al menos, dos en la cultura y por lo tanto en el (que también), sino, principal e incues-
de identificación confusa, si es que eso subconsciente social. Nadie debe deci- tionablemente, tener conciencia del
puede darse sin resultar una contra- dir en última instancia por otra perso- derecho a controlar la propia vida en
dicción. na ni tiene derecho a dirigir ninguna el mismo grado, al menos, que se le
vida, si, como se dice hasta el hartazgo, reconoce a cualquier otro ser humano.
Es muy difícil, ante este panorama, somos poseedores de los mismos
que se nos desvincule de lo que presu- derechos que los demás y que lo único Y a partir de aquí, desde el auto
ponen son nuestros cordones umbili- que nos diferencia, dicen, en el caso de reconocimiento como ser social (con
cales que nos permiten vivir, es decir, personas con discapacidad física, es no lo que ello conlleva) y el reconoci-
nuestros padres, parejas o cuidadores. poder subir unas escaleras o, en el miento por parte de la sociedad del
caso de las mujeres, pertenecer a un derecho a autodeterminar la propia
Una mujer que pasa por un proceso sexo más débil. vida, se puede comenzar a hablar y a
de toma de conciencia en busca de su tomar decisiones. De tú a tú, mirándo-
identidad; que quiere ubicarse en esta nos de frente y sin desviar la mirada a
sociedad, tiende a identificarse con quien en ese momento me acompañe.
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