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¿Qué sería en este estadio ulterior,
entonces, la discapacidad? Si no es esto
que nos dicen y hemos llegado a sentir,
¿en qué consiste o en qué debe consis-
tir entonces la experiencia de la disca-
pacidad, si es que debe seguir siendo
algo, tener alguna entidad? A estos inte-
rrogantes, que se sepa, que yo sepa al
menos, no responde el movimiento de
vida independiente; pero este aparente
déficit, esta ausencia discursiva y pres-
criptiva no debe ser considerada como
una privación, como algo en sí mismo
negativo. Ni mucho menos. Puede, claro
está, determinar sentimientos de orfan-
dad, de desorientación y pérdida, en
aquéllos de nosotros para quienes el
sistema tradicional de la discapacidad,
por más restrictivo y oneroso que fue-
ra, representaba por lo menos un cobi-
jo, un resguardo, en el que podíamos
alojarnos. Nos dispensaba la ventaja de
una identidad, de una función, de un
modo de ser y comportarse, de un lugar
en el mundo. Sabíamos quiénes éramos
y qué éramos para los demás. Desman-
telado el sistema de la discapacidad, nos
queda sólo la anchura extrema de las
regiones inexploradas, y la libertad
como plano y guía.
PRÁCTICA DE LIBERTAD
La vida independiente ha desencadenado una revisión del estatuto presente de la dis- La discapacidad, si es que podemos
capacidad, que más allá de una mera y transitoria creación intelectual, constituye un adelantar algo, consistiría entonces en
sistema que ordena y regula vidas, experiencias, ideas y valores una práctica de libertad, cuyos resulta-
dos serían siempre dudosos, en la medi-
PRÁCTICA VITAL parte y aplica que la práctica vital de una da en que el futuro resulta incierto. La
serie de personas con discapacidad que discapacidad consistiría entonces, por
La vida independiente, como resultado ha coincidido en el espacio y en el tiem- qué no, una posibilidad para una vida
de la práctica vital de determinadas per- po, ha sido uno de los factores más ope- creativa, un factor más dentro de una
sonas con discapacidad, que se han rea- rativos en el proceso de impugnación de más amplia ética y estética de la exis-
propiado por vía de los hechos, por vía de la discapacidad en el que nos hallamos tencia. Y no porque la discapacidad fue-
la acción concreta, del discurso sobre lo inmersos. Un desmantelamiento que no se en sí misma algo valioso, deseable (no
que son y lo que hacen, ha desencadena- ofrece, acertadamente, modelos alternati- es cuestión de incurrir en esos sofis-
do una revisión del estatuto presente de vos por anticipado, sino que, se diría, deja mas), sino porque la posición de través
la discapacidad, que más allá de una mera al albur, a la creación y a la invención de que ocupan las personas con discapaci-
y transitoria creación intelectual, consti- cada cual, el modo en que ha de encarar dad en el tejido social, da pie a ejercicios
tuye un sistema que ordena y regula el hecho material de la discapacidad en su impredecibles de libertad. El movimien-
vidas, experiencias, ideas y valores. Visto persona y en su vida. No se trata tanto de to de vida independiente, sin saberlo y
así, el movimiento de vida independiente, qué sea la discapacidad, como de qué acaso sin quererlo, como suceden las
que es menos una doctrina que uno com- haremos con lo que ésta sea. cosas mejores, nos ha situado, a las per-
sonas con discapacidad, en las inmedia-
ciones del vértigo que sienten los que
crean y ejercen su libertad.
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¿Qué sería en este estadio ulterior,
entonces, la discapacidad? Si no es esto
que nos dicen y hemos llegado a sentir,
¿en qué consiste o en qué debe consis-
tir entonces la experiencia de la disca-
pacidad, si es que debe seguir siendo
algo, tener alguna entidad? A estos inte-
rrogantes, que se sepa, que yo sepa al
menos, no responde el movimiento de
vida independiente; pero este aparente
déficit, esta ausencia discursiva y pres-
criptiva no debe ser considerada como
una privación, como algo en sí mismo
negativo. Ni mucho menos. Puede, claro
está, determinar sentimientos de orfan-
dad, de desorientación y pérdida, en
aquéllos de nosotros para quienes el
sistema tradicional de la discapacidad,
por más restrictivo y oneroso que fue-
ra, representaba por lo menos un cobi-
jo, un resguardo, en el que podíamos
alojarnos. Nos dispensaba la ventaja de
una identidad, de una función, de un
modo de ser y comportarse, de un lugar
en el mundo. Sabíamos quiénes éramos
y qué éramos para los demás. Desman-
telado el sistema de la discapacidad, nos
queda sólo la anchura extrema de las
regiones inexploradas, y la libertad
como plano y guía.
PRÁCTICA DE LIBERTAD
La vida independiente ha desencadenado una revisión del estatuto presente de la dis- La discapacidad, si es que podemos
capacidad, que más allá de una mera y transitoria creación intelectual, constituye un adelantar algo, consistiría entonces en
sistema que ordena y regula vidas, experiencias, ideas y valores una práctica de libertad, cuyos resulta-
dos serían siempre dudosos, en la medi-
PRÁCTICA VITAL parte y aplica que la práctica vital de una da en que el futuro resulta incierto. La
serie de personas con discapacidad que discapacidad consistiría entonces, por
La vida independiente, como resultado ha coincidido en el espacio y en el tiem- qué no, una posibilidad para una vida
de la práctica vital de determinadas per- po, ha sido uno de los factores más ope- creativa, un factor más dentro de una
sonas con discapacidad, que se han rea- rativos en el proceso de impugnación de más amplia ética y estética de la exis-
propiado por vía de los hechos, por vía de la discapacidad en el que nos hallamos tencia. Y no porque la discapacidad fue-
la acción concreta, del discurso sobre lo inmersos. Un desmantelamiento que no se en sí misma algo valioso, deseable (no
que son y lo que hacen, ha desencadena- ofrece, acertadamente, modelos alternati- es cuestión de incurrir en esos sofis-
do una revisión del estatuto presente de vos por anticipado, sino que, se diría, deja mas), sino porque la posición de través
la discapacidad, que más allá de una mera al albur, a la creación y a la invención de que ocupan las personas con discapaci-
y transitoria creación intelectual, consti- cada cual, el modo en que ha de encarar dad en el tejido social, da pie a ejercicios
tuye un sistema que ordena y regula el hecho material de la discapacidad en su impredecibles de libertad. El movimien-
vidas, experiencias, ideas y valores. Visto persona y en su vida. No se trata tanto de to de vida independiente, sin saberlo y
así, el movimiento de vida independiente, qué sea la discapacidad, como de qué acaso sin quererlo, como suceden las
que es menos una doctrina que uno com- haremos con lo que ésta sea. cosas mejores, nos ha situado, a las per-
sonas con discapacidad, en las inmedia-
ciones del vértigo que sienten los que
crean y ejercen su libertad.
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