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AFONDO ducta que bien por su intensidad, Retomando los números, tene-
frecuencia o duración provoca que mos un grupo de personas en el que
Discapacidad la seguridad física de la persona o de casi la mitad de ellas (un 40%) presen-
Intelectual y los demás se encuentre en peligro, o ta problemas de salud mental. Bien
Salud Mental la conducta que limite el acceso y la por enfermedades mentales, bien por
participación en la comunidad. alteraciones de conducta o ambas.
Si volvemos a analizar la tabla 1
del estudio de Cooper, observare- Como se desprende de esta defi- Cuando decimos ambas nos
mos que de ese 40% de problemas nición, las alteraciones de conduc- referimos a los equivalentes conduc-
de salud mental, el 22% es expli- ta comparten con las enfermedades tuales, pues es muy frecuente que
cado por las alteraciones de con- mentales el terrible malestar que alteraciones de conducta equivalgan
ducta. O dicho de otra manera, si suponen para el individuo, pero es a síntomas cognitivos de la enferme-
como nos dicta la OMS en su defi- la exteriorización de este malestar la dad mental, como por ejemplo en la
nición quitamos las enfermedades que restringe aún más el acceso a la depresión, donde a mayor discapaci-
mentales, seguimos encontrando comunidad y que además supone un dad más probabilidad de que en lugar
un elevado porcentaje de “malestar reto añadido para los familiares y los de un sentimiento profundo de tris-
mental” materializado en la presen- servicios de atención. teza aparezca una mayor irritabilidad.
cia de las alteraciones de conducta.
Si de nuevo retomamos el mode- Así, enfermedad mental y salud
Las enfermedades mentales en lo de la CIF y situamos las alteracio- mental se difuminan conformando
las personas con discapacidad inte- nes de conducta entre el individuo un todo, que de nuevo difumina la
lectual deben ser diagnosticadas y su entorno, podemos vislumbrar barrera entre un individuo vulne-
y atendidas de manera adecuada, cómo parte del fenómeno reside rable y un entorno “iatrogénico”,
pero las alteraciones de conducta, en la persona, pero también cómo dando las alteraciones de conducta
de origen más difuso y no tan estu- mucho de él se encuentra en un más peso a éste último.
diadas por ser casi exclusivas de entorno ajeno, incomprensible y en
este colectivo, representan la gran ocasiones hostil. Aunque el propio malestar de un
alerta del malestar de las personas colectivo concreto ya es condición
con discapacidad intelectual. Por ejemplo, la esclerosis tuberosa, suficiente para que se desarrollen,
además de cursar con discapacidad como ya se está haciendo, interven-
La definición de uno de los más intelectual, presenta una mayor vul- ciones en este sentido, las consecuen-
importantes teóricos de este ámbito, nerabilidad a la “heteroagresividad” cias de esta situación van más allá de
Eric Emerson, es la de aquella con- (fenotipo conductual de la esclerosis la afectación individual.
tuberosa), pero si ésta no se encuentra
con un entorno que le frustre no ten- En nuestro artículo Family
drían porqué aparecer alteraciones de impact in individuals with intellec-
conducta “heteroagresivas”. tual disability, mental health disor-
ders and dual diagnosis. A compa-
O una visión aún más global, la rison (2011) analizamos la carga
de los anglosajones, que no hablan familiar de cuidadores informales
de alteraciones de conducta sino de de personas con esquizofrenia, cui-
conductas desafiantes (challenging dadores informales de personas con
behaviours), ejemplificando así su discapacidad intelectual y cuidado-
visión de que éstas se dan como desa- res informales de personas con dis-
fío a un sistema, como un lenguaje capacidad intelectual y problemas
paralelo de que esto no nos gusta y de salud mental, encontrando una
no lo queremos. carga familiar significativamente
mayor en el último grupo.
Y quedando esto aún más paten-
te en el hecho de que las alteraciones En otro estudio, Identification of
de conducta, o conductas desafian- personal factors that determine work
tes, se dan casi exclusivamente en las outcome for adults with intellectual
personas con discapacidad intelec- disability (2008) encontramos que
tual o en colectivos con una historia la presencia de problemas de salud
de marginación. mental era la principal barrera de
BIBLIOGRAFIA EMERSON, E., EINFELD. SL. Challenging Behaviour, 3rd Ed.
Cambridge: Cambridge University Press. 2011.
AAIDD (Eds.) Intellectual disability; definition, classification, and HARRIS JC. (1987). Behavioural phenotypes in mental retarda-
systems of supports, 11th ed. 2010. / Discapacidad Intelectual: defi- tion: unlearned behaviours. Adv Dev Disord; 1: 77106.
nición, clasificación y sistemas de apoyo. Madrid: Alianza Ensayo. MARTORELL A, GUTIÉRREZ-RECACHA P, IRAZÁBAL M, MARSÀ
2011. F, GARCÍA M. (2011) Family impact in individuals with intellectual
COOPER, S.A., SMILEY, E., MORRISON, J,, WILLIAMSON, A. disability, mental health disorders and dual diagnosis. A compari-
& ALLAN, L. (2007). Mental ill-health in adults with intellec- son. Research in Developmental Disabilities Epub ahe ad of print.
tual disabilities: Prevalence and associated factors. The British
Journal of Psychiatry 190: 27-35.
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frecuencia o duración provoca que mos un grupo de personas en el que
Discapacidad la seguridad física de la persona o de casi la mitad de ellas (un 40%) presen-
Intelectual y los demás se encuentre en peligro, o ta problemas de salud mental. Bien
Salud Mental la conducta que limite el acceso y la por enfermedades mentales, bien por
participación en la comunidad. alteraciones de conducta o ambas.
Si volvemos a analizar la tabla 1
del estudio de Cooper, observare- Como se desprende de esta defi- Cuando decimos ambas nos
mos que de ese 40% de problemas nición, las alteraciones de conduc- referimos a los equivalentes conduc-
de salud mental, el 22% es expli- ta comparten con las enfermedades tuales, pues es muy frecuente que
cado por las alteraciones de con- mentales el terrible malestar que alteraciones de conducta equivalgan
ducta. O dicho de otra manera, si suponen para el individuo, pero es a síntomas cognitivos de la enferme-
como nos dicta la OMS en su defi- la exteriorización de este malestar la dad mental, como por ejemplo en la
nición quitamos las enfermedades que restringe aún más el acceso a la depresión, donde a mayor discapaci-
mentales, seguimos encontrando comunidad y que además supone un dad más probabilidad de que en lugar
un elevado porcentaje de “malestar reto añadido para los familiares y los de un sentimiento profundo de tris-
mental” materializado en la presen- servicios de atención. teza aparezca una mayor irritabilidad.
cia de las alteraciones de conducta.
Si de nuevo retomamos el mode- Así, enfermedad mental y salud
Las enfermedades mentales en lo de la CIF y situamos las alteracio- mental se difuminan conformando
las personas con discapacidad inte- nes de conducta entre el individuo un todo, que de nuevo difumina la
lectual deben ser diagnosticadas y su entorno, podemos vislumbrar barrera entre un individuo vulne-
y atendidas de manera adecuada, cómo parte del fenómeno reside rable y un entorno “iatrogénico”,
pero las alteraciones de conducta, en la persona, pero también cómo dando las alteraciones de conducta
de origen más difuso y no tan estu- mucho de él se encuentra en un más peso a éste último.
diadas por ser casi exclusivas de entorno ajeno, incomprensible y en
este colectivo, representan la gran ocasiones hostil. Aunque el propio malestar de un
alerta del malestar de las personas colectivo concreto ya es condición
con discapacidad intelectual. Por ejemplo, la esclerosis tuberosa, suficiente para que se desarrollen,
además de cursar con discapacidad como ya se está haciendo, interven-
La definición de uno de los más intelectual, presenta una mayor vul- ciones en este sentido, las consecuen-
importantes teóricos de este ámbito, nerabilidad a la “heteroagresividad” cias de esta situación van más allá de
Eric Emerson, es la de aquella con- (fenotipo conductual de la esclerosis la afectación individual.
tuberosa), pero si ésta no se encuentra
con un entorno que le frustre no ten- En nuestro artículo Family
drían porqué aparecer alteraciones de impact in individuals with intellec-
conducta “heteroagresivas”. tual disability, mental health disor-
ders and dual diagnosis. A compa-
O una visión aún más global, la rison (2011) analizamos la carga
de los anglosajones, que no hablan familiar de cuidadores informales
de alteraciones de conducta sino de de personas con esquizofrenia, cui-
conductas desafiantes (challenging dadores informales de personas con
behaviours), ejemplificando así su discapacidad intelectual y cuidado-
visión de que éstas se dan como desa- res informales de personas con dis-
fío a un sistema, como un lenguaje capacidad intelectual y problemas
paralelo de que esto no nos gusta y de salud mental, encontrando una
no lo queremos. carga familiar significativamente
mayor en el último grupo.
Y quedando esto aún más paten-
te en el hecho de que las alteraciones En otro estudio, Identification of
de conducta, o conductas desafian- personal factors that determine work
tes, se dan casi exclusivamente en las outcome for adults with intellectual
personas con discapacidad intelec- disability (2008) encontramos que
tual o en colectivos con una historia la presencia de problemas de salud
de marginación. mental era la principal barrera de
BIBLIOGRAFIA EMERSON, E., EINFELD. SL. Challenging Behaviour, 3rd Ed.
Cambridge: Cambridge University Press. 2011.
AAIDD (Eds.) Intellectual disability; definition, classification, and HARRIS JC. (1987). Behavioural phenotypes in mental retarda-
systems of supports, 11th ed. 2010. / Discapacidad Intelectual: defi- tion: unlearned behaviours. Adv Dev Disord; 1: 77106.
nición, clasificación y sistemas de apoyo. Madrid: Alianza Ensayo. MARTORELL A, GUTIÉRREZ-RECACHA P, IRAZÁBAL M, MARSÀ
2011. F, GARCÍA M. (2011) Family impact in individuals with intellectual
COOPER, S.A., SMILEY, E., MORRISON, J,, WILLIAMSON, A. disability, mental health disorders and dual diagnosis. A compari-
& ALLAN, L. (2007). Mental ill-health in adults with intellec- son. Research in Developmental Disabilities Epub ahe ad of print.
tual disabilities: Prevalence and associated factors. The British
Journal of Psychiatry 190: 27-35.
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