Page 15 - 85
P. 15
en algunas personas, de caer mal, quitándome el apetito. Con todo este mal estar y una dieta
adelgacé, finalmente… SI, POR FIN LO LOGRÉ!. Con mucho esfuerzo, dieta y ejercicio perdí
25 kilos, y en abril de 2014 me dieron el alta, me dijeron que no debería preocuparme que eso
no debería volver a pasar, simplemente que me cuidara.
Leí a una compañera una frase que decía que esta enfermedad es como un cursillo
intensivo de la vida, y no puedo estar más de acuerdo con ella. Pasas de ser una niña que
simplemente vive una vida normal, a vivir una vida que no reconoces como tuya, y a la que
debes acostumbrarte en un lapso de tiempo muy breve.
“Me han vuelto a diagnosticar Hipertensión Intracraneal Idiopática”
Actualmente, resido en Madrid, y me han vuelto a diagnosticar Hipertensión
Intracraneal Idiopática. Me volvieron a realizar la dichosa punción lumbar. En esta ocasión no
tuve tanta suerte… Me la hicieron unos chicos en prácticas y fue un verdadero desastre:
Estuve medio día, faltaban camas, se le derramaron los botes de mi líquido cefalorraquídeo,
me mandaron a casa con un dolor de cabeza espantoso, vomitando del dolor y sin ni siquiera
darme pastillas para tratarlo y para colmo, me causaron Hipotensión, fue horrible.
Estuve más hundida que nunca, sobre todo al principio, cuando crees que lo has
superado todo y vuelves al principio, al inicio.
“Sí, soy una chica grande pero, NO soy una chica obesa”
Hablé con la Neuro-Oftalmóloga (por primera vez en toda la enfermedad) y me dijo que
no me cerrase a nada. Me prescribió Topiramato pero si no me funcionaba, me operaba sin
pensarlo dos veces, y si eso no funcionaba me pondría un balón gástrico. Como dato, he de
decir que mi peso máximo ha sido 90 kilos y mi medida es 1,72 m. Sí, soy una chica grande,
pero no soy una chica obesa, no entiendo esta enfermedad, cuando intento explicar a la
gente, a mi familia, mi enfermedad, es muy complicado explicarla ya que ni yo misma lo
entiendo.
He de agradecer y alabar a mi familia y a mi pareja todo lo que hacen por mí, por mis
días buenos, y sobre todo por los malos, porque saben que esto no es fácil. Y por tirar del
carro cuando yo apenas puedo, no es fácil ni para ellos ni para mí, lo veo en sus ojos, la
preocupación por mí, cuando aparecen por la puerta del hospital y me dicen “Carmen, tu
puedes con esto y con más” y yo digo “y con lo que me echen” y juro que así será.
Benditas madres, la mía, aunque ella no lo sepa es la mejor que podría haberme
tocado. Saca adelante lo que le venga, lo ha demostrado toda su vida y conmigo ha estado en
todo momento, no me dejó en ningún momento. Mamá, sé que cuando nadie te ve, lloras…
en silencio. Sé que cuando íbamos a la capilla, rezabas por mí, y aun que yo no sea creyente,
gracias por tus oraciones.
Newsletter CREER Nº 85 Enero 2019 ~ 15 ~