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Por la tarde, le gusta jugar un rato con el perro en el jardín. económico. Nuestra comarca no
tiene demasiadas riquezas natura-
convicción de que tienen que estar —¿Y a los responsables de la cultu- les y aunque el aceite, si está bien
muy orgullosos de su patrimonio ra de esa población? elaborado es excelente y el vino
artístico y cultural y sobre todo de igual, el terreno muy accidentado
sus peculiaridades, aunque no gus- Que la inversión en cultura es no permite demasiados cultivos
ten a los uniformadores acérrimos. rentable, no sólo a nivel personal, extensivos y además, la producción
sino también colectivo e incluso es cara. La ganaderia siempre ha
sido una buena fuente de ingresos,
pero ya está el territorio muy satu-
rado y existen problemas de resí-
duos. En cambio, el potencial eco-
nómico que surge del turismo, de
un turismo culto y exigente, es
enorme y ello implica proteger
mejor los monumentos, los pobla-
dos ibéricos, los restos mágicos
como la “Roca Cavallera”, la pro-
moción mediante folletos, congre-
sos, etc. de nuestros atractivos cul-
turales, de nuestra historia y de las
peculiaridades que nos diferencian
de los demás; eventos como el Pri-
mer Congreso Nacional El Mata-
rranya Mágico vienen muy bien,
porque potencian la llegada de un
turismo de calidad.
Personas como Miquel Blanc
Grau hacen que una comarca
comience a considerar sus múltiples
valores, desde el patrimonio históri-
co-artístico y arqueológico, a las
demás tradiciones socio-culturales,
de sus pueblos. Es necesario con-
versar con hombres como él, que
han sabido aglutinar en forma de
letras y palabras el sentir de las
gentes del Matarranya, motivándo-
les a conservar esas tradiciones
aprehendidas de sus antepasados,
como muestras inequívocas de un
activo que hoy, ya en el siglo XXI,
continúan vigentes. Con libros como
los de Miquel Blanc están garanti-
zadas estas raíces. Animemos a
otros eruditos de diferentes lugares
de la geografía hispana, a seguir los
sabios consejos de nuestro protago-
nista.
Sesenta y más 57
tiene demasiadas riquezas natura-
convicción de que tienen que estar —¿Y a los responsables de la cultu- les y aunque el aceite, si está bien
muy orgullosos de su patrimonio ra de esa población? elaborado es excelente y el vino
artístico y cultural y sobre todo de igual, el terreno muy accidentado
sus peculiaridades, aunque no gus- Que la inversión en cultura es no permite demasiados cultivos
ten a los uniformadores acérrimos. rentable, no sólo a nivel personal, extensivos y además, la producción
sino también colectivo e incluso es cara. La ganaderia siempre ha
sido una buena fuente de ingresos,
pero ya está el territorio muy satu-
rado y existen problemas de resí-
duos. En cambio, el potencial eco-
nómico que surge del turismo, de
un turismo culto y exigente, es
enorme y ello implica proteger
mejor los monumentos, los pobla-
dos ibéricos, los restos mágicos
como la “Roca Cavallera”, la pro-
moción mediante folletos, congre-
sos, etc. de nuestros atractivos cul-
turales, de nuestra historia y de las
peculiaridades que nos diferencian
de los demás; eventos como el Pri-
mer Congreso Nacional El Mata-
rranya Mágico vienen muy bien,
porque potencian la llegada de un
turismo de calidad.
Personas como Miquel Blanc
Grau hacen que una comarca
comience a considerar sus múltiples
valores, desde el patrimonio históri-
co-artístico y arqueológico, a las
demás tradiciones socio-culturales,
de sus pueblos. Es necesario con-
versar con hombres como él, que
han sabido aglutinar en forma de
letras y palabras el sentir de las
gentes del Matarranya, motivándo-
les a conservar esas tradiciones
aprehendidas de sus antepasados,
como muestras inequívocas de un
activo que hoy, ya en el siglo XXI,
continúan vigentes. Con libros como
los de Miquel Blanc están garanti-
zadas estas raíces. Animemos a
otros eruditos de diferentes lugares
de la geografía hispana, a seguir los
sabios consejos de nuestro protago-
nista.
Sesenta y más 57