Page 89 -
P. 89
El arte británico, Richard Hamilton, Release Print. 1972, screan print and collage
sorprendentemente
universal artista británico Wyndham Lewis –a El catálogo
quien la Fundación dedicó una expo- “La isla del tesoro. Arte británico de
El arte británico, aprendemos a lo sición en 2010– había nacido en las
largo del ensayo principal del catálo- costas de Nueva Escocia en el yate Holbein a Hockney” está acompañada
go, a cargo de Richard Humphreys, de su padre, un norteamericano). La de un catálogo profusamente ilustrado,
comisario invitado de la exposición, crónica del arte específicamente bri- en dos ediciones, española e inglesa,
es el que encontramos en 1477 en tánico lo presenta, de entrada, como que contiene una fresca, pero rigurosa
Eton College, Berkshire; en el leja- sorprendentemente universal y, aun y completa introducción al arte, la
no Pomeiooc, en Norteamérica, en poseyendo innegables rasgos propios, historia y la cultura visual de Gran
1585; en la catedral de San Pablo las obras de sus protagonistas han Bretaña durante cinco siglos.
en Londres hacia 1712; en Lucknow nacido y han evolucionado al compás
(India) en 1784; en los Talleres de los acontecimientos históricos y Además del ensayo principal de
Omega de Roger Fry en 1913; en la artísticos. Richard Humphreys, los ensayos de
Whitechapel Gallery de Londres en Tim Blanning y Kevin Jackson anali-
1956, o en el estudio de Bacon en Al hilo del libro The Tate Britain zan la dimensión artística, histórica y
South Kensington en la década de Companion to British Art (2001), de literaria de un relato de enorme riqueza
1960. Humphreys, surgió la idea de que visual, pero poco conocido en su detalle.
la muestra se perfilara a modo de Además, cada una de las secciones del
Lejos de las excesivas rigideces de companion, ese género de libros tan catálogo (y de la exposición) incluye una
la pertenencia a escuelas nacionales, a prácticos (y tan anglosajones) que selección antológica de textos –algunos
un país, un estado, una nación o un introducen al conocimiento y al dis- inéditos hasta ahora en español– que ayu-
imperio –y sin necesidad de aventurar frute de un aspecto concreto del dan al lector a la mejor comprensión del
rasgos de una más que dudosa psico- saber. Se trataba de ensayar una contexto histórico y cultural de las obras.
logía del arte y de las naciones, de una suerte de March Companion to British Se trata de textos de artistas, ensayistas,
especie de fisiognómica nacional–, Art, eligiendo y reuniendo una serie historiadores y literatos, de muy diverso
una de las primeras sorpresas que de obras que guiaran y acompañaran tono y contenido: disposiciones legales
depara tal aproximación es compro- al público y al lector en su recorrido del Parlamento o la Monarquía, frag-
bar una especie de cosmopolitismo a –un recorrido estético con abundan- mentos de Pope, Peacham, Richardson,
la inversa: como delatan sus nombres, tes referencias literarias– por cinco Addison, Hume, Shaftesbury, Turner,
un considerable número de artistas siglos de arte británico: desde la Constable o Alexander Cozens; textos
extranjeros hizo de Gran Bretaña su actividad iconoclasta de los pietistas de Whistler, Ruskin o Morris; de Roger
lugar de residencia y de trabajo (el de Cromwell en el siglo XVI y la Fry o Wyndham Lewis, de Herbert
pintura civil de Hans Holbein, hasta Read, Adrian Stokes o Lawrence
John Sirgen Sargent, Enna y Betty, hijas la obra de verdaderos iconos del arte Alloway. Al final del catálogo, una breve
del señor Asher y la señora Wertheimer. inglés de los sesenta a los ochenta, selección bibliográfica orienta a quienes
como Henry Moore, Francis Bacon, deseen adentrarse en las profundidades
1901, óleo sobre lienzo David Hockney, Peter Blake, Richard de esos lugares del arte británico que
Hamilton o Richard Long. una exposición y su catálogo solo pue-
den explorar de modo insuficiente.
A utonpeorsmoníaal 89
sorprendentemente
universal artista británico Wyndham Lewis –a El catálogo
quien la Fundación dedicó una expo- “La isla del tesoro. Arte británico de
El arte británico, aprendemos a lo sición en 2010– había nacido en las
largo del ensayo principal del catálo- costas de Nueva Escocia en el yate Holbein a Hockney” está acompañada
go, a cargo de Richard Humphreys, de su padre, un norteamericano). La de un catálogo profusamente ilustrado,
comisario invitado de la exposición, crónica del arte específicamente bri- en dos ediciones, española e inglesa,
es el que encontramos en 1477 en tánico lo presenta, de entrada, como que contiene una fresca, pero rigurosa
Eton College, Berkshire; en el leja- sorprendentemente universal y, aun y completa introducción al arte, la
no Pomeiooc, en Norteamérica, en poseyendo innegables rasgos propios, historia y la cultura visual de Gran
1585; en la catedral de San Pablo las obras de sus protagonistas han Bretaña durante cinco siglos.
en Londres hacia 1712; en Lucknow nacido y han evolucionado al compás
(India) en 1784; en los Talleres de los acontecimientos históricos y Además del ensayo principal de
Omega de Roger Fry en 1913; en la artísticos. Richard Humphreys, los ensayos de
Whitechapel Gallery de Londres en Tim Blanning y Kevin Jackson anali-
1956, o en el estudio de Bacon en Al hilo del libro The Tate Britain zan la dimensión artística, histórica y
South Kensington en la década de Companion to British Art (2001), de literaria de un relato de enorme riqueza
1960. Humphreys, surgió la idea de que visual, pero poco conocido en su detalle.
la muestra se perfilara a modo de Además, cada una de las secciones del
Lejos de las excesivas rigideces de companion, ese género de libros tan catálogo (y de la exposición) incluye una
la pertenencia a escuelas nacionales, a prácticos (y tan anglosajones) que selección antológica de textos –algunos
un país, un estado, una nación o un introducen al conocimiento y al dis- inéditos hasta ahora en español– que ayu-
imperio –y sin necesidad de aventurar frute de un aspecto concreto del dan al lector a la mejor comprensión del
rasgos de una más que dudosa psico- saber. Se trataba de ensayar una contexto histórico y cultural de las obras.
logía del arte y de las naciones, de una suerte de March Companion to British Se trata de textos de artistas, ensayistas,
especie de fisiognómica nacional–, Art, eligiendo y reuniendo una serie historiadores y literatos, de muy diverso
una de las primeras sorpresas que de obras que guiaran y acompañaran tono y contenido: disposiciones legales
depara tal aproximación es compro- al público y al lector en su recorrido del Parlamento o la Monarquía, frag-
bar una especie de cosmopolitismo a –un recorrido estético con abundan- mentos de Pope, Peacham, Richardson,
la inversa: como delatan sus nombres, tes referencias literarias– por cinco Addison, Hume, Shaftesbury, Turner,
un considerable número de artistas siglos de arte británico: desde la Constable o Alexander Cozens; textos
extranjeros hizo de Gran Bretaña su actividad iconoclasta de los pietistas de Whistler, Ruskin o Morris; de Roger
lugar de residencia y de trabajo (el de Cromwell en el siglo XVI y la Fry o Wyndham Lewis, de Herbert
pintura civil de Hans Holbein, hasta Read, Adrian Stokes o Lawrence
John Sirgen Sargent, Enna y Betty, hijas la obra de verdaderos iconos del arte Alloway. Al final del catálogo, una breve
del señor Asher y la señora Wertheimer. inglés de los sesenta a los ochenta, selección bibliográfica orienta a quienes
como Henry Moore, Francis Bacon, deseen adentrarse en las profundidades
1901, óleo sobre lienzo David Hockney, Peter Blake, Richard de esos lugares del arte británico que
Hamilton o Richard Long. una exposición y su catálogo solo pue-
den explorar de modo insuficiente.
A utonpeorsmoníaal 89