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| REPORTAJE
Paulina García se siente más segura,
mejor de ánimo y con la cabeza más
ordenada “por tener todo colocado
a mi gusto”. Los otros residentes
que han podido visitarla y merendar
en su “casa” reconocen que la “in-
dependencia y la felicidad de tener
todo lo que deseas a tu lado es en-
vidiable”.
Estar en buenas manos
En esa filosofía de independencia y
respeto por el residente también se
incluye la necesidad de compartir
actividades, inquietudes y hábitos
propios de un centro residencial a la
medida de las necesidades y deseos
de cada uno. “La autonomía que
tienen no les impide compartir co-
midas, participar en talleres de tera-
pia ocupacional o acudir a clases de
Pilates, es más, lo están deseando”.
Igualmente reciben todo el cariño y
atención de los diferentes departa-
mentos y profesionales de Ballesol
(médico, psicólogo, fisioterapeuta, María del Carmen Ruiz se ha llevado incluso los cuadros pintados por su hija a su habitación
auxiliares..) para que puedan sen-
tirse, como dice Kene, “en la glo-
ria; adoro esta residencia porque es como tantos años atrás, a desayu- en la soledad que tantas veces ha-
como mi propia familia”. nar en esa mesa de la que sigue col- bía temido. “Siempre digo que soy
gando el mantel de croché, para no como una ardilla, de un lado para
Una dichosa fractura de espalda y perder la costumbre y recordar los otro, por eso me apunto a todas las
el deseo de su hija de tenerla cerca buenos momentos, “aunque con tan- actividades con los demás residen-
llevaron a María del Carmen Ruiz to afecto y cariño que recibo desde tes”. La espalda se vuelve a resentir.
a la residencia Ballesol de Parque primera hora del día me falta tiempo “Si no fuera por estos problemas…
Almansa. “Cada vez que abro la para hacer más cosas” . seguiría aquí porque soy feliz –son-
puerta tengo el placer de contemplar ríe–, pero invitaría a más gente a mi
mi casa”, la de toda la vida, con los El sueño parece que se hace reali- casa”. Siempre lo ha hecho, incluso
cuadros pintados por su hija Teresa, dad cada día. El estado de bienestar cuando vivía con sus cuatro hijos en
el sofá que con tanta pasión acaricia con el que se levanta evita pensar una casa de 250 m .
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todos los días en recuerdo a su ma-
rido José Santiago, la televisión, “y “Siempre digo que soy como una ardilla, de un lado
la habitación tal cual la tenía en mi para otro, por eso me apunto a todas las actividades”
anterior hogar”. Ese deseo de cuidar
los detalles la ha llevado también, (María del Carmen Ruiz)
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