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Vivir en una residencia como en tu propia casa













        posibilidad, sino una realidad, pero
        respetando siempre la intimidad
        de la persona y sabiendo siempre
        sus necesidades e inquietudes para
        tranquilidad del residente-familia-
        centro residencial”, señala Paula
        Martín García, directora de dicha
        residencia.


        Como su casa que es, “Kene” –como
        le gusta que la llamen– recibe todas
        las semanas la visita de su familia,
        incluso ya ha aprovechado la cocina
        para ofrecer varios días una merien-
        da a sus nueve nietos. “Me siento



                                          activa, útil y segura, esa confianza en  tras que ahora también hay un deseo
                                          mí misma hace posible que también  de acondicionar  la  vida  a nuestro
                                          coja el coche que tengo aquí y vaya  entorno y con el máximo de deseos
                                          a ver a mis hijas”. Podría quedarse a  posibles.  Así lo  recuerda  Paulina
                                          dormir fuera, pero como siempre se  García, residente desde hace un año
                                          ha dicho, “como en tu casa en ningún  en la de Carabanchel, un barrio de
                                          sitio”, dice mientras adelanta que las  Madrid. “La primera impresión fue
                                          próximas vacaciones las pasará  en  gozosa por el espacio,  la luz, vis-
                                          Ballesol Cerrado Calderón (Málaga).  tas al  exterior, limpieza,  servicios
                                                                             y espacio en el baño”. Su intención
                                          En los Centros Residenciales Valde-  fue ir amoldando su vida sin perder
                                          luz la filosofía es parecida, y “siem-  sensaciones, imágenes y recuerdos
                                          pre animando a los residentes y fa-  a la vista. “Poco a poco pude incor-
                                          miliares a que consideren el centro  porar los muebles que había tenido
                                          como su propia casa, respetando el  en casa, un ordenador con wifi, te-
                                          mobiliario y la habitación como su  levisión,  frigorífico…  ¿Cómo  no
                                          hogar de toda la vida”. Y es que a lo  iba a sentirme como en mi casa si
                                          largo de los últimos años se ha nota-  tenía el apoyo del personal del cen-
                                          do un cambio en las preferencias de  tro hasta en el mínimo detalle?”, aún
                                          los residentes y sus familias en este  se pregunta. “Hasta me ayudaron a
                                          sentido, ya que antes solo se hacía  colocar unos cuadros de gran valor
                                          uso de los objetos personales, mien-  sentimental”.  Parece mentira, pero


                                          Hoy es posible adaptar una habitación de una
                                          residencia lo más posible al domicilio donde hemos

 Aurkene de Barroeta Zalutregui en un rincón de su habitación en la residencia donde vive  estado toda nuestra vida

                                                                                           Más información  9
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