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Mayores Hoy

Pionera en muchos campos, enamorada de la Ciencia y profesora de Investigación

MARÍA TARSY O LA PASIÓN POR LA CIENCIA

- ¿Fueron –entonces-, sus principios? todos los licenciados, pues era para la
Texto y Fotos: Roberto Carlos Mirás
¡Si! Esa beca me daba para lo que investigación.
ionera en muchos campos, me daba. En aquel momento el Minis-
María Tarsy y Carballas terio de Educación saco unas becas –y - ¿Y decidió?
Fernández, percibió desde hace memoria–, eran de cuatro mil Hacer la carrera de químicas por
muy pronto (nacida pesetas con una diferencia enorme y vi libre, trate de conseguir que me dieran
en 1934 en Taboada, que el primer año se las habían dado a Matricula de Honor e hice las asignatu-
PLugo) sus inquietudes por ras que me faltaban por mi cuenta para
la Ciencia. Estudió Farmacia en conseguir el premio extraordinario. Y lo
Santiago, allí hizo su tesis doctoral y conseguí (sonríe), cuando me dieron
se inició en la investigación científica una beca de tres mil o cuatro mil pese-
sobre Química Orgánica, pasando a tas de la época. Y antes de licenciarme,
consagrar su vida a la investigación: el profesor Casanova, un profesor de
su auténtica pasión. Física y de Termodinámica, me pidió ¡sí
me podía ocupar de algunas clases!
- ¿Y llegó al Consejo Superior de Investi-
gaciones Científicas? - ¿Todo un esfuerzo?
Conseguí entrar y estudiar los suelos ¡Desde luego! En aquel momento
y logré entrar en un campo que en estaba con una beca- entonces era
aquel momento se llamaba, Geología compatible y acepte. Estuve en la
Aplicada, un lugar que estaba muy Facultad de Químicas daba clases a
conectado con el departamento de mis alumnos y les ponía practicas en
Botánica y lo decidí. mis clases; lo hice así durante cuatro o
cinco años hasta que ya leí la tesis doc-
- Pero no era fácil... toral. Me presenté a una plaza, al Con-
Le hablo de la única forma en don- sejo; lo hice a una a nivel nacional y
de yo podía conseguir una beca del conseguí una plaza fija.
Consejo Superior de Investigaciones
Científicas para hacer la tesis docto- -¿No ha parado de moverse en su vida?
ral. Me licencie en el año cincuenta y ¡No! El Consejo era incompatible con
ocho y en el cincuenta y nueve me la enseñanza y la investigación, salvo en
concedieron una beca, que era en el tercer ciclo y tuve que decidirme. A
aquel momento –sonríe– de mil mi me apasionaba y apasiona la inves-
pesetas y con ese dinero me llegaba tigación, deje lo otro y seguí aquí.
para pagar una pensión.
- ¿Y ahora?
- ¿También daba usted clases particulares? Estoy asombrada, ¡con cuatro asig-
Tenía que trabajar siete u ocho horas naturas suspenden y se pasa curso!. En
en mi tesis y en los laboratorios y, ade- aquella época no era posible. Ni con
más, daba clases. Con eso sacaba un una asignatura podías pasar. Si tenías
dinero que me permitía vivir y no depen- menos de cuatro, ya no te compensaba.
der de mis padres. Lo lógico era que todo el mundo tuvie-

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