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Reportaje EL LIBRO DE LA VIDA

van en la residencia y en otras oca- Juan Luis y Álvaro intercambian impresiones sobre uno de los libros.
siones las tienen sus familiares, si
es así nos ponemos en contacto con
ellos para que nos las dejen y ade-
más les pedimos que hagan un
pequeño árbol genealógico que
incluimos en el libro”. Una vez
obtenida la foto la escanean y colo-
can en la página correspondiente,
“si, por ejemplo, hablan de su boda
en esa página va la foto de su boda.
Intentamos que la letra también
sea bonita y legible, que la portada
quede lucida y las hojas de este
libro no son simples folios sino

GREGORIO MUÑOZ,
85 AÑOS

Lleva dos años viviendo en la residencia, El libro de Gregorio lo tiene su hija, ahora prepara sus memorias.
tiene problemas de movilidad y sus pier-
nas han pasado por dos operaciones com- Hermanos, un colegio que se construyó en el año cuchilla de zapatero hacía un bote, pero lo
plicadas pero su mente sigue estando fresca y 1917 y llegó a tener seiscientos alumnos. Le ha malo es que sé cómo se hacía la quilla, todo se
lozana. Buen conversador y sin ninguna dificul- gustado recordar su vida y destaca un momento, me iba para la derecha, o para la izquierda
tad para entablar una charla a Gregorio le gus- “cuando vine licenciado de la guerra donde pero nunca flotaba derecho. Incluso mi herma-
ta hablar de su vida, una vida intensa con miles estuve con la república y ese fue un día de no y yo hicimos una jaula para un canario que
de anécdotas con las que deleitar a todo aquel mucha alegría; lo que pasa es que me quedé con se nos metió en casa por la ventana, pero lo
que quiera escucharle. Por eso cuando le pro- pena al no poder bajar en Córdoba y ver la mez- mismo que vino también se fue”.
pusieron hacer un libro donde narrara su propia quita, pero con el miedo de perder el tren y no
vida a él, excelente lector, le encantó la idea de poder llegar a Bilbao me quedé con las ganas, y El libro ya no está en sus manos, “yo lo tenía
dejar por escrito cómo había trascurrido su lo que son las cosas aún hoy no he logrado verla en mi habitación pero en cuanto lo vio mi hija se
existencia, “yo leo mucho, en mi casa tenía y me gustaría mucho pero aunque he trabajado enamoró de él y se lo llevó, lo debe estar leyen-
veintiocho tomos encuadernados de Seleccio- duro en casa no ha sobrado el dinero”. do porque ella también es aficionada a la lectu-
nes y tenía otro libro que se ha perdido que tra- ra, pero qué voy a hacer, es la hija”
taba sobre la vida de los gitanos en la India que Empleado de una tienda de muebles traba-
me gustaba mucho y aquí en la residencia, a jar la madera siempre le ha gustado,“ya de Recordar no ha sido nada difícil para Grego-
pesar de mi glaucoma en un ojo, leo todos los chaval cogía un trozo de madera y con una rio, “tengo muy buena memoria y además me ha
días el periódico. Así que cuando me propusie- ayudado una chica joven que lo hacía muy bien”.
ron la idea del libro, me pareció excelente por-
que además yo tengo recuerdos desde que
tenía tres años, pero me he dado cuenta que me
he dejado muchas cosas, así que voy a volver a
escribir otro libro más amplio para meter todas
esas cosas que me he dejado en éste”.

Nació en Baracaldo, en la misma casa donde
se instaló la primera central de teléfonos que
tuvo el municipio, y estudio en el Colegio de Los

14 Sesenta y más
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