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CulturAa rte

sión de admirar las Cuevas de Altamira, las tranquilas aguas de la ría de Robla”, precisamente, estaba progra-
cuya réplica exacta introduce al viajero a Nervíon. mada una excursión a Ojo Guareña, las
la grandiosidad y equilibrio espacial del más grandes grutas subterráneas de
mejor arte prehistórico que ha conocido POR TIERRAS nuestro país, con cerca de 100 kilóme-
la Humanidad, durante el Paleolítico CASTELLANO-LEONESAS tros de galerías en seis niveles super-
Superior. En Santillana del Mar repusi- puestos; en sus salas de entrada aún se
mos fuerzas en Restaurante “Gran En Bilbao cambiamos de tren, y, sin conserva el oratorio de San Bernabé y
Duque”, donde degustamos el pastel perder el encanto de “El Transcantábri- un culto anterior a Santa Lucía, porque
Gran Duque (puerros y gambas), las co”, tomamos el “Tren de la Robla”, las aguas minero-medicinales que allí
alcachofas cántabras, el zancarrón a la que, después de una década de silen- brotan tienen propiedades milagreras
montañesa, y de postre la leche frita, no cio, vuelve a rodar por este antiguo tra- para las enfermedades de la vista. Des-
menos tradicional de la gastronomía zado férreo de Bilbao a León, pero ya de la explanada superior de la montaña,
cántabra. El autocar nos llevó de regreso no cargado con el mineral extraído de quedará extasiado al contemplar la
al tren, donde esperaba en Santander. las minas, sino con viajeros en suites y impresionante belleza de las Merinda-
compartimentos de lujo, para un turis- des, donde, desde los siglos medieva-
La capital cántabra es acogedora y mo de cinco estrellas del siglo XXI. les, se siguen programando, cada
atractiva en las cuatro estaciones. Su invierno, las salidas de trashumancia
puerto deportivo invita a los más auda- Tengo que hacer especial hincapié de merinas –de ahí el nombre de esta
ces marineros a la navegación por el en este tramo final del viaje por la comarca- la mejor raza de ovejas, joya
Cantábrico. La catedral, de un gótico España verde, porque ha supuesto uno de la cabaña hispana de estos nobles
temprano, esconde en sus entrañas de los grandes descubrimientos de la animales que, desde el norte peninsu-
una iglesia con aire de cripta: la San- geografía hispana; el tren atraviesa los lar, descienden a Extremadura y el inte-
ta Cruz, donde está flotando el esote- sobrecogedores parajes de las Merinda- rior de Portugal, en busca de los frescos
rismo templario y se rinde culto a la des burgalesas, tierra de ancestrales pastos y un clima más benigno. La
Virgen del Perpetuo Socorro, mientras mitos y leyendas, muchas de las cuales siguiente parada, Sotoscueva, también
que la cruz pateada de los caballeros vinculadas con los templarios. En la ofrece como atractivo las Merindades
se repite en numerosos lugares de esta villa de Espinosa de los Monteros, la burgalesas; uno de los parajes más fas-
profunda iglesia de carácter funerario. primera de las paradas de el “Tren de la
En Santander estaba prevista la cena
en el Restaurante “La Posada del
Mar”, cuyo propietario, Tomás Meren-
dón, es también el sumiller del esta-
blecimiento, y nos recomendó algunos
reservas como el “Sierra Cantabria”,
para las carnes, y un blanco “Gran
Bazán”, para los pescados. Por la
noche tentamos la suerte en Casino,
pero nos retiramos pronto, porque no
debíamos trasnochar, puesto que el
tren salía bien temprano hacia Euska-
di a la mañana siguiente.

Bilbao, con su magnífica estación
de “La Concordia”, tres horas después
de arrancar de la capital cántabra, nos
daba la bienvenida en la siguiente
parada de este fascinante viaje sobre
raíles de lujo. De nuevo en tierra, la
excursión prevista tenía como meta el
moderno Museo Guggenheim, sobre

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