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reportaje









                                                                                  INEVITABLEMENTE,
                                                                                  CUANDO HABLAMOS DE
                                                                                  AUTISMO, PENSAMOS EN
                                                                                  LA FAMILIA Y EN LA CALIDAD
                                                                                  DE VIDA DE SUS MIEMBROS.
                                                                                  UNA REALIDAD LLENA DE
                                                                                  RETOS Y DESAFÍOS QUE
                                                                                  SE AFRONTAN PENSANDO
                                                                                  EN LA SOCIABILIZACIÓN,
                                                                                  EL CICLO VITAL DE LA
                                                                                  FAMILIA, LA MADUREZ DE
                                                                                  LA PERSONA CON AUTISMO
                                                                                  O SU AUTONOMÍA E
                                                                                  INDEPENDENCIA.




                                                                                  ÁLVARO TIENE AUTISMO

                                                                                  Quince años atrás. Carmen y Vi-
                                                                                  cente se enfrentan a un cambio
                                                                                  importante en su vida. Un diag-
                                                                                  nóstico sin causa conocida, ni cura:
                                                                                  “Álvaro tiene autismo”.  Al principio,
                                                                                  pensaban que su hijo era un minu-
                                                                                  cioso observador de lo pequeño:
                                                                                  no podía ver una alfombra con el
                                                                                  pico levantado, cerraba todos los
                                                                                  tapones de botellas, colocaba las
                                                                                  cajas de leche en fila. Una mente
                                                                                  singular en un universo cada vez
                                                                                  más complejo.
                                                                                   A partir de los dieciocho meses
                                                                                  dejó de hablar, de fijar la mirada,
                                                                                  de decir papá.  “Incluso mucho an-
                                                                                  tes era capaz de dormir sólo dos
                                                                                  horas. Así hasta los 12 años. Aho-
                                                                                  ra sabemos que es algo común en
                                                                                  estas personas, pero ni en la Uni-
                                                                                  dad del Sueño encontramos una
                                                                                  solución”. La valoración de Carmen
                                                                                  Abascal, psicóloga y logopeda fue
                                                                                  temprana. El diagnóstico del TEA
                                                                                  escondía un desafío más: “Álvaro


                                                    A UT ONOMÍA  PERSONAL  ·   2 2                         71
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