Page 84 - Revista Autonomía Personal. Número 12, abril de 2014
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Repor
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De hecho, podría decirse que hay una mayor concien- Para atender estas diferentes necesidades de las mujeres
ciación social sobre la necesidad de intervenir con aquellas con discapacidad, propone la comisionada de Género del
mujeres que han adquirido una discapacidad como conse- Cermi, “se tendrá que considerar, por una parte, la disca-
cuencia de un acto de violencia, pero no tanto con las que pacidad en las mujeres que, como consecuencia de un acto
sufren esa violencia precisamente por el hecho de ser una de violencia la tienen y definir, por tanto, qué medidas se
mujer con discapacidad, cuya situación sigue permanecien- precisarían para ese sector”.
do invisible”, manifiesta Leonor Pérez Lucas.
Y por otra, considerando en sí la población de mujeres
Ante este “panorama desolador”, insiste la representan- con discapacidad que sufren violencia de género, habrá que
te del Observatorio de Igualdad de Oportunidades de la “afrontar sus necesidades para formar parte de todo el pro-
ONCE y su Fundación, también resulta “imprescindible ceso de prevención de la violencia, atención y recuperación
que las organizaciones de personas con discapacidad tomen de las víctimas”.
las medidas necesarias para desarrollar iniciativas que anali-
cen la situación de las mujeres y niñas con discapacidad en Para ello, Peláez asegura que hay que “concienciar y
relación con la violencia, proponiendo acciones concretas no sensibilizar” porque, defiende con vehemencia, “no se
para su prevención y atención adecuadas”. puede hablar de sensibilización y repetir hasta la saciedad:
¡Vamos a sensibilizar! ¡Hagamos campañas de sensibili-
De hecho, como parte de su compromiso con la igual- zación! Pero, ¿qué sensibilización? ¡Es concienciación!”,
dad y la erradicación de la violencia, el Observatorio de arremete. “Tenemos que concienciar de que la violencia es
Igualdad de Oportunidades de la ONCE y su Fundación una lacra para todos, que tiene unas consecuencias terribles
incluyó en su plan de actuación para el periodo 2011-2015 especialmente en poblaciones olvidadas e invisibles como
un área específica de intervención para abordar la violencia son, en este caso, las mujeres con discapacidad”.
de género dirigida a las mujeres con deficiencia visual y
ciegas. “A la primera señal de maltrato... vuela”. Las alas
para estas mujeres con discapacidad víctimas de vio-
TIRÓN DE OREJAS lencia de género no crecen solo con su propio deseo,
sino con el compromiso de las asociaciones con disca-
No tienen la misma suerte mujeres víctimas de violencia pacidad, las entidades públicas, incluso las privadas, el
con otros tipos de discapacidad. De hecho, Peláez critica que Tercer Sector y toda la sociedad, que tienen que abor-
solo en los últimos años las asociaciones de personas con dis- dar sus situaciones personales y dotarlas de respuestas
capacidad han comenzado a atender la violencia de género adecuadas e individuales, de alas para que también ellas
para sus afiliados y afiliadas. Y considera que es “imprescin- puedan desplegarlas y logren, como muchas mujeres
dible” porque “son personas que viven una situación global sin discapacidad víctimas de violencia, superar su baja
y su discapacidad forma parte de todos los ámbitos de la vida autoestima, sus sentimientos de culpa y vergüenza, los
de la persona”. efectos de traumas y trastornos por estrés postraumá-
ticos, problemas de adicción, falta de confianza en sí
En este sentido, metafóricamente, la comisionada de mismas, pensamientos de suicidio y tantas otras conse-
Género del Cermi Estatal dice que hay que darles “un tirón cuencias provocadas por vivir actos de violencia.
de orejas importante a estas asociaciones de personas con
discapacidad” porque, a su criterio, “tenemos que cambiar España, sin excusas, como Estado que ha firmado la
la forma de tratar el tema de la violencia de género desde el Convención de la ONU sobre discapacidad, está obliga-
propio sector de la discapacidad”. “Estamos apenas empe- do a cumplir su artículo 16 y, por tanto, poner medidas
zando y queda muchísimo por hacer”, siente Peláez. para la recuperación física, cognitiva y psicológica, la
rehabilitación y la reintegración social de las personas
“No encontramos respuestas adecuadas e individuales con discapacidad que sean víctimas de cualquier forma
para cada mujer con discapacidad que sufre violencia de de explotación, violencia o abuso.
género”, asegura Peláez, quien añade que “hay muchas
mujeres con discapacidad que además de estar sufriendo Ana Peláez: “Tenemo
violencia se les echa en cara que no tienen un trabajo, que que la violencia es un
son una carga y al final se sienten tan confundidas que que tiene unas conse
terminan creyendo, y pasa en muchos más casos de los que especialmente en mu
nos creemos, que, efectivamente, lo que están recibiendo es
lo que se merecen porque son una carga”.
“Pero es más, las organizaciones de mujeres no nos inclu-
yen. ¿Cómo es posible? Tenemos que participar, abrirnos
hueco y también en las administraciones públicas. Si con
dinero público se está financiando programas de erradica-
ción de la violencia de género, esos programas sí o sí tienen
que considerar siempre la discapacidad, porque si no, no
merecen esos apoyos económicos de las administraciones
públicas”, reivindica Peláez.
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De hecho, podría decirse que hay una mayor concien- Para atender estas diferentes necesidades de las mujeres
ciación social sobre la necesidad de intervenir con aquellas con discapacidad, propone la comisionada de Género del
mujeres que han adquirido una discapacidad como conse- Cermi, “se tendrá que considerar, por una parte, la disca-
cuencia de un acto de violencia, pero no tanto con las que pacidad en las mujeres que, como consecuencia de un acto
sufren esa violencia precisamente por el hecho de ser una de violencia la tienen y definir, por tanto, qué medidas se
mujer con discapacidad, cuya situación sigue permanecien- precisarían para ese sector”.
do invisible”, manifiesta Leonor Pérez Lucas.
Y por otra, considerando en sí la población de mujeres
Ante este “panorama desolador”, insiste la representan- con discapacidad que sufren violencia de género, habrá que
te del Observatorio de Igualdad de Oportunidades de la “afrontar sus necesidades para formar parte de todo el pro-
ONCE y su Fundación, también resulta “imprescindible ceso de prevención de la violencia, atención y recuperación
que las organizaciones de personas con discapacidad tomen de las víctimas”.
las medidas necesarias para desarrollar iniciativas que anali-
cen la situación de las mujeres y niñas con discapacidad en Para ello, Peláez asegura que hay que “concienciar y
relación con la violencia, proponiendo acciones concretas no sensibilizar” porque, defiende con vehemencia, “no se
para su prevención y atención adecuadas”. puede hablar de sensibilización y repetir hasta la saciedad:
¡Vamos a sensibilizar! ¡Hagamos campañas de sensibili-
De hecho, como parte de su compromiso con la igual- zación! Pero, ¿qué sensibilización? ¡Es concienciación!”,
dad y la erradicación de la violencia, el Observatorio de arremete. “Tenemos que concienciar de que la violencia es
Igualdad de Oportunidades de la ONCE y su Fundación una lacra para todos, que tiene unas consecuencias terribles
incluyó en su plan de actuación para el periodo 2011-2015 especialmente en poblaciones olvidadas e invisibles como
un área específica de intervención para abordar la violencia son, en este caso, las mujeres con discapacidad”.
de género dirigida a las mujeres con deficiencia visual y
ciegas. “A la primera señal de maltrato... vuela”. Las alas
para estas mujeres con discapacidad víctimas de vio-
TIRÓN DE OREJAS lencia de género no crecen solo con su propio deseo,
sino con el compromiso de las asociaciones con disca-
No tienen la misma suerte mujeres víctimas de violencia pacidad, las entidades públicas, incluso las privadas, el
con otros tipos de discapacidad. De hecho, Peláez critica que Tercer Sector y toda la sociedad, que tienen que abor-
solo en los últimos años las asociaciones de personas con dis- dar sus situaciones personales y dotarlas de respuestas
capacidad han comenzado a atender la violencia de género adecuadas e individuales, de alas para que también ellas
para sus afiliados y afiliadas. Y considera que es “imprescin- puedan desplegarlas y logren, como muchas mujeres
dible” porque “son personas que viven una situación global sin discapacidad víctimas de violencia, superar su baja
y su discapacidad forma parte de todos los ámbitos de la vida autoestima, sus sentimientos de culpa y vergüenza, los
de la persona”. efectos de traumas y trastornos por estrés postraumá-
ticos, problemas de adicción, falta de confianza en sí
En este sentido, metafóricamente, la comisionada de mismas, pensamientos de suicidio y tantas otras conse-
Género del Cermi Estatal dice que hay que darles “un tirón cuencias provocadas por vivir actos de violencia.
de orejas importante a estas asociaciones de personas con
discapacidad” porque, a su criterio, “tenemos que cambiar España, sin excusas, como Estado que ha firmado la
la forma de tratar el tema de la violencia de género desde el Convención de la ONU sobre discapacidad, está obliga-
propio sector de la discapacidad”. “Estamos apenas empe- do a cumplir su artículo 16 y, por tanto, poner medidas
zando y queda muchísimo por hacer”, siente Peláez. para la recuperación física, cognitiva y psicológica, la
rehabilitación y la reintegración social de las personas
“No encontramos respuestas adecuadas e individuales con discapacidad que sean víctimas de cualquier forma
para cada mujer con discapacidad que sufre violencia de de explotación, violencia o abuso.
género”, asegura Peláez, quien añade que “hay muchas
mujeres con discapacidad que además de estar sufriendo Ana Peláez: “Tenemo
violencia se les echa en cara que no tienen un trabajo, que que la violencia es un
son una carga y al final se sienten tan confundidas que que tiene unas conse
terminan creyendo, y pasa en muchos más casos de los que especialmente en mu
nos creemos, que, efectivamente, lo que están recibiendo es
lo que se merecen porque son una carga”.
“Pero es más, las organizaciones de mujeres no nos inclu-
yen. ¿Cómo es posible? Tenemos que participar, abrirnos
hueco y también en las administraciones públicas. Si con
dinero público se está financiando programas de erradica-
ción de la violencia de género, esos programas sí o sí tienen
que considerar siempre la discapacidad, porque si no, no
merecen esos apoyos económicos de las administraciones
públicas”, reivindica Peláez.
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