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ASIMILAR Y COMUNICAR EL DIAGNÓSTICO DE


                                                                              UNA ENFERMEDAD RARA



                 No existe un momento idóneo ni una forma mágica de trasmitir la información al menor, son
          múltiples los factores que influyen, pero tener en cuenta algunas recomendaciones puede ayudar y

          facilitar el proceso:

                 Cuando  los  niños/as  son  muy  pequeños  necesitan  menos  información  y  menos  detalles

          debido  a  su  habilidad  limitada  para  entender.  A  medida  que  vayan  creciendo  habrá  que  darles
          detalles más específicos, más información.


                 Una  comunicación  fluida  dentro  de  la  familia  es  básica  para  gestionar  la  enfermedad  poco          EDITORIAL
          frecuente de un hijo/a.

                 Elegir un momento de tranquilidad y sin prisas. Si no disponemos de ello es mejor dejar la

          conversación para otro momento.

                 Utilizar un vocabulario claro, adaptado a la edad y desarrollo del menor, que sea comprensible

          para él.

                 Aclarar sus dudas, facilitar la expresión de sus sentimientos, responder a sus preguntas con

          naturalidad y sinceridad evita que se cree ideas falsas sobre su situación.

                 Estar  atentos  a  inquietudes,  preocupaciones  y  reacciones  que  pueda  presentar,  ofreciendo

          una escucha que le brinde apoyo emocional.

                 Explicarle  los  aspectos  relacionados  con  su  autocuidado,  revisiones  médicas,  pruebas…sin
          asustarle, ni crearle miedos. Hacerle entender que todo ello es beneficioso para su salud.


                 La coordinación entre los profesionales que le atienden, la familia y el colegio es fundamental.
          Informar  a  los  profesores  sobre  el  diagnóstico,  sus  necesidades,  posibles  complicaciones  y  cómo

          afrontarlas puede ayudarlo a sentirse más apoyado también en la escuela, con sus amigos y con sus
          compañeros de clase.


                 Convivir  con  una  enfermedad  rara puede  convertirse  en  una  hazaña  demasiado  complicada
          para  llevarla  a  cabo,  pero  la  mayoría  de  personas  y  familias  que  hemos  conocido  durante  este

          tiempo, nos han demostrado que enfrentarse a las dificultades les ha dado también una gran fortaleza
          para luchar por vivir una vida lo más normal posible.

                 “No puedo cambiar la dirección del viento, pero puedo ajustar mis velas”, Jimmy Dean



                                  Ana Santamaría Herrera y Montserrat Cabrejas del Campo, maestras del Creer































                                                                     Newsletter Creer Nº 104  / 5
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