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LESIONES CUTÁNEAS Y ENFERMEDADES RARAS
Protección local ante la presión u otro tipo de fuerzas externas: en este caso se pueden
utilizar apósitos de espuma, por ejemplo, para proteger prominencias óseas o zonas de roce
con dispositivos terapéuticos. Aquí también podríamos utilizar productos de protección como los
ácidos grasos hiperoxigenados (AGHO) o productos barrera como el Óxido de Zinc en pomada
para evitar exposiciones prolongadas a la humedad en la piel.
Cuidados de la piel (higiene, hidratación, evitar la exposición prolongada a la humedad,
a elementos irritantes o agresiones externas, cuidados específicos de la piel de riesgo en
personas con Epidermólisis bullosa, por ej.) EDITORIAL
Mejora de la oxigenación tisular: Entre las causas más frecuentes que pueden provocar
una disminución de la oxigenación tisular encontramos procesos sistémicos como la anemia
(hemoglobina baja), alteraciones de la glucemia (diabetes), alteraciones respiratorias, procesos
que originen alteraciones de la perfusión tisular periférica o del estado hemodinámico (que
cursen con hipotensión), así como hábitos de vida insanos como el tabaquismo. Siempre que
sea posible deben ser abordados y corregidos.
Manejo de la nutrición e hidratación: Según investigaciones, existe una relación directa
entre aparición de lesiones cutáneas y malnutrición. Al perder grasa y masa muscular, las
prominencias óseas quedan más desprotegidas. Además la carencia de proteínas o nutrientes
básicos hace que el proceso de curación de las heridas sea muy lento o incluso nulo.
En las primeras líneas de este documento se explica que cualquier persona es susceptible de
desarrollar lesiones cutáneas de diversa índole o diferentes grados. También, por tanto las personas
que padecen enfermedades raras son susceptibles de desarrollar este tipo de lesiones.
Las personas que padecen ER, por el hecho en sí de tenerla, no significa que sea un factor de
riesgo. Aunque sí que es cierto, que determinadas ER, por sus características, engloban muchos de
los factores de riesgo de desarrollar lesiones en la piel. En cualquiera de los factores de riesgo
citados en este documento también, podrían incluirse muchas ER.
La Epidermólisis Bullosa, por ejemplo, es una enfermedad rara que se caracteriza por una
extrema fragilidad de la piel y membranas mucosas. Se pueden llegar a producir ampollas cutáneas
por lesiones menores. Las personas que las padecen pueden estar constantemente en un proceso
de curación y cicatrización de las lesiones. Estas personas, tienen incluso, mayor riesgo que otros
individuos, de desarrollar algunos tipos de canceres cutáneos (carcinoma espinocelular), debidos a
estas lesiones y cicatrices. Además del riesgo de infecciones frecuentes, cronicidad de las heridas,
déficits nutricionales, etc.
Otro tipo de ER, por ejemplo aquellas que se caracterizan por que los individuos se
autolesionan (Síndrome de Lesch-Nyhan), son un factor de riesgo en sí, de desarrollar lesiones
cutáneas al igual que en la Esclerodermia, Síndrome de Raynaud, por ejemplo, la integridad de piel
está comprometida (se engrosa y se vuelve tirante), al igual que lo pueden estar los órganos internos,
vasos sanguíneos y tracto digestivo.
En otro tipo de ER en los que la integridad cutánea del individuo no está comprometida por las
características de la enfermedad en sí, pero que por el hecho de padecerla precisa de algún
dispositivo de apoyo o terapéutico que sí que pueden ocasionar lesiones cutáneas por roce o fricción,
presión, etc.
La enfermería pone al paciente en las mejores condiciones para que la naturaleza pueda
sanar las heridas (Florence Nightingale)
Departamento de Enfermería del Creer
Newsletter Creer Nº 102 / 6