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LESIONES CUTÁNEAS Y ENFERMEDADES RARAS


                                                 Cristina Gómez Cobo, Yolanda Leiro Camarero y Norma


                                                 Rodríguez Pérez, enfermeras del Creer
                                 EDITORIAL


                                                 Cualquier persona, incluso la población pediátrica, es

                                                 susceptible de desarrollar lesiones con pérdida de
                                                 integridad cutánea, heridas con diferentes grados de
                                                 cronicidad e incluso úlceras por presión (UPP).

                                                 Las UPP suelen relacionarse con población geriátrica y
                                                 consideradas como “un mal menor”, pero suelen

                                                 originar ingresos y reingresos en centros hospitalarios, por ende, aumento del gasto sanitario, bajas
                                                 laborales, aislamiento social en la persona que las padece, dolor, baja autoestima, empeoramiento

                                                 de la calidad de vida, etc.
                                                        Una UPP es una lesión localizada en la piel y/o el tejido subyacente por lo general sobre una

                                                 prominencia ósea, como resultado de la presión, o la presión en combinación con la cizalla. En
                                                 ocasiones, también pueden aparecer sobre tejidos blandos sometidos a presión externa por
                                                 diferentes materiales o dispositivos clínicos, según el Grupo Nacional para el Estudio y

                                                 Asesoramiento de Úlceras por Presión y Heridas Crónicas (GNEAUPP).
                                                        Algunos de los factores de riesgo que pueden desencadenar la aparición de UPP o lesiones

                                                 cutáneas son:
                                                        - La edad.

                                                        - Estado de la piel: edemas, sequedad o falta de elasticidad, fragilidad, exposición
                                                 prolongada a la humedad, aumentan la probabilidad de desarrollar heridas ante lesiones menores.

                                                        - Trastorno en el transporte de oxigeno o trastornos de la oxigenación de los tejidos:
                                                 tipo estasis venosas, trastornos vasculares periféricos o patologías cardiopulmonares.

                                                        - Déficits nutricionales: bien por exceso o por defecto, obesidad, deshidratación,
                                                 pérdida de masa muscular, déficit de proteínas o minerales, etc. En el caso por ejemplo de las

                                                 distrofias musculares, los genes que producen las proteínas musculares presentan anomalías. En la
                                                 distrofia muscular de Duchenne, los músculos aumentan de tamaño, pero el tejido muscular anómalo
                                                 está debilitado.

                                                        - Trastornos inmunológicos: infecciones agudas, determinadas patologías como el
                                                 cáncer.

                                                        - Déficits o trastornos motores y sensoriales: paresias, parálisis, pérdida de la
                                                 sensación dolorosa tipo pie neuropático, estado de conciencia de la persona, etc.

                                                        - Inmovilidad: bien de forma aguda por hospitalizaciones o por fracturas óseas o de
                                                 forma continua por diferentes patologías crónicas y/o neurodegenerativas, como en ELA, distrofia

                                                 muscular de Duchenne, o por accidentes.
                                                        - Fármacos: algunos tratamientos aumentan el riesgo de desarrollar heridas, como por
                                                 ejemplo la inmunosupresión por corticoides, relajantes o sedantes que impiden la movilidad

                                                 adecuada de las personas, la noradrenalina, etc.
                                                        - Uso de dispositivos terapéuticos: tipo silla de ruedas, dispositivos de ventilación

                                                 mecánica no invasiva (BIPAP, CPAP), órtesis, bitutores, sondajes o drenajes, uso de cojines con
                                                 forma de “donuts”, etc., que provocan presiones prolongadas en determinadas zonas corporales.

                                                        - Otros factores de riesgo: escasos o nulos conocimientos, por parte de cuidadores de
                                                 personas dependientes o semidependientes, sobre cuidados, falta de personal en centros

                                                 sociosanitarios y hospitalarios, falta de tiempo e incluso inadecuada praxis de los profesionales
                                                 sanitarios, etc.


















                                                                     Newsletter Creer Nº 102  /  4
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