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LESIONES CUTÁNEAS Y ENFERMEDADES RARAS
Algunos estudios realizados lanzan la certeza de que las lesiones cutáneas, las UPP, son
evitables en el 95% de los casos, en la actualidad, hay algunas investigaciones que aumentan ese
porcentaje hasta el 98%. Esto quiere decir que el 95% de este tipo de lesiones, se pueden prevenir.
La prevención es el mejor tratamiento para evitar que este tipo de lesiones aparezcan. Evitar la
aparición de estas lesiones en un primer momento implica una menor morbilidad, una reducción de
costes sanitarios y, en definitiva, mejor calidad de vida para los afectados por una Enfermedad Rara
(ER) o para cualquier persona susceptible de desarrollarlas.
Para ello es clave la figura de la Enfermera, ya que con sus conocimientos y experiencia, es la
profesional que, en un primer momento va a realizar una valoración integral de la persona, con un EDITORIAL
enfoque bio-psico-social, basándose, además, en la evidencia científica. Como resultado llegará a la
realización de una serie de diagnósticos enfermeros, que facilitarán el desarrollo de un plan
individualizado de cuidados (PAI). Este plan irá dirigido a reducir los factores de riesgo y a fomentar
la salud de las personas.
Mediante la promoción de la salud, Enfermería instruirá en Educación para la Salud, a las
personas con riesgo de padecer este tipo de lesiones y a sus familias y cuidadores, fomentando la
autonomía de las personas afectadas y con el objetivo de mejorar la calidad de vida de aquellas
personas que tienen una ER.
Respecto a las medidas preventivas, algunas de ellas son:
Valoración mediante el uso de alguna de las Escalas de Valoración del riesgo de padecer
UPP (EVRUPP): Se utilizan para determinar el grado de riesgo que tiene una persona de
desarrollar este tipo de lesiones. Son muy eficaces y su uso no conlleva mucho tiempo. Este
instrumento de medida, permite establecer una puntuación en función de una serie de
parámetros. Las características que debe tener una EVRUPP son: especificidad, sensibilidad,
valor predictivo, facilidad de uso, etc. Algunas de las escalas más utilizadas son la Escala
Braden y la Escala Norton.
Movilización: El objetivo es mantener la actividad y deambulación (sí es posible), de las
personas en riesgo. Fomentar la actividad física y el movimiento corporal de forma autónoma
para redistribuir el peso corporal y la presión en determinadas zonas.
Cambios posturales: permiten reducir la magnitud y duración de la presión en
determinadas zonas corporales, sobre todo en personas con dependencias severas. Para
realizar cambios posturales hay que tener conocimientos de cómo hacerlos, ya que si se
realizan de una manera inadecuada o dejan al cuerpo en posiciones iatrogénicas, pueden
causar lesiones al igual que si no se realizasen dichos cambios posturales.
Superficies especiales para el manejo de la presión (SEMP): Se considera como SEMP a
cualquier superficie o dispositivo especializado, cuya configuración física y/o estructural permite
la redistribución de la presión, así como otras funciones terapéuticas añadidas para el manejo
de las cargas tisulares, de la fricción, cizalla y/o microclima, y que abarca el cuerpo de un
individuo o una parte del mismo, según las diferentes posturas funcionales posibles. Hay SEMP
de tipo estático, aumentando el área de contacto con la persona (espumas de poliuretano,
viscoelásticas, silicona en gel, etc.). Y las hay de tipo dinámico, que lo que permiten es variar de
forma continuada, los niveles de presión de las zonas de contacto de la persona con la
superficie de apoyo (ej.: colchones de aire).
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