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Principales conclusiones del curso
enlace en red 30 - La colaboración público-privada (CPP) surge
como un instrumento, entre otros más, de
mejora de la capacidad de las Administracio-
nes Públicas en su funcionamiento y
actuación para satisfacer las demandas
ciudadanas en materia de servicios públicos.
- Existen diferentes enfoques, que son
divergentes, sobre el papel del sector
público. Hay quienes entienden que es
intrínsecamente ineficiente y otros que
consideran que las ineficiencias también se
producen en el sector privado, por lo que lo
relevante no es el tipo de organización, sino
la capacidad de la misma para satisfacer las
necesidades y demandas ciudadanas.
- Principalmente, deben darse tres condicio-
nes: proyectos sostenibles, transferencia real
y efectiva de riesgo desde el sector público
al privado y que exista competencia entre
los distintos proveedores y licitadores que
puedan licitar al contrato.
- La CPP es un instrumento con ventajas e
inconvenientes, cuyos adecuados resultados
y cumplimiento de expectativas estarán
condicionados a la correcta gestión de sus
elementos caracterizadores y a que el
entorno social y político sea favorable a ella.
- La situación de los distintos países
iberoamericanos en el establecimiento de la
CPP es diversa, e incluso dispar. Algunos
tienen una regulación específica, otros
todavía ninguna y un tercer grupo cuentan
con instrumentos jurídicos equivalentes.
- La CPP debe ser entendida como una forma
de hacer gestión integrada, utilizando de
forma eficiente los recursos existentes o
posibles de atención a las personas, públicos
y privados, con y sin ánimo de lucro, la
atención primaria, la atención hospitalaria y
los servicios sociales.
- En las formas de CPP es fundamental
plantear un modelo de evaluación de
indicadores que permita un control de la
implementación del modelo.
- La coordinación sociosanitaria debe
integrar, en un modelo focalizado en las
necesidades de la persona, los distintos
subsistemas existentes, sanitarios y
sociales, mediante la incorporación de
procedimientos y la colaboración entre
entidades y profesionales.
- La prestación de los servicios sociosanitarios
debe ir dirigida principalmente al apoyo, en
el domicilio de la persona, mediante la
coordinación de actuaciones dirigidas por un
grupo multidisciplinar de atención.
- La existencia de una voluntad política de
construcción del espacio sociosanitario sólo
puede consolidarse mediante la creación de
espacios políticos de entendimiento mutuo y
despliegue de políticas conjuntas entre las
autoridades sanitarias y sociales.
- La financiación conjunta de la atención
sociosanitaria debería estar dirigida a buscar
fórmulas a medio y largo plazo de compartir
riesgo con los proveedores de servicios. Las
CPP pueden contribuir a la búsqueda de
ahorros del coste del paso de pacientes de
la red sanitaria, claramente más costosa, a
los servicios sociosanitarios.
- El buen funcionamiento de los Estados
modernos precisa la existencia de una ética
pública, que, en el caso de su aplicación
para el ámbito de la CPP, puede entenderse
como ética política.
- Los objetivos de esta ética política deben ser
el respeto e impulso de los derechos y
libertades fundamentales, el desarrollo y
profundización de las instituciones
democráticas y la generalización y
efectividad de la igualdad de oportunidades.
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- En el ámbito de la CPP es necesario estar
vigilantes en todas sus diferentes fases
—planificación, diseño de proyectos,
licitación, adjudicación, ejecución— en que
puedan producirse comportamientos o
decisiones ajenas a una correcta ética
pública.
- La ética asistencial tiene una relación directa
con las políticas sanitarias y sociales, por lo
que en la CPP debe ser considerada como
un elemento más a tener en cuenta. No sólo
deben ser valorados los elementos
económicos o de rentabilidad.
- Un modelo de gestión es ético cuando
integra los deberes del profesional con los
valores compartidos con la organización,
generando cooperación y potenciando la
motivación de los equipos profesionales.
- La ética asistencial constituye un elemento
fundamental que debe ser asumido e
interiorizado por las organizaciones que
prestan servicios a las personas, integrándo-
la en sus procesos, tanto de atención como
de evaluación.
- Los sistemas de información en las
organizaciones de servicios personales no
constituyen sólo un recurso de soporte al
proceso asistencial. Más bien se han
convertido en una herramienta clave en
aportar competitividad y valor añadido a las
organizaciones.
- Trabajar sinérgicamente entre servicios
sociales y sanitarios requiere compartir un
sistema de información común, en especial
la historia clínica integrada social y sanitaria.
Ello implica mantener una política proactiva
y decidida de inversión en sistemas de
información y sacar el máximo partido de
todos los nuevos campos que se abren en
las nuevas tecnologías de la información y
las comunicaciones.