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| MAYORES HOY
rra Civil –recuerda–, no había ni de-
Experta en arte, escritora y de un pasado masiados profesores, ni demasiadas
alumnas, ni demasiada formación:
intenso, se hace pintora a los noventa… de ahí que optara por irme a Valla-
dolid, porque un hermano de mi pa-
Isabel Cajide: dre era un personaje importante en
su ámbito docente”.
genio y figura… Fue en la ciudad del Pisuerga y en
Filosofía y Letras donde Isabel for-
de una crítica jaría su sello de identidad, etapa
en la que “fue determinante la se-
de arte rie de conferencias que a cargo de
personajes literarios y artistas de
la época, como Enrique Lafuente
Ferrari (1898-1985, historiador del
Texto: Rosa López Moraleda arte español, especialista en Veláz-
Fotos: Eduardo Vilas quez, Goya y Zuloaga), fue puesta
en marcha por el entonces decano en
la Facultad”. Fueron para ella “con-
versaciones importantes, tan llenas,
Su biografía es larga (atrás quedaron los 90…) y su bagaje tan vitales…, que a mí –resume, un
cultural tan extenso como apasionante, porque experiencia punto quebrada su voz–... me con-
vital y profesión fueron siempre de su mano en sintonía movieron”.
perfecta. Fue una crítica de arte prestigiosa y seguro que
implacable, como conserva su carácter: firme, contundente Loando a Vázquez Díaz
y sabio. Controla su existencia con pasmosa lucidez y ella Una sala de arte situada en los ale-
decide con su vida, haciendo bueno el refranero patrio, de daños del nuevo cine, inaugurado
que ¡genio y figura… siempre! por entonces en dicha ciudad, fue
otro eslabón clave en su etapa for-
mativa sobre el arte actual, que tan-
to interés despierta en ella Lafuente
Ferrari: “Se trataba de una muestra
s implacable a conciencia. Y familia…: gallega de nacimiento de pintura nada menos que de Váz-
Eejerce. Manda y controla en (Monforte de Lemos, Lugo), vive quez Díaz…”, a quien según Isabel
su cotidianidad, como rezuma lo en Rosalía de Castro (“¡fue pura no se ha hecho justicia y renunció
debió hacer siempre y desde muy casualidad!” ), cerca de sus sobri- –“como buen andaluz, volviendo a
temprano: “Me gustaba el arte des- nos y de gente que la cuida pese a su pueblo”– a la gloria mundial que
de muy pequeña y creo que desde su actitud libre y su más que firme disfrutaron sus colegas Picasso o
entonces ya era crítica…”. Artistas, autogestión. Cezanne…
amistades y colegas (críticos de arte
como ella) la conocen: su nombre De evidente vocación de análisis, De sus primeros trabajos como crí-
Isabel, su apellido Cajide… Todo un Isabel vivió siempre de la crítica de tica, recuerda los publicados en
carácter. arte, de la que fue primera espada y “aquel suplemento de arte del dia-
de la que tanto habla en su libro, “ese rio Arriba, para ayudar a un Ferrari
Recuerda cómo en su casa fami- que aún no he acabado y en el que lo que era crítico profesional, a quien
liar había una extensa biblioteca y cuento todo”, dice. De su paso por la ayudaba a visitar exposiciones o ha-
el arte era moneda corriente en la universidad, “recién acabada la Gue- cía el trabajo de campo…”. Cuenta,
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