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Isabel Cajide: genio y figura… de una crítica de arte

¡qué sé yo qué más!”. En contra de
quienes proclaman que el país nipón
ha pasado en demasiado poco tiem-
po del medievo a la modernidad,
Cajide aduce que “lo han asimilado
bien, muy bien”. Todavía recuerda
cómo, la primera vez que fue, “me
impresionó mucho –dice ahora– la
extrema naturalidad con la que si-
multanean el kimono y nuestra mis-
ma indumentaria occidental”.

De Inglaterra, donde dice no ha vi-
vido pero ha visitado mucho y tuvo
mucha relación siempre –“amigos,
conocimientos, artistas y también
críticos de arte como yo”–, habla
más que bien, con especial admira-
ción, así como de Italia y de Hispa-
noamérica en general, “por sus ves-
tigios culturales”.

“Las mujeres somos más libres” bertad de la mujer: ¡Comenzamos a
pisar fuerte y ya no hay quien nos
Respecto de España, lo que más fe- pare!”, zanja. Y también admite, que
licidad le aporta por “sus” cambios pese a ser más las mujeres que los
a mejor es “sin duda alguna, la li-
hombres en las universidades y en
De los artistas españoles, Cajide dice admirar a el mundo empresarial, sean tan po-
muchos, “pero si hubiera que elegir a uno, ese sería cas las que llegan a los puestos di-
rectivos: “¡Porque todavía –ríe– hay
Pablo Picasso”. Sobre los impresionistas, opina que muchos hombres que lo hacen muy
“son lo más: ¡hasta yo misma los imito!” bien…!”.

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