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En Unión
Médico jubilado y fundador
de la Asociación de Colitis
Ulcerosa y Enfermedad
de Crohn (ACCU)
León
Pecasse
Texto y fotos: Noelia Calvo
olandés de naci-
miento y español de
corazón. Desde hace
más de 30 años
padece la enferme-
Hdad de Crohn, una
patología intestinal que no tiene cura ampliación de la asociación al ámbi- en un centro de Maastricht donde
y que puede llegar a ser invalidante. to nacional fue en 1990. Hoy en
Precisamente, su grave sufrimiento
le condujo a cambiar su residencia a
Málaga en busca de un clima más
cálido. Humanista y solidario de
vocación. A los 43 años estudió
Medicina y en 1987 fundó ACCU. En
la actualidad, colabora con esta aso- enfermedad.
ciación de pacientes y es médico
voluntario en una Unidad de Día para
enfermos terminales. Su padeci-
miento crónico no le ha impedido
luchar por los pacientes y conseguir
una mayor concienciación social.
— ¿Cuándo fundó la Asociación de
Colitis Ulcerosa y Enfermedad de
Crohn (ACCU)?
44 Sesenta y más
La primera reunión con mis
pacientes la mantuve en 1986 pero
la fundación oficial fue un año des-
pués, en 1987, en Málaga. La
día, ACCU está integrada por 34
grupos provinciales o autonómicos.
— Cuando pone en marcha ACCU, ¿ya
se había jubilado?
No, todavía estaba trabajando,
aunque con jornada reducida por mi
— Usted, además de ser especialista
en el aparato digestivo, padece la
enfermedad de Crohn y conoce el
sufrimiento de la enfermedad...
Sí, lo conozco en primera persona.
En 1962 empecé con los primeros
problemas intestinales y en el curso
de un año empeoraron de tal mane-
ra que parecía un esqueleto andan-
te. En un principio, atribuyeron mi
enfermedad a un problema de ner-
vios, hasta que en 1963 estuve muy
grave y me tuvieron que hospitalizar
por fin me diagnosticaron que tenía
la enfermedad de Crohn. Era una
rareza. Yo era el segundo paciente
con esta patología de aquel hospital.
Los primeros 10 años de mi enfer-
medad fueron un calvario. Estuve en
cama durante cuatro años, siete
veces en el hospital, una opera-
ción... En 1972 me declararon invá-
lido y me aconsejaron emigrar hacia
España por el clima. En 1974 esta-
ba tan recuperado que empecé a
estudiar medicina en la Facultad de
Medicina de Málaga. A partir de
1988, mi salud empeoró otra vez
pero podía trabajar jornada reducida
y por supuesto nada de guardias. En