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Mayores Hoy FRANCISCO GAVILÁN

imperfecto. Así que no puedo aburrir- implícitamente en un plano supe- —¿Le dan a usted consejos?.
me nunca buscando lo inalcanzable. rior respecto al del que los recibe. Sinceramente, tampoco me
¡La perfección sólo puede esperarse Es como decirle: “yo sé más que tú gusta recibir consejos que no he
de un mayordomo inglés!. y tienes que hacerme caso”. No evi- requerido. A menudo son críticas
tar esa humillación al otro es corro- enmascaradas. A quienes practi-
— ¿Cuál es el mejor consejo de borar el aserto de Oscar Wilde can ese deporte los llamo “conse-
todos sus libros?. cuando afirma: “Es siempre una jeros no autorizados”. El consejo
Ya antes apunté mi alergia a los idiotez dar consejos, pero dar un es como el aceite de ricino: fácil
consejos. Siento un rechazo etimo- buen consejo es absolutamente de dar, ¡pero malísimo de tomar!.
lógico y emocional hacia la palabra fatal”. Pero, respondiendo a tu pre- Prefiero observar y hacer míos los
“consejo”. Me gusta comunicarme gunta, el mejor mensaje que, creo, ejemplos de los demás que pue-
con los demás de igual a igual. La transmiten mis libros es que “el dan enriquecer mi vida y hacerme
persona que da consejos (sin que paraíso no es ningún lugar, es un crecer interiormente. Prefiero ser
nadie se los haya pedido) se ubica estado de la mente” que parecer.

El elixir de la nos ya han podido experimentar sus rebeldía contra el cuerpo, cuando este
beneficios mediante modificaciones se va convirtiendo en un despojo. Con
eterna juventud genéticas). En este sentido, la teoría estas reparaciones en su carrocería,
del biólogo inglés Tom Friwood postu- los que sienten fobia a envejecer tra-

a sociedad estigmatiza, pues, la que, así como la muerte es inevita- tan de frenar la fecha de caducidad
ble, no lo es el envejecimiento. existencial. Es como agarrarse al
todo aquello que no responde a
Parece que con la hormona DHEA ( el clavo ardiendo del autoengaño “aún
Luna imagen de jovialidad, vigor,
último alarido en la moda farmacoló- soy joven”, negando la temporalidad.
belleza, utilidad, dinero, etc., de modo
gica) la eterna juventud está al alcan- Aunque, en realidad, esta orgía quirúr-
que no ha de resultar extraño que, a
ce de la mano. Según otras investiga- gica no salva la imagen de la persona,
medida que muchas personas se ale-
ciones publicadas en la revista sino que ¡refleja una proyección de la
jan por imperativos biológicos de
Sciende, pronto se podrá romper la misma que pronto llegará a ser!.
estos parámetros, se les manifiesta la
mítica barrera de los 120 años. Para Estos miedosos ignoran que envejecer
fobia a envejecer. Un miedo que va
celebrar el evento, surgirá un proble- no es enfermar. Pero la sociedad los
incrementándose a medida que cum-
ma económico: ¡costarán más la veli- ha convencido de que un núcleo de
plen más años. Así las cosas, tampoco
tas que la tarta de cumpleaños! todas las desgracias está en ellos mis-
ha de extrañar que este tipo de miedo-
En tanto estas ventajas no se apliquen mos y que en la cirugía estética está el
sos recurra a cuantas posibilidades le
al género humano de forma generali- remedio. Eliminar las arrugas, por
ofrece hoy la ciencia para retrasar la
zada, algunos fóbicos combaten su ejemplo, es como borrar tu biografía.
vejez. El envejecimiento, en efecto, se
doble miedo -a envejecer y al rechazo La vida se escenifica en el rostro y
puede retrasar, pero no detener. La social- sometiéndose a operaciones cada persona tiene la cara que se
conocida reflexión de Golda Meir (“La de cirugía plástica. Existe hoy una ver- merece. Lotte Lenya, estrella de la
vejez es como un avión en plena tor- dadera obsesión por este tipo de ope- opereta vienesa, decía, a los 68 años,
menta. El que está abordo no tiene raciones. Las clínicas rebosan de que aprobaba que las grandes estre-
nada que hacer”) ha quedado obsole- pacientes gerontológicos temerosos llas se sometieran a operaciones de
ta. Los revolucionarios descubrimien- de envejecer. Acuden al cirujano esté- cirugía estética, “pero yo quiero con-
tos en el campo de la biología y la tico para que les planche la orografía servar las arrugas que me he ganado
medicina para retrasar el envejeci- de la cara, les rebaje la papada, el con el sudor de mi frente”.
miento se encuentran casi a la vuelta abdomen o cualquier otro vestigio que ( Del libro “Toda esa gente miedosa
de la esquina (las moscas y los gusa- delate los estragos de la edad. Es la de…¡todo!”)

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