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Informe MEDICINA RURAL
Los médicos generalistas abogan y el “síndrome del quemado” son
porque la medicina de familia sea algunas de las enfermedades que
reconocida y se incorpore como materia más preocupan a este colectivo,
dada su elevada incidencia y su
troncal en la universidad repercusión en el trabajo.
niveles. Una alternativa seria propo- infrecuentes y de las infrecuentes Aproximadamente el veinte por
ner la especialización de los genera- manifestaciones de enfermedades ciento de los médicos presentan el
listas en ciertos campos de atención comunes, puesto que los médicos “síndrome del quemado” (burn out)
primaria como sucede en el Reino de atención primaria no ven casos un trastorno que repercute negativa-
Unido. suficientes para mantener su com- mente en su salud y rendimiento
petencia. laboral y que se debe en gran parte
Frente a enfermedades frecuentes al estrés laboral o la falta de motiva-
es imperativa la colaboración entre EL MÉDICO COMO ENFERMO ción, acompañada por angustia y
ambos (generalista-especialista) desinterés por la práctica de la pro-
cuando la enfermedad se agrava, Por primera vez, en el Congreso fesión.
persiste o recurre. En este caso el sobre Medicina Rural que tuvo lugar
especialista debe actuar como con- en Santander a finales de este año, Además, normalmente el médico
sultor y no sólo como prestador de se abordo un tema que a los médi- minimiza sus enfermedades y utiliza
servicios diagnósticos o terapéuticos cos no les agrada demasiado, como frecuentemente procedimientos dis-
que no domina el médico general. es hablar de sus propias enfermeda- tintos a los que aconseja a sus
des. Se considera que las conductas pacientes.
Es evidente que la oferta espe- adictivas, los trastornos pquiátricos
cializada debe cubrir el diagnóstico Diversos estudios han puesto de
y seguimiento de enfermedades manifiesto que un médico cuando
enferma no recurre, como sucede
El equipamiento de los consultorios no distingue entre rural o urbano. con el resto de la población, al Sis-
tema Sanitario. Sin embargo sufre
toda clase de enfermedades que han
de ser diagnosticadas y tratadas. La
relación del médico con su enferme-
dad pasa generalmente por la
minusvaloración de sus síntomas, y
son frecuentes las denominadas
“consultas de pasillo” a un compa-
ñero que suceden siempre de mane-
ra informal.
Si esas enfermedades son trastor-
nos mentales o adictivos aún se
ocultan más, porque son enfermeda-
des socialmente estigmatizadas y los
facultativos que las padecen tienen
miedo a ser identificados y perder el
prestigio profesional delante de sus
pacientes, el respeto de sus colegas
e, incluso, el trabajo. Sin embargo,
se estima que un diez por ciento de
los médicos presentan algún tipo de
conducta adictiva o algún grado de
trastorno psicológico. Un dato preo-
cupante, sobre todo por la repercu-
50 Sesenta y más
Los médicos generalistas abogan y el “síndrome del quemado” son
porque la medicina de familia sea algunas de las enfermedades que
reconocida y se incorpore como materia más preocupan a este colectivo,
dada su elevada incidencia y su
troncal en la universidad repercusión en el trabajo.
niveles. Una alternativa seria propo- infrecuentes y de las infrecuentes Aproximadamente el veinte por
ner la especialización de los genera- manifestaciones de enfermedades ciento de los médicos presentan el
listas en ciertos campos de atención comunes, puesto que los médicos “síndrome del quemado” (burn out)
primaria como sucede en el Reino de atención primaria no ven casos un trastorno que repercute negativa-
Unido. suficientes para mantener su com- mente en su salud y rendimiento
petencia. laboral y que se debe en gran parte
Frente a enfermedades frecuentes al estrés laboral o la falta de motiva-
es imperativa la colaboración entre EL MÉDICO COMO ENFERMO ción, acompañada por angustia y
ambos (generalista-especialista) desinterés por la práctica de la pro-
cuando la enfermedad se agrava, Por primera vez, en el Congreso fesión.
persiste o recurre. En este caso el sobre Medicina Rural que tuvo lugar
especialista debe actuar como con- en Santander a finales de este año, Además, normalmente el médico
sultor y no sólo como prestador de se abordo un tema que a los médi- minimiza sus enfermedades y utiliza
servicios diagnósticos o terapéuticos cos no les agrada demasiado, como frecuentemente procedimientos dis-
que no domina el médico general. es hablar de sus propias enfermeda- tintos a los que aconseja a sus
des. Se considera que las conductas pacientes.
Es evidente que la oferta espe- adictivas, los trastornos pquiátricos
cializada debe cubrir el diagnóstico Diversos estudios han puesto de
y seguimiento de enfermedades manifiesto que un médico cuando
enferma no recurre, como sucede
El equipamiento de los consultorios no distingue entre rural o urbano. con el resto de la población, al Sis-
tema Sanitario. Sin embargo sufre
toda clase de enfermedades que han
de ser diagnosticadas y tratadas. La
relación del médico con su enferme-
dad pasa generalmente por la
minusvaloración de sus síntomas, y
son frecuentes las denominadas
“consultas de pasillo” a un compa-
ñero que suceden siempre de mane-
ra informal.
Si esas enfermedades son trastor-
nos mentales o adictivos aún se
ocultan más, porque son enfermeda-
des socialmente estigmatizadas y los
facultativos que las padecen tienen
miedo a ser identificados y perder el
prestigio profesional delante de sus
pacientes, el respeto de sus colegas
e, incluso, el trabajo. Sin embargo,
se estima que un diez por ciento de
los médicos presentan algún tipo de
conducta adictiva o algún grado de
trastorno psicológico. Un dato preo-
cupante, sobre todo por la repercu-
50 Sesenta y más