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Cuando existe un fallo en esta función lo denominamos disfagia, que según el
Tratado de otorrinolaringología y cirugía de cabeza y cuello (2007), es la dificultad en el
transporte de secreciones endógenas o de los alimentos hacia el tracto digestivo superior,
por lo tanto la disfagia no sólo se produce con los alimentos sino con la propia saliva de la
persona.

Este síntoma puede aparecer en la población infantil y en la adulta. Para tratar la
disfagia infantil debemos conocer el desarrollo maxilofacial desde el nacimiento,
influyendo las funciones orofaciales, reguladas en un inicio por los reflejos. Es importante
tener en cuenta, que un bebé con problemas en estas funciones (succión, deglución y
masticación), desarrollará una mala articulación del lenguaje, ya que se comparten las
mismas estructuras. Además si las funciones al inicio están alteradas, el desarrollo
maxilofacial no será el adecuado.

La etiología de la disfagia es muy variada, desde enfermedades neuromusculares,
traumatismos craneoencefálicos, tumores de cabeza y cuello, hasta intubaciones
prolongadas o cirugías cardiacas y torácicas.

Esta incapacidad para deglutir provoca que el alimento no siga su curso natural y
pueda terminar en la vía respiratoria, lo que llamamos aspiraciones o penetraciones, con
un grave riesgo de neumonías e incluso paradas cardiorespiratorias,

Los síntomas que podemos observar y harán sospechar una disfagia son: negativa
a comer o beber, rechazo a determinados alimentos, miedo a comer solo, infecciones
respiratorias de repetición, parálisis facial, dificultades para articular las palabras
correctamente, babeo, degluciones muy lentas y restos de alimento en la boca, sensación
de atasco, dolor al tragar, o tos y atragantamiento durante o después de las comidas. La
ausencia de tos no significa que la persona no pueda tener una aspiración o penetración,
la falta de sensibilidad puede provocar que no lo note y el alimento pase a la vía
respiratoria.

Todos los síntomas anteriores provocan una reducción de las ingestas, grave riesgo
de desnutrición o deshidratación e infecciones respiratorias.

El profesional encargado de tratar estas dificultades es el logopeda, con formación
específica en dificultades deglutorias.

Los programas de rehabilitación logopédica en este tipo de patología incluyen
objetivos específicos, dependiendo de los problemas observados en la valoración; la
adaptación de posturas que favorezcan la deglución, la estimulación sensorial de las
estructuras maxilofaciales, la normalización de la musculatura implicada, mejorar la

Newsletter CREER Nº 64 Noviembre-Diciembre 2016 ~3~
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