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n reciente estudio desarrollado por investigadores del Brain
U Health Center del Pacific Neuroscience Institute en Providence
(EE.UU.) ha observado un vínculo fascinante entre el ejercicio regular
y una mejor salud cerebral. La investigación, publicada en Journal of
Alzheimer's Disease, muestra que estar físicamente activo está niveles moderados de actividad física, como dar menos de 4.000
relacionado con un mayor tamaño de áreas del cerebro importantes pasos al día, pueden tener un efecto positivo en la salud cerebral.
para la memoria y el aprendizaje. Para llegar a esta conclusión, los
investigadores analizaron resonancias magnéticas cerebrales de En definitiva, la investigación vincula la actividad física regular con
10.125 personas. mayores volúmenes cerebrales, lo que sugiere beneficios
neuroprotectores, y cuando esta práctica se suma a la demostrada
El estudio puso de manifiesto que aquellos sujetos que realizaban anteriormente sobre el papel de la dieta, la reducción del estrés y la
actividades físicas con regularidad, como caminar, correr o practicar conexión social, se confirman los beneficios comprobados de los
deportes, tenían mayores volúmenes cerebrales en áreas clave como factores modificables sin fármacos para reducir sustancialmente la
la sustancia gris, la sustancia blanca, o el hipocampo, confirmando enfermedad de Alzheimer, entre otros procesos neurodegenerativos.
que la práctica de deporte no solo reduce el riesgo de demencia, sino
que también ayuda a mantener el tamaño del cerebro, lo cual es (Seguir leyendo)
crucial a medida que se envejece. Asimismo, se asegura que incluso Revista de Neurología
os síntomas neuropsiquiátricos comunes que los médicos observan en los pacientes con enfermedad de Alzheimer tienen su origen en la
L inflamación cerebral y no en las proteínas amiloide y tau, según un artículo publicado en 'JAMA Network Open' por investigadores de la
Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (EEUU).
De este modo, el hallazgo refuerza la evidencia cada vez mayor del papel de la neuroinflamación en la progresión del alzhéimer y sugiere
nuevas vías para el desarrollo de terapias dirigidas a los síntomas neurológicos de la enfermedad.
“Los síntomas neuropsiquiátricos, como la irritabilidad, la agitación, la ansiedad y la depresión, figuran entre los más difíciles de tratar en los
pacientes con alzhéimer. Son difíciles de controlar, no tienen una causa clara y hacen que sea difícil para las familias cuidar de sus seres
queridos sin mucho apoyo”, ha señalado el primer autor Cristiano Aguzzoli, asociado postdoctoral en Pitt, quien ha añadido que con esta
investigación “se demuestra por primera vez que la inflamación cerebral puede ser la culpable de estos síntomas”.
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