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oBituario

su abuela, que él quería escribir cosas que afirmó que “el periodismo es una pa- de Pedro Páramo y del Llano en Llamas, las 35
como aquellas, como las que le contaba su sión insaciable que sólo puede digerirse y novelas de Juan Rulfo, y me dijo: Ahí tiene,
abuela en la que pudiera “insertar aconte- humanizarse por su confrontación des- para que aprenda”.
cimientos extraordinarios y anomalías carnada con la realidad”.
como si fueran simplemente un aspecto de A los veintisiete años publicó su primera
la vida cotidiana”. Finalmente deja sus es- Dos años antes fundó con su amigo Jai- novela, “La hojarasca”, en la que ya
tudios y comienza su dedicación al perio- me Abello Banfi, entonces director de Te- apuntan los rasgos más característicos de
dismo en Cartagena de Indias. lecaribe y su propio hermano Jaime la su obra de ficción, llena de desbordante
Fundación Nuevo Periodismo Iberoameri- fantasía y aparece el universo literario
El mejor oficio del mundo cano, con sede en Cartagena de Indias, Macondo. En esta su primera obra apare-
con la misión de estimular “las vocacio- ce ya una de las obsesiones creativas de
El primer trabajo como reportero fue en el nes, la ética y la buena narración en el García Márquez, la complejidad de las
periódico El Universal, de Cartagena de periodismo”. relaciones humanas, la soledad del mun-
Indias, y en El Heraldo, de Barranquilla. Su do y de sus personajes.
amigo Álvaro Mutis le convence para que En Sucre, un pueblo del interior de la cos-
regrese a Bogotá y trabaje en El Especta- ta del Caribe se encontraron Mercedes La espera de un coronel retirado que so-
dor. En todos los sitios se encontró con Barcha y Gabriel, allí vivían las dos fami- brevive esperando una carta que le ha-
unas redacciones en las que sus compañe- lias y era el lugar en el que ellos pasaban ble de su pensión que nunca llega, es la
ros no tardaron en pasar respecto a él de sus vacaciones de estudiantes, “Un día historia que relata, con más realismo
la duda a considerarlo como “uno de los en un baile de estudiantes, le cuenta a su que magia, en “El coronel no tiene quien
nuestros”. Se convirtió en un enamorado amigo Plinio Apuleyo Mendoza, y cuando le escriba”, publicada en 1961. El coro-
del periodismo que no tardó en defender ella tenía sólo trece años, le pedí sin más nel acude esperanzado a la oficina de
que el lugar de un reportero es la calle, en vueltas que se casara conmigo. Pienso correos en busca de esa misiva, mientras,
la que pulsar los latidos de la ciudad para ahora que era una metáfora para saltar cría un gallo de pelea con el que conse-
luego contarlo. Fue corresponsal en Nueva por encima de las vueltas y revueltas que guir alguna ganancia.
York y en París, recorrió Europa, crítico de había que hacer en aquellos tiempos
cine, y fundador de la revista “Alternati- para conseguir novia. Ella debió enten- El mundo comenzó a familiarizarse con
va”; en 1960 entró en la agencia Prensa derlo así porque seguimos viéndonos es- su nombre cuando se publica en junio de
Latina, de Cuba. porádicamente”. Diez años más tarde la 1967 “Cien años de soledad”, del que
metáfora se hizo realidad, “sin que nun- en una semana se vendieron ocho mil
En Espectador tuvo que entrevistarse con ca hubiéramos sido novios de verdad, ejemplares, cada semana se consumía
Alejandro Velasco, que sobrevivió diez continúa contando García Márquez, sino una nueva edición hasta llegar a vender
días en alta mar al naufragio de un des- una pareja que esperaba sin prisa y sin medio millón en tres años, traducido a
tructor de la Armada Nacional, el relato, angustias algo que se sabía inevitable” más de veinticuatro idiomas, y con el
escrito en primera persona, se publicó tiempo llegaría a más de treinta millones
por entregas durante veinte días y en Por aquel entonces había devorado a de ejemplares vendidos.
1970 se publicó en forma libro con el tí- Faulkner, Hemingway, Virginia Woolf y a
tulo de “Relato de una náufrago”. Dos Passos, entre otros muchos, se forjó El origen de la novela se encuentra en un
una casi enfermiza afición por el cine, llegó borrador titulado “La Casa” que García
García Márquez siempre se consideró so- a formar parte del “Grupo de Barranqui- Márquez llevó encima durante años por-
bre todo periodista. Cuando en 1966 in- lla” y conoció a su amigo Álvaro Mutis, de que no encontraba cómo darle forma.
tervino ante la Asamblea General de la quien con motivo del 80 cumpleaños en Hasta que un día mientras viajaba con
Sociedad Interamericana de Prensa lo una intervención pública Gabo resaltó en- Mercedes y sus dos hijos de vacaciones
hizo con un discurso titulado “El mejor tre otras cualidades personales su genero- hacia Acapulco, encuentra el tono que
oficio del mundo”, incluido en su libro sidad, y como muestra dijo que fue Álvaro tanto buscaba, no era otro que el de su
“Yo no vengo a decir un discurso”, en el Mutis quien “me llevó mi primer ejemplar abuela cuando le contaba aquellas histo-

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