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A fondo

EL ANTÍDOTO DEL MIEDO

¡Qué duda cabe que este camino
no es un jardín de rosas! Durante
el turno de preguntas que siguió
a las palabras del invitado, salió a
relucir el enemigo más duro en
este recorrido: el miedo. Pero el
miedo, según su parecer, debe
ser un compañero de viaje, no
un amigo. Acaba apoderándose
de aquellos que le dan cancha
para demoler el espíritu y las
ganas de seguir adelante.
Bien lo sabe este leonés ilustre. No
en vano estuvo a punto de dejar
el pellejo en la sima más profunda
del mundo, a 2.300 metros bajo
tierra, cuando unas inundaciones
en aquellas cavidades retuvieron
a su expedición sin comida ni
material. Casi enterrados vivos y
luchando para mantener la calma.
Finalmente, Calleja encontró el
mejor antídoto: la risa. Ante un
grupo sumido en el desaliento y
la certeza de la muerte, decidió
hacerles reír y que el humor fuera
el revulsivo para pelear. Y de
aquí arrancó uno de sus mejores
consejos para la gente del CRE.
“Echaos una buena carcajada ellos. Sois mis héroes”. Y cuando vértigo, pero luego os enganchó
cuando tengáis miedo. ¿Para qué un hombre que ha desafiado a poder ayudar a la gente y sen-
dar vueltas siempre a lo malo?”, la naturaleza y a la cordura en tirse querido. No hay cosa más
aseveró. sus aventuras habla de héroes… bonita. Vuestra profesión es

Y tras estas palabras, llegó el sabe lo que está diciendo. dura, pero muy hermosa”. Basta-
último mensaje. La fuerza del Para Calleja, los trabajadores del ba con mirar los gestos de apro-
espíritu humano es de una centro “no tienen una tarea fácil. bación del personal en la sala,
potencia formidable ante la que Seguro que el primer día teníais aún con su ropa de faena, para
se rinden las situaciones más
complicadas. Por eso, “si peleas “Me di cuenta de que el intento de
por una idea, al final lo consigues.
Solamente podemos cambiar ser el mejor, no tiene que convertirte
nuestras vidas si lo intentamos necesariamente en el mejor. Pero,
con nuestras mayores ganas”,
afirmó. La recompensa final sin duda, solo el hecho de intentarlo
merece la pena. y de llegar a nuestros máximos nos
proporciona una felicidad desconocida

18 60 y más • febrero 2019