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Manolo Santana

¿Y la dieta y los buenos hábitos
alimenticios viajan también en la
maleta?

Un día normal desayuno avena con
nueces, a mediodía incorporo el
atún a mi alimentación junto a una
ensalada de lechuga y tomate. De
postre me tomo un café, y si es
posible, que no falte una partida
de mus para mentir todo lo que no
puedes hacer en la vida.

Aquel que piense que Manolo
Santana ha sacrificado muchos
caprichos que transcienden hasta
la gastronomía puede equivocarse.
El cocido madrileño es algo que
me encanta, lo puedo comer cada
quince días, pero también me gus-
tan las ensaladas y los pescados.
No echo de menos nada porque
los caprichos como las lentejas
o las alubias, que antes evitaba,
ahora las como y quemo con faci-
lidad. Es importante no pegarse
atracones, comer con moderación
y llevar una vida saludable. No
hago nada fuera de lo normal, me
gusta tomarme una copa de vino
tinto, levantarme a las ocho de la
mañana, hacer una hora de depor-
te en el Gimnasio y jugar al padel
o al tenis durante dos horas.

Sigues siendo el mismo inconformis-
ta, ganador constante, pero, ¿algu-
na vez has perdido ante la pereza o
la excusa piadosa de la edad?

El día que me canse y compruebe
que no puedo hacer ejercicio sen-
tiré que he perdido el partido más
importante de mi vida, cualquiera
de hace cincuenta años. ¿Por qué lo
digo? Porque no habría vuelta atrás.

““Me niego a envejecer sentado enfrente del televisor”

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