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La Real Academia Española leer libros de caballería sino dis-
cursos de ingresos. El humor es
La Real Academia Española (RAE) se fundó en 1713 por iniciativa de muy importante en todo, en la
don Juan Manuel Fernández Pacheco, marqués de Villena, aprobando vida hay que meter una pincela-
su constitución el rey Felipe V el 3 de octubre de 1714 bajo el lema da de humor.
de limpia, fija y da esplendor. Los académicos, dirigidos en la actualidad
por don José Manuel Blecua, continúan velando por el mantenimiento Ya hay más académicas en la
de la unidad de la lengua, tarea en la que participan las 21 Academias RAE.
Hispanoamericanas, que junto con la Española, constituyen la
Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). Desde He tenido la suerte de que por
1726 publica el Diccionario de la Lengua, la principal obra de estas primera vez los dos académicos
características en español, preparándose la 23ª edición para el año que me acompañaron por el pa-
2014, coincidiendo con el trescientos aniversario de la institución. sillo central en el acto de ingreso
Posee un archivo y una biblioteca en la que figuran más de 250.000 han sido dos mujeres, la novelista
ejemplares, entre los que figuran incunables, manuscritos y primeras Soledad Puértolas y la filóloga
ediciones de autores como Lope de Vega y Cervantes. y compañera mía de la universi-
dad, Inés Fernández Ordóñez,
Los cambios ortográficos de la He procurado que el discur- que es la séptima mujer que ha
acentuación más polémicos son so fuera ameno y meter alguna ingresado en la Academia. Llega-
los referidos a los pronombres anécdota que lo fuera en rela- rá un momento en que se perderá
demostrativos y el adverbio solo ción con la historia de los discur- la cuenta. Pero todavía se seguirá
que no deben acentuarse. Los sos académicos. Una de las más subrayando porque el número es
prefijos se han asimilado me- curiosas es el caso de don Jacinto comparativamente bajo.
jor. Hay un aspecto decisivo y es Benavente, porque no solo pasa-
que los periódicos obedezcan las ron treinta años, desde 1912 en Algunas palabras que le gusten es-
nuevas instrucciones para que su que fue elegido sin que leyera su pecialmente.
asimilación sea más rápida. En discurso, sino que llegó un mo-
mi universidad, desde hace ocho mento en que pidió a la Acade- Siempre me resulta muy difícil
años doy clases de lengua espa- mia que cubriera su plaza. Pare- contestar a esa pregunta. A mi
ñola a un grupo de mayores, en- ce ser que el dramaturgo en una me gustan mucho todas las pa-
tre 55 y 80 años, y respecto a la entrevista en broma dijo que te- labras, en el sentido de que cada
ortografía trato de convencerles nía una especie de temor supers- palabra tiene su utilidad y cada
de que hay que evolucionar, que ticioso a que el tomar posesión palabra cumple unas funciones
no pasa nada. Lo que se apren- en la Academia te aceleraba la comunicativas en el momento
de de niño cuesta desalojarlo del muerte. En el siglo XIX, el poeta en que la necesitamos. Soy muy
cerebro y además la ortografía es José Zorrilla leyó su discurso en igualitarista. Puestos a decir una
fundamentalmente una cuestión verso. La situación relativamente palabra que me gusta, hay una
de memoria visual. Este curso es más frecuente ha sido la de aque- palabra que me parece genial en
una experiencia muy gratificante llos escritores que habiendo sido español que es la palabra corre-
por el enorme interés del audito- elegidos nunca ingresaron, caso veidile. A los que nos gusta es-
rio. Desgraciadamente el año que de Antonio Machado, Pérez de tudiar cómo están formadas las
viene no voy a poder dar clases Ayala o de Unamuno. palabras es un prodigio, porque
porque voy a estar muy absorbi- son tres verbos (corre ve dile)
do con el trabajo de la Academia Usted sintió que se le iba la cabeza unidos por una conjunción, con
y la elaboración de la 23ª edición como a don Quijote, en caso tras un pronombre (le), que es para
del Diccionario. la lectura de tanto discurso. designar algo que se deduce muy
fácilmente de esa formación, que
Su discurso de ingreso en la RAE, En Mi silla en la Academia es la Q es un cotilla: uno que siempre
doscientas sesenta y tres ocasiones y por eso introduje una pequeña corre va y dice. Quedémonos con
como esta repasa los discursos de sus broma imaginando la situación esa que a mi me parece un monu-
predecesores, anécdotas incluidas. del que pierde el juicio no por mento al ingenio creador.
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