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| MAYORES HOY















          Maruchi Ripoll ya decide afi n-   sa”, en donde expresé la fuerza de  “La pintura globalista es
          carse en Barcelona, y a fi nales   unos lienzos que transmitían mu-  la unión de varios estilos
          de aquel año (1972), vuelve a     chos mensajes, y cuya lectura no   en uno solo”
          contraer matrimonio, con un va-   dejaba indiferente a nadie. Fue la
          lenciano residente en la Ciudad   etapa en donde el horror, el mie-
          Condal; enlace que duró cuatro    do, la incertidumbre se apodera-  árboles que comparten el mismo
          años. Fue, en ese período de tiem-  ba de la vida de Maruchi. Dentro   espacio físico del jardín/cuadro,
          po, cuando la artista desarrolla   de este período, podemos citar   pero inmersos en la más absoluta
          su época negra, donde las escenas   obras como: “Pasión”, “Luz en la   soledad. Otra obra es: “Vivir en
          tétricas y de dolor se imponen en   oscuridad”, “Leyenda de los ojos   soledad”, donde representa un
          la superfi cie de sus cuadros; fue   verdes”, “Evocando a Bécquer”,   vetusto caserón de piedra en un
          un período de muchas sombras      “Melancolía”… “Las pinturas de    lugar muy húmedo lleno de ár-
          y oscuridad, y pocas luces. Me es   este período refl ejaban la lucha   boles, en cuyas ramas y hojas se
          grato recordar que fue, entonces,   interna de una ansiedad sin lími-  escondían ojos de espíritus que
          concretamente en mayo de 1976,    tes”, comenta la artista.         miraban. Otros lienzos de esta
          cuando conocí personalmente                                         etapa artística fueron: “Retiro es-
          a Maruchi, con motivo de una      El renacimiento de la luz         piritual”, “Nostalgia de un pasa-
          exposición en la Sala de Editora   en su obra                       do”, representando a la hermosa
          Nacional, de Barcelona, escri-                                      isla de Mallorca, en forma de oli-
          biendo una crítica de su obra, en   En 1978, renace la luz en la obra   vo, mientras que la nostalgia de
          el desaparecido diario “La Pren-  de Maruchi, iniciándose entonces   la artista a modo de un alma que
                                                         una serie de obras   vaga sobre el sotobosque, y aban-
                                                         donde el optimis-    donando el escenario del cuadro;
                                                         mo se impone so-     “Noche luminosa”, donde repre-
                                                         bre la decadencia    senta a una novia mirando la
                                                         y las dudas del ser   luna con nostalgia, y el ramo de
                                                         humano. Y desde      fl ores lo tiene apartado; “Noctur-
                                                         1980 hasta nues-     no”, que descubre en la escena a
                                                         tros días, se desa-  la artista, sola, tocando el piano.
                                                         rrolla su última
                                                         etapa artística. Se   En la década de los 90, Maru-
                                                         trata de un perío-   chi realiza obras no menos sig-
                                                         do de varios esta-   nifi cativas, y que también ya
                                                         dos de ánimo: en     forman parte de las grandes
                                                         el primero se rom-   realizaciones pictóricas de nues-
                                                         pía la oscuridad     tro arte del siglo XX; entre las
                                                         por la soledad.      cuales: “El misterio del parque”,
                                                         En 1982, vuelve a    donde la artista refl eja una so-
                                                         casarse, pero Ma-    ledad sobrecogedora, en el in-
                                                         ruchi sigue sola, y   timismo de un parque al ano-
                                                         sus cuadros refl e-  checer, con la verja de hierro
                                                         jan ese aislamien-   entreabierta y una luz cenital
                                                         to. De este período   que cala en las pupilas del es-
                                                         son cuadros como:    pectador, invitándole, al mismo
                                                         “Soledad compar-     tiempo, a traspasar los límites
                                                         tida”, en donde      de lo físico. Maruchi Ripoll creó
                                                         representa a dos     esta genial obra, a consecuencia

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