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ocurrió algo que le marcaría para   lloraba  amargamente
          siempre:  una  alumna,  por  envi-  en  forma  de  esquele-
          dia,  destruyó  una  pintura  suya;   to,  “ellos  son  los  que
          este hecho, lejos de amedrentarla,   pagan  las  consecuen-
          le daría muchas más fuerzas para   cias”,  añade  Maruchi;
          seguir trabajando. En aquella es-  y, por encima de todo,
          cuela,  Maruchi  permaneció  tres   la libertad, como es el
          cursos,  durante  los  cuales  supo   divorcio, que un grupo
          alternar otras actividades artísti-  de  personas  encerra-
          cas, como clases de piano, com-   das en la profundidad
          posición musical, clases de ballet,   de un abismo, luchan-
          de canto, de ópera, etc.; todo ello,   do por salir al exterior
          en plan amateur.                  a  través  de  unas  cuer-
                                            das  y  escaleras,  ilumi-
          En 1956, se casó por primera vez   nadas  con  antorchas,
          en la ciudad de Palma, teniendo   y  portadas  por  otros
          dos hijos, lo que obligó a que de-  que  ya  habían  tenido
          jase  su  actividad  artística  en  un   la  suerte  de  alcanzar
          segundo plano. Seis años más tar-  la libertad. Otros cua-
          de, enviudó, y fue entonces cuan-  dros   representativos
          do  retornó  su  sensibilidad  que   de  esta  época  fueron:
          tenía adormecida. Entonces, Ma-   “Repulsión”, “La mano
          ruchi Ripoll le dio rienda suelta a   del prepotente”; en este
          su impulso creativo, y se apuntó   último, reflejó la situación de Es-  1972,  se  llevaría  a  cabo  aquella
          a la Escuela de Artes y Oficios de   paña a comienzos de la década de   primera  exposición;  pero,  a  los
          Palma, donde aprendió la técnica   los setenta.                     pocos días, se confirmó lo que se
          del óleo y pintó su primer cuadro:                                  temía: que el régimen franquista
          un bodegón.                       Y  Maruchi,  con  un  patrimonio   ordenase  su  clausurara,  porque
                                            artístico envidiable, decide llamar   los  lienzos  de  Maruchi  conde-
          Su etapa contestataria            a la puerta de Camilo José Cela,   naban la rigidez del sistema que
                                            entonces residente en Son Arma-   atenazaba  a  la  sociedad.  Mien-
          Después,  surgieron  infinidad  de   dans (Mallorca), y éste, al cono-  tras  que,  por  las  calles  de  Bar-
          obras  que  ya  comenzaron  a  lla-  cer la obra pictórica de la artista,   celona,  grupos  sindicales  y  es-
          mar  la  atención  de  los  críticos   que  calificó  de  contestataria,  no   tudiantes de izquierdas exhibían
          de entonces. Aquella fue la etapa   dudó en convertirse en su impul-  pancartas animando a las gentes
          contestataria para la artista, en la   sor; aconsejándola que expusiese   a  visitar  la  exposición.  Una  de
          cual ella supo reflejar los grandes   en Barcelona, ciudad mucho más   las obras expuestas representaba
          cambios  que  se  llevaban  a  cabo   abierta a las nuevas tendencias.  a  unos  manifestantes  portando
          en la sociedad, como el divorcio.                                   escobas,  con  las  cuales  barrían
          Para Maruchi, el matrimonio era   Y  así  lo  hizo.  Maruchi  Ripoll   las telarañas…; detrás, una per-
          una máscara, y así lo representó   llega a la Ciudad Condal con el   sona mayor, rodeada de latas de
          en  un  lienzo,  en  cuya  superficie   apoyo moral de Cela, y una re-  conservas.  Poco  después,  Cami-
          creó lo siguiente: unas manos que   comendación bajo el brazo para   lo  José  Cela  escribía:  “No  erré
          se unían, en el centro espacial, y   Cesáreo Rodríguez Aguilera, sin   en  mi  diagnóstico  cuando,  dos
          detrás una máscara, alusiva a la   duda, uno de los más prestigio-  años atrás, auguraba a la pintura
          incógnita de dicho enlace; en un   sos críticos de arte de la época,   de  Maruchi  Ripoll  un  porvenir
          lado, una pareja, rodeada de ga-  quien residía en la capital cata-  diáfano. Hechos cantan y obras
          viotas,  como  amor  libre;  mien-  lana.  Rodríguez  confirma  la  di-  son amores y no buenas razones.
          tras que al lado opuesto, la pareja   mensión socio-cultural de la obra   Y aquí la tenemos de nuevo, ra-
          atada con unas cadenas y rostros   de la artista balear, y se enamora   diante  de  sabiduría  y  pletórica
          apesadumbrados,  sobre  cuyas     de sus lienzos. En la prestigiosa   de belleza, para el mejor deleite
          cabezas, el rostro de un niño que   Sala  Syra,  en  la  primavera  de   de quienes amamos el arte”.

                                                                                         Más información   53



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