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Estas escenificaciones navideñas requieren la
colaboración y el trabajo desinteresado de

personas de todas las edades.

concebido a modo de gigantesco y nocturna, que incrementa, si cabe,
esotérico dédalo de pasillos y gale- la sensación de intimismo.
rías interrelacionadas, capaces de
hacer confundir a los posibles asal- ESTATUAS VIVIENTES
tantes, mientras facilitan cualquier
maniobra a los defensores; todo Pero este pesebre que, desde
ello, al amparo de una oscuridad 1982, viene escenificándose en Sant
Guim de la Plana,
resulta más sobreco-
gedor, sin cabe, por-
que sus actores, cerca
de trescientos y de
todas las edades, a
pesar de no ser profe-
sionales, se muestran
estáticos, y mudos, en
una posición concreta,
mientras pasa el grupo
de visitantes. La pos-
tura del actor encarna
el instante que se
puede calificar de cla-
ve en su correspon-
diente oficio. Por otra
parte, es impresionan-
te la fortaleza de estas
personas para resistir
el rigor del clima, por-
que si tienen que
mostrarse con la esca-
sa ropa que les carac-
teriza en su lejana
medicinales y silvestres, etc. etc. Palestina, así lo
Curiosamente, cada escena es inde- hacen, a pesar de las
pendiente de las demás, tras esta inclemencias del frío y
muestra de oficios tradicionales, el la humedad ambien-
visitante, casi sin darse cuenta, se tal, en los escenarios
introduce en el laberinto urbano exteriores. El mismo
semi-subterráneo de la población ángel anunciador de
que, en Sant Guim de la Plana, des- los pastores, que apa-
de los siglos altomedievales (X y XI), rece en un espacio
tiene la particularidad de haberse abierto, elevado sobre

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