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                         ablar de Navidad, de Fin    debemos comportarnos con los           Saturnalia, primero, y la Brumalia,
                         de Año y Reyes son sinó-    demás como los demás quisiésemos       después, que, del 17 al 25 de
                         nimos de paz, amor, feli-   que se comportaran con nosotros; el    diciembre, conmemoraban el día más
                         cidad, alegría y familia.   calor hogareño, por tanto, rodeados    corto del año y el nuevo Sol.
                         Es una época del año        por las personas más queridas,           La palabra “Navidad” es una con-
              Hrealmente especial, si no             desempeña en estos días un papel       tracción de “Natividad”, que signifi-
              la mejor, aquella que nos predispone   fundamental en su celebración.         ca natalicio. Esta fiesta hizo su apari-
              a la comunicación con los demás          Pero la Navidad (“Christmas”, en     ción en la Iglesia católica y de allí se
              miembros de nuestra familia y del      inglés) no es una fiesta moderna, ni   extendió al protestantismo y al resto
              entorno, en donde los buenos propó-    tampoco de origen cristiano; es una    del mundo. La Navidad se introdujo
              sitos se imponen y que, de alguna      celebración que entronca con las fes-  en la Iglesia durante el siglo IV –exac-
              manera, trata de recordarnos que       tividades paganas de origen celta      tamente en el año 345, cuando fue
                                                                                            reconocida oficialmente, proclamán-
                                                                                            dose el 25 de diciembre como fecha
                                                                                            de la Navidad–, proveniente del paga-
                                                                                            nismo, puesto que, con anterioridad,
                                                                                            la costumbre de los primitivos cristia-
                                                                                            nos no era la celebración de natali-
                                                                                            cios, sino la muerte de personas
                                                                                            importantes. La Pascua, constituida
                                                                                            por autoridad bíblica en el Nuevo Tes-
                                                                                            tamento, es una conmemoración de
                                                                                            la muerte de Cristo. En el siglo V, la
                                                                                            Iglesia Occidental ordenó que fuese
                                                                                            celebrada para siempre, en el mismo
                                                                                            día de la antigua festividad romana
                                                                                            en honor del nacimiento del sol, al no
                                                                                            conocerse con exactitud la fecha del
                                                                                            nacimiento de Jesús.
                                                                                              El pesebre, belén o nacimiento, es
                                                                                            otro de los elementos más significati-
                                                                                            vos de la Navidad, que se recoge tras
                                                                                            la Epifanía, es originario de Tierra
                                                                                            Santa, evocando la derruida cuadra
                                                                                            de la ciudad de Belén (Judea), en
                                                                                            donde nació el Niño, en compañía de
                                                                                            San José y la Virgen María, y con el
                                                                                            calor que le daban con su aliento el
                                                                                            buey y la burra.
                                                                                              En toda España hay célebres
                                                                                            escenificaciones de pesebres vivien-
                                                                                            tes, donde el visitante queda exta-
                                                                                            siado al contemplar todas y cada
                                                                                            una de las escenas relacionadas con
                                                                                            la Navidad y la Epifanía, incluyendo
                                                                                            los oficios. Allí donde se realizan
                                                                                            estas escenificaciones navideñas, el
                                                                                            trabajo entusiasta y la colaboración
                                                                                            de personas de todas las edades son
                                                                                            los elementos que hacen posible el
                                                                                            éxito de esta festiva tradición. Entre
                                                                                            las escenificaciones de la natividad



                                                                                                         Sesenta y más 9
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