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otros”. De hecho, muchos científicos
mayores continúan acudiendo a
bibliotecas e institutos de investiga-
ción, lo que confirmaría la mentada
afición.
Hoy día, nadie se atrevería a jubilar
a Goya o a Picasso. Nadie les diría
“¡está Vd. jubilado, ya no pinte más!”,
máxime cuando su plenitud fue en la
madurez más avanzada. Suena ridícu-
lo. Nadie les dice que tengan que
parar. Reconocen que esta situación
hay que aceptarla tal como es, pues
“a todos nos gustaría ser siempre
Profesor Manuel Rico. Profesor Jesús Ávila. Profesor José Elguero.
jóvenes y conservarnos en lo máximo
LAURELES ¿DE DESPEDIDA? de nuestro trabajo, pero hay que ser
humildes y dejar paso a la gente
El principal reconocimiento para estos hombres de ciencia es saber que su trabajo ha servido joven”.
para algo, en la física, en la química y en la biología; es el calor de sus familias y amigos; el Para dejar paso, como apunta el
abrazo de sus colegas; el respaldo de sus superiores… Pero a nadie le amarga el dulce de los Profesor Ávila, “tiene que haber can-
premios. La mayoría son personalizados, pero su humildad les impide olvidar que junto a ellos tera, para que los sucesores puedan
existen equipos que, codo con codo, han trabajado cada día y sin los cuales, nada o casi nada superar a sus maestros y así con cada
habrían logrado. Como señala el Pr. Ávila “los premios siempre son de agradecer, pero no es lo generación, si no, no habría progreso.
más importante. Lo más importante es “descubrir cosas nuevas, tener nuevos conocimientos”. Eso no quiere decir que los que hay,
¡Si encima te lo premian, pues muy bien! Pero en un científico esa no debe ser su meta, deben tengan que retirarse obligatoriamente,
ser otras”. sino que puedan seguir participando”.
Todos ellos han recibido laureles de mayor o menor rango, pero quizá los obtenidos a edad La fórmula de la universidad con el
madura refrendan que hay ciencia mientras hay vida. Los tres han obtenido, entre otros, el procedimiento de profesor emérito o
máximo galardón de las Ciencias en España que otorga el Mº de Educación: el Premio Nacional el CSIC con el de doctor vinculado,
de Investigación Científica. El Pr. José Elguero en 1993, en Química, por la valiosa labor reali- permite que se queden mientras estén
zada en el campo de la investigación farmacéutica; el Pr. Manuel Rico en 2003, también en Quí- trabajando en proyectos que tengan
mica, por su contribución en la Resonancia Magnética Nuclear de biomoléculas, donde ha financiación. Lo que se pretende evi-
adquirido un gran prestigio internacional; y el Pr. Jesús Ávila en 2004, en Biología, por su con- tar es que exista gente que haya pasa-
tribución al área de neurobiología molecular, morfología y funcionalidad de las neuronas, que do la edad de jubilación y pueda desa-
ha permitido avanzar en el conocimiento de procesos neurovegetativos como el Alzheimer. rrollar alguna actividad investigadora
Pueden sonar a recompensas tardías, pero como afirma el Pr. Rico “hay premios que se dan a sin y no tenga líneas de financiación.
los cuarenta, mientras que otros son el reconocimiento a una labor y siempre satisfacen. Pero Tanto el reglamento sobre emerita-
uno no trabaja para que le den premios. Trabaja por lo que trabaja. Si no me lo hubieran dado, je como la figura «ad honorem» no
pues nada, como otros que se han presentado y nunca se los han dado, pero no pasa nada”. parecen suficientes. El Profesor Rico
En enero pasado, coincidiendo con la apertura del Año de la Ciencia, se celebró la última edi- señala que “no deberían poner tantas
ción de los Premios Nacionales de Investigación que recayeron en los científicos Juan Modolell barreras. Acceder a ser «ad honorem»
(en biología); Joan Rodes (medicina); Mateo Valero (en ingeniería); Andreu Mas (derecho y cien- es como jugarse un alto cargo político
cias económicas y sociales); y José Antonio Pascual (humanidades). Su Majestad el Rey D. Juan por la cantidad de filtros, colocados
Carlos pidió en su discurso de entrega un mayor compromiso económico con la Ciencia. Días para quien no tiene nada que decir.
después, el Mº de Educación y Ciencia hacía público un presupuesto para divulgación de 11 Deberían permitir que los que tene-
millones de euros “para acercar la ciencia a los ciudadanos, especialmente a los más jóvenes, mos proyectos en curso, estuviéramos
pues ciencia y tecnología son parte de la cultura general”, según la Ministra Cabrera. hasta que acabarlos”. Hay muchos
Nuestros sabios han portado la llama del saber, que un día recibieron de sus maestros y que caminos para seguir, participando en
hoy, más tarde o más temprano, deberán entregar a sus sucesores, para que la luz del conoci- sociedades científicas, como evalua-
miento siga brillando. Quizá sus nombres no pasen a la posteridad, ni sus caras encabecen dor de proyectos, etc., aprovechando
espacios televisivos altisonantes, pero quedará para siempre «su obra inmarcesible». más los aspectos de su experiencia,
las ideas generales, de cultura adqui-
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