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              ras, un antes y un después en la tran-  Picasso –clásicos, cubistas y surrea-  Español en la Exposición Internacio-
              sición política española. Veinticinco  listas–, sino también como icono uni-  nal de las Artes y Técnicas de la Vida
              años después, el Museo del Prado,      versal por excelencia de denuncia de   Moderna, celebrada en París en
              que recibió en primera instancia el    todas as catástrofes bélicas aconteci-  1937, construido en aquella ocasión
              cuadro, y el Museo Nacional Centro     das desde el siglo XX.                 para dar testimonio de la trágica
              de Arte Reina Sofía, que actualmente     En el Museo Nacional Centro de Arte  situación que atravesaba España, aso-
              lo custodia, aúnan sus esfuerzos para  Reina Sofía esta celebración adquiere  lada por la Guerra Civil.
              celebrar de una forma conjunta este    un significado propio y extraordinario   Desde el 1 de mayo al 4 de junio de
              aniversario tan singular.              en cuanto este Museo alberga la excep-  1937, Picasso estuvo dedicado a la
                La sección de la exposición que      cional obra picasiana, que a su vez se  realización de esta monumental pintu-
              acoge el Museo Reina Sofía pone todo   convierte en la columna que articula y  ra. Durante los seis primeros días tra-
              el énfasis en el compromiso moral del  colma de sentido su colección.         bajó en un conjunto de obras prepara-
              artista con la realidad, centrándose en   El gran mural Guernica surgió de    torias del gran lienzo. El motivo que
              la grandeza del Guernica, no sólo      un encargo a Pablo Picasso por el      impulsó a realizar la composición defi-
              como obra que reúne los principales    Gobierno de la República española      nitiva fue la noticia de los bombardeos
              elementos de la evolución artística del  para que formase parte del Pabellón  de la aviación alemana, colaboradora
                                                                                            de las tropas franquistas, sobre la villa
                                                                                            vasca de Guernica, que conoció a tra-
                                                                                            vés de las trágicas fotografías publica-
                                                                                            das por periódico francés “L'Humani-
                                                                                            té”. Concebido como un gigantesco
                                                                                            cartel, el Guernica es un grito de
                                                                                            denuncia del horror de la Guerra Civil
                                                                                            española y de cualquier otra, desde la
                                                                                            consideración del padecimiento de las
                                                                                            víctimas , y, a la vez, una pieza funda-
                                                                                            mental del arte del sigo XX.
                                                                                              En la principal sala de la Colección
                                                                                            Permanente del Museo Reina Sofía,
                                                                                            aquella que alberga la producción
                                                                                            picassiana, se establece un eje princi-
                                                                                            pal al situar, frente a frente, el Guer-
                                                                                            nica y la emblemática obra “El 3 de
                                                                                            mayo de 1808 en Madrid: Los fusila-
                                                                                            mientos den la montaña del Príncipe
                                                                                            Pío” (1814), de Francisco Goya, sus-
                                                                                            citando un fructífero diálogo entre dos
                                                                                            de las imágenes más rotundas de la
                                                                                            iconografía universal que muestran el
                                                                                            padecimiento de los inocentes en
                                                                                            cualquier confrontación bélica, y
                                                                                            poniendo en relación dos actitudes
                                                                                            cercanas y definitorias del artista
                                                                                            moderno, como la que encarnaron
                                                                                            tanto Goya como Picasso. Una rela-
                                                                                            ción que Picasso asumió de manera
                                                                                            dinámica y dialéctica en su mirada a
                                                                                            la tradición pictórica española.
                                                                                              Un segundo eje, igualmente inédito
                                                                                            y excepcional, es el que se constituye,
                                                                                            a través de la citada obra de Goya, con
              Autorretrato con la paleta en la mano. 1906.                                  “La ejecución de Maximiliano” (1868-



                                                                                                       Sesenta y más 59
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