Page 57 - ses251
P. 57
054-057SESENTA 4/7/06 20:33 Página 57
te años, cuando nos dirigimos a él
para que nos diera permiso para
poner una placa en recuerdo de los
enterrados en la fosa de Uclés,
nos dijo que “los perros no necesi-
tan de tanto recuerdo”. Algunos
creen que nuestra demanda pre-
tender reabrir viejas heridas, pero
no quieren ver que siguen abiertas
mientras los muertos no descansen
en sus pueblos, al lado de sus
familiares.
– ¿Hace mucho tiempo que no va por
Uclés?
La última vez fue el año pasado
cuando acudí a la exhumación de
los restos de los presos ejecutados
de la fosa aneja al Monasterio en
el lugar llamado “La Tahona”, rea-
lizada por la Asociación para la
Recuperación de la Memoria Histó-
rica de Cuenca y que continuará en
julio de este año.
– Al final, usted pudo rehacer su
vida.
Sí, me casé, tuve hijos e, incluso,
“Lo más duro que he vivido ha sido trabajé en una fábrica donde no
miraban tu origen. Por desgracia,
la muerte de mi mujer” mi mujer falleció el año pasado.
Eso ha sido lo más duro que he
– La maldad, ¿existe? tanto daño, la mayoría fallecidos, vivido; hubiera preferido volver a
La maldad de aquella época no sólo de uno de mi pueblo que actuó pasar otra vez lo que pasé antes
existe ya. Estoy seguro de que como testigo de cargo en el conse- que su muerte.
aquello no podría repetirse, pues jo de guerra que me condenó y que
es la vergüenza más grande que se se despachó con todo tipo de false- – Hablando de la situación de las
ha producido en la historia. dades sobre mi y el resto de sus personas mayores en España, ¿cómo
paisanos recluidos. la valora una persona que vive en
– ¿Ha perdonado usted? una residencia?
Sí, todos los que hicieron eso ya – ¿Piensa que se ha hecho justicia? Para mi está mal: cobro una pen-
están perdonados. A muchos de No, ninguna. El hecho de que mi sión mensual de 830 euros y pago
ellos, Dios se los ha llevado para padre permanezca aún en la fosa 1.100 a la residencia por lo que
allá y ya no tiene ningún sentido no cuarta de Ocaña lo demuestra. tengo que echar mano de mis aho-
hacerlo. Yo sólo quiero que se También, que en algunos lugares rros para hacer frente a la diferen-
conozca lo que pasó después de se sigan oponiendo a que se recu- cia. A pesar de eso, Ia calidad de
la guerra, nada más. Precisamente, pere la memoria de nuestros muer- vida que tenemos ahora no tiene
en el libro no he querido dar nom- tos. Muchos piensan todavía como nada que ver con la que existía
bre alguno de los que me hicieron el obispo de Cuenca que hace vein- hace años en España.
Sesenta y más 57