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                                                                                           para que nos diera permiso para
                                                                                           poner una placa en recuerdo de los
                                                                                           enterrados en la fosa  de Uclés,
                                                                                           nos dijo que “los perros no necesi-
                                                                                           tan de tanto recuerdo”. Algunos
                                                                                           creen que nuestra demanda pre-
                                                                                           tender reabrir viejas heridas, pero
                                                                                           no quieren ver que siguen abiertas
                                                                                           mientras los muertos no descansen
                                                                                           en sus pueblos, al lado de sus
                                                                                           familiares.


                                                                                           – ¿Hace mucho tiempo que no va por
                                                                                           Uclés?
                                                                                           La última vez fue el año pasado
                                                                                           cuando  acudí a la exhumación de
                                                                                           los restos de los presos ejecutados
                                                                                           de la fosa  aneja al Monasterio en
                                                                                           el lugar llamado “La Tahona”, rea-
                                                                                           lizada por la Asociación para la
                                                                                           Recuperación de la Memoria Histó-
                                                                                           rica de Cuenca y que continuará en
                                                                                           julio de este año.


                                                                                           –  Al final, usted pudo rehacer su
                                                                                           vida.
                                                                                           Sí, me casé, tuve hijos e, incluso,
              “Lo más duro que he vivido ha sido                                           trabajé en una fábrica donde no

                                                                                           miraban tu origen. Por desgracia,
                          la muerte de mi mujer”                                           mi mujer falleció el año pasado.
                                                                                           Eso ha sido lo más duro que he
              – La maldad, ¿existe?                 tanto  daño, la mayoría fallecidos,    vivido; hubiera preferido volver a
              La maldad de aquella época no         sólo de uno de mi pueblo que actuó     pasar otra vez lo que pasé antes
              existe ya. Estoy seguro de que        como testigo de cargo en el conse-     que su muerte.
              aquello no podría repetirse, pues     jo de guerra que me condenó  y que
              es la vergüenza más grande que se     se despachó con todo tipo de false-    – Hablando de la situación de las
              ha producido en la historia.          dades sobre mi y el resto de sus       personas mayores en España, ¿cómo
                                                    paisanos recluidos.                    la valora una persona que vive en
              – ¿Ha perdonado usted?                                                       una residencia?
              Sí, todos los que hicieron eso ya     – ¿Piensa que se ha hecho justicia?    Para mi está  mal: cobro una pen-
              están perdonados. A muchos de         No, ninguna. El hecho de que mi        sión mensual de 830 euros y pago
              ellos, Dios se los ha llevado para    padre permanezca aún en la fosa        1.100 a la residencia por lo que
              allá y ya no tiene ningún sentido no  cuarta de Ocaña  lo demuestra.         tengo que echar mano de mis aho-
              hacerlo. Yo sólo quiero que se        También, que en algunos lugares        rros para hacer frente a la diferen-
              conozca  lo que pasó después  de      se sigan oponiendo a que se recu-      cia. A pesar de eso, Ia calidad de
              la guerra, nada más. Precisamente,    pere la memoria de nuestros muer-      vida que tenemos  ahora no tiene
              en el libro no he querido dar nom-    tos. Muchos piensan todavía como       nada  que ver con la que existía
              bre alguno de los que me hicieron     el obispo de Cuenca que hace vein-     hace años en España.



                                                                                                        Sesenta y más 57
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