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Informe MUJERES CUIDADORAS: LOS CUIDADOS, TODAVÍA, TIENEN ROSTRO FEMENINO
dientemente de si esa zona es más Al cuidar se produce una empatía entre la persona cuidada y la que la cuida.
industrial o rural, más rica o más
pobre, dio como resultado que en el como centros de día, residencias tem- mera, un hospital de día, ayuda a domi-
59,4 por ciento de los hogares anda- porales, estancias de vacaciones para cilio, ayuda para realizar las tareas
luces vivía una persona que necesita- gente dependiente, alojamiento tem- domésticas o una ayuda económica.
ba ser cuidada y en el 66 por ciento poral en familias de acogida o servi- Ellas quieren seguir cuidando, un 41
de los casos lo hacía la familia y sola- cios “canguro”. Y, por último, unas por ciento dice que le gustaría un cen-
mente en el 31 por ciento eran auto- prestaciones económicas, como un tro donde poder dejar al cuidado unas
cuidado, servicios formales o ayuda subsidio para reconocer el valor del horas al día pero sólo un siete por cien-
contratada. trabajo, una compensación económi- to quiere dejar allí permanentemente a
ca por el abandono de actividad, ayu- su familiar.
El rostro de ese cuidado informal es das para el alojamiento temporal, una
una mujer (91,4%) entre veintiún y cobertura para gastos generales deri- ABUELAS CUIDADORAS
cuarenta y nueve años y sin trabajo vados del cuidado o ventajas fiscales.
remunerado (83,9%). Las tareas funda- El Dr. Antonio Guijarro de la Facul-
mentales son arreglar la casa, llamar al Según percepción de las propias cui- tad de Medicina de Granada ha reali-
médico, ir a la farmacia, fregar los pla- dadoras las ayudas más útiles serían la zado un interesante estudio sobre un
tos, hacer la comida, realizar la higiene visita a domicilio del médico o la enfer-
de la persona cuidada, permitir su
movilización y dar apoyo emocional. El
43 por ciento de estas cuidadoras dedi-
can entre nueve y veinte horas de cada
día al trabajo de cuidar, por lo tanto es
estar disponible permanentemente.
Este cuidado informal hace que
muchas personas puedan seguir vivien-
do en su medio habitual.
La vida de más del 60 por ciento de
esas mujeres ha cambiado radical-
mente, han debido asumir gastos
extras, afecta al tiempo para ellas mis-
mas, a su situación laboral y vida
social, a su intimidad, a su propia
salud e incluso el 20 por ciento han
tenido que cambiar de residencia.
Un 35 por ciento de estas mujeres
perciben que su salud es mala, el 24
por ciento tienen poca satisfacción de
la vida, el 37 por ciento duerme menos
de siete horas y el 57 por ciento toma
medicamentos.
Por todo ello hay que cuidar a
quien cuida. Las cuidadoras necesi-
tan apoyos desde las Instituciones
con el desarrollo de las políticas de
bienestar para revalorizar el sistema
informal de cuidados y una mayor
integración entre lo sanitario y lo
social. Revindican servicios de apoyo
48 Sesenta y más
dientemente de si esa zona es más Al cuidar se produce una empatía entre la persona cuidada y la que la cuida.
industrial o rural, más rica o más
pobre, dio como resultado que en el como centros de día, residencias tem- mera, un hospital de día, ayuda a domi-
59,4 por ciento de los hogares anda- porales, estancias de vacaciones para cilio, ayuda para realizar las tareas
luces vivía una persona que necesita- gente dependiente, alojamiento tem- domésticas o una ayuda económica.
ba ser cuidada y en el 66 por ciento poral en familias de acogida o servi- Ellas quieren seguir cuidando, un 41
de los casos lo hacía la familia y sola- cios “canguro”. Y, por último, unas por ciento dice que le gustaría un cen-
mente en el 31 por ciento eran auto- prestaciones económicas, como un tro donde poder dejar al cuidado unas
cuidado, servicios formales o ayuda subsidio para reconocer el valor del horas al día pero sólo un siete por cien-
contratada. trabajo, una compensación económi- to quiere dejar allí permanentemente a
ca por el abandono de actividad, ayu- su familiar.
El rostro de ese cuidado informal es das para el alojamiento temporal, una
una mujer (91,4%) entre veintiún y cobertura para gastos generales deri- ABUELAS CUIDADORAS
cuarenta y nueve años y sin trabajo vados del cuidado o ventajas fiscales.
remunerado (83,9%). Las tareas funda- El Dr. Antonio Guijarro de la Facul-
mentales son arreglar la casa, llamar al Según percepción de las propias cui- tad de Medicina de Granada ha reali-
médico, ir a la farmacia, fregar los pla- dadoras las ayudas más útiles serían la zado un interesante estudio sobre un
tos, hacer la comida, realizar la higiene visita a domicilio del médico o la enfer-
de la persona cuidada, permitir su
movilización y dar apoyo emocional. El
43 por ciento de estas cuidadoras dedi-
can entre nueve y veinte horas de cada
día al trabajo de cuidar, por lo tanto es
estar disponible permanentemente.
Este cuidado informal hace que
muchas personas puedan seguir vivien-
do en su medio habitual.
La vida de más del 60 por ciento de
esas mujeres ha cambiado radical-
mente, han debido asumir gastos
extras, afecta al tiempo para ellas mis-
mas, a su situación laboral y vida
social, a su intimidad, a su propia
salud e incluso el 20 por ciento han
tenido que cambiar de residencia.
Un 35 por ciento de estas mujeres
perciben que su salud es mala, el 24
por ciento tienen poca satisfacción de
la vida, el 37 por ciento duerme menos
de siete horas y el 57 por ciento toma
medicamentos.
Por todo ello hay que cuidar a
quien cuida. Las cuidadoras necesi-
tan apoyos desde las Instituciones
con el desarrollo de las políticas de
bienestar para revalorizar el sistema
informal de cuidados y una mayor
integración entre lo sanitario y lo
social. Revindican servicios de apoyo
48 Sesenta y más