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ENTREVISTA Miguel Núñez Bello
A los once años escuchaba músi
ca clásica y acariciaba el piano
que le había regalado su padre.
Así ganaba horas al sueño de
ser compositor y músico, aun
que prefiera definirse como un “humanista”.
En la actualidad, Pablo Peláez es coman
dante de Iberia, psicólogo y presidente de
una ONG. Actividades que no le impiden
llevarse la música al trabajo, ya que “siempre
está en la cabeza”, asegura este inquieto
artista que siempre ha querido “conocer
al ser humano para transmitir sensaciones
por medio de la música. Lo que ha surgido
siempre ha sido al lado del piano y por lo
tanto requiere un punto de intimidad y
complicidad con él. Necesito ese espacio de
recogimiento con el piano”. Así surgieron
los primeros poemas sinfónicos de Pablo
Peláez. “La cigüeña blanca”, estrenada en el
Auditorio Nacional de Música de Madrid
en 1998 en el marco del 50º aniversario
de la Declaración de Derechos Humanos
o “Estado de Gracia” y “Nana a mi hijo
Ignacio” del álbum Gotas del Tiempo.
EL TESTIMONIO QUE LE CAMBIÓ LA
VIDA
COMPOSITOR Y MÚSICO Sensible y comprometido con todo lo
Pablo Peláez que le rodea, Pablo estuvo cinco años como
vocal de cultura de la asociación para las
Naciones Unidas en España. Junto a
dos amigos fundó en 1995 una ONG
“La discapacidad es un estímulo (cultura pro naciones unidas) vinculada
a este organismo internacional, pero fue
su amistad con Guillermo Fesser la que
y no una rémora” le cambió la vida.
“Recuerdo que me presentó a Javier
Romañach, una persona con tetraplejia
Pablo Peláez destina todo su talento a una voca- y vinculada al Foro de Vida Independiente.
ción de servicio. Su música se escucha, transmite, Escuchó mi obra, le encantó y pensó que
emociona, pero sobre todo acerca un sentimiento mi trabajo era más universal de lo que me
imaginaba. Era 2008 y se acababa de apro
bar la Convención sobre los Derechos de
personal y un mensaje de esperanza para el colec- las Personas con Discapacidad. Pensó que
tivo de personas con discapacidad. Un día, junto había que dedicárselo a ellos. Me pareció
a su piano, su amigo Guillermo Fesser le habló perfecto, en ese momento entendí que mi
del CERMI. Desde entonces cada poema sinfóni- música tenía un sentido total”.
co ha tenido un reconocimiento solidario. El más
valorado: poner el himno a la Convención de los El testimonio de Javier Romañach –tetra
Derechos Humanos. El más deseado: divulgar los pléjico tras un accidente de tráfico– licen
ciado en Informática, escritor e incansable
soñador de un cambio de mentalidad sobre
el concepto de la discapacidad, le terminó
por cambiar la vida. “Es una persona muy
especial, muy humana, que lucha cada día
derechos de las personas con discapacidad con el por la dignidad y la igualdad de oportuni
“Himno de la Esperanza”, un poema de inten- dades de las personas con discapacidad. Su
ciones y deseos. testimonio te cambia la vida y el concepto
que tienes de ella”.
A90 utonpeorsmoníaal
A los once años escuchaba músi
ca clásica y acariciaba el piano
que le había regalado su padre.
Así ganaba horas al sueño de
ser compositor y músico, aun
que prefiera definirse como un “humanista”.
En la actualidad, Pablo Peláez es coman
dante de Iberia, psicólogo y presidente de
una ONG. Actividades que no le impiden
llevarse la música al trabajo, ya que “siempre
está en la cabeza”, asegura este inquieto
artista que siempre ha querido “conocer
al ser humano para transmitir sensaciones
por medio de la música. Lo que ha surgido
siempre ha sido al lado del piano y por lo
tanto requiere un punto de intimidad y
complicidad con él. Necesito ese espacio de
recogimiento con el piano”. Así surgieron
los primeros poemas sinfónicos de Pablo
Peláez. “La cigüeña blanca”, estrenada en el
Auditorio Nacional de Música de Madrid
en 1998 en el marco del 50º aniversario
de la Declaración de Derechos Humanos
o “Estado de Gracia” y “Nana a mi hijo
Ignacio” del álbum Gotas del Tiempo.
EL TESTIMONIO QUE LE CAMBIÓ LA
VIDA
COMPOSITOR Y MÚSICO Sensible y comprometido con todo lo
Pablo Peláez que le rodea, Pablo estuvo cinco años como
vocal de cultura de la asociación para las
Naciones Unidas en España. Junto a
dos amigos fundó en 1995 una ONG
“La discapacidad es un estímulo (cultura pro naciones unidas) vinculada
a este organismo internacional, pero fue
su amistad con Guillermo Fesser la que
y no una rémora” le cambió la vida.
“Recuerdo que me presentó a Javier
Romañach, una persona con tetraplejia
Pablo Peláez destina todo su talento a una voca- y vinculada al Foro de Vida Independiente.
ción de servicio. Su música se escucha, transmite, Escuchó mi obra, le encantó y pensó que
emociona, pero sobre todo acerca un sentimiento mi trabajo era más universal de lo que me
imaginaba. Era 2008 y se acababa de apro
bar la Convención sobre los Derechos de
personal y un mensaje de esperanza para el colec- las Personas con Discapacidad. Pensó que
tivo de personas con discapacidad. Un día, junto había que dedicárselo a ellos. Me pareció
a su piano, su amigo Guillermo Fesser le habló perfecto, en ese momento entendí que mi
del CERMI. Desde entonces cada poema sinfóni- música tenía un sentido total”.
co ha tenido un reconocimiento solidario. El más
valorado: poner el himno a la Convención de los El testimonio de Javier Romañach –tetra
Derechos Humanos. El más deseado: divulgar los pléjico tras un accidente de tráfico– licen
ciado en Informática, escritor e incansable
soñador de un cambio de mentalidad sobre
el concepto de la discapacidad, le terminó
por cambiar la vida. “Es una persona muy
especial, muy humana, que lucha cada día
derechos de las personas con discapacidad con el por la dignidad y la igualdad de oportuni
“Himno de la Esperanza”, un poema de inten- dades de las personas con discapacidad. Su
ciones y deseos. testimonio te cambia la vida y el concepto
que tienes de ella”.
A90 utonpeorsmoníaal