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Los Profesionales Escriben
PRIMER ENTORNO DE ACOGIDA: ESCUELA INFANTIL
Ana Tena Santova, directora de la Escuela Municipal de Educación Infantil “El
Tamarindo”. Tamarite de Litera (Huesca)
Desde nuestra Escuela Infantil, queremos trasmitir la alegría por poder formar
parte del desarrollo y crianza de Dídac. Este niño, llegó a nuestra escuela este
septiembre con once meses de edad y con una enfermedad rara diagnosticada:
Heteroplasia Ósea Progresiva.
La Escuela Infantil es el primer entorno, fuera de la familia, donde los padres
dejan lo más preciado que tienen, su hijo o hija. Este espacio escolar, construido
por unos entornos y materiales ricos y adecuados a las necesidades de los
pequeños, sería poco sin un equipo humano capaz de sentir y hacer sentir la
riqueza de una escuela: lugar de vida donde la acogida esta cargada de afecto y
respeto.
Este afecto y respeto debe ir unido a una metodología inclusiva que permita el desarrollo de la infancia de
forma individual. Su madurez biológica seguirá un proceso particular, pero debe estar acompañada por un entorno
social que le ofrezca equilibrio para crecer a su propio ritmo.
La escuela acoge todas las diferencias existentes, en el caso de Dídac, conocemos el diagnóstico médico,
pero y la del resto, ¿cuál será? ¿Qué deparará el futuro a cada uno de nuestros alumnos? no podemos saberlo,
pero lo que si sabemos, es la grandeza de la vida presente. Cada uno de nuestros infantes tiene unas cualidades y
realidades dignas de descubrir y acompañar. Si, acompañar sus impulsos o manifestaciones, pero SIEMPRE, con
comprensión y amor.
Ese amor y ese estar al servicio de nuestros niños y niñas, nos engrandece profesionalmente porque
consigue que nos pongamos a su nivel y empaticemos para conectar y desde esa confianza avanzar juntos.
Esta acogida amorosa debe ser consciente y reflexionada, pues, los pequeños nos sienten y perciben por
lo que trasmitimos con nuestro tacto, mirada, sonrisa o tono de voz, para ellos, nuestro lenguaje oral es poco
significativo todavía.
Por lo menos, hasta los tres años, los infantes se desarrollan de forma global y necesitan tener unos
referentes emocionales que les de seguridad para hacer, probar, equivocarse y tener cerca un adulto que sostenga
sin juicios, sin etiquetas su momento evolutivo. Por eso es imprescindible que, como adultos cualificados, sepamos
estar alegres para saber dar valor a lo que tenemos en el presente, sin proyectar el supuesto futuro. Creemos que
esta debe ser la acogida desde la escuela, una acogida amorosa que de felicidad y haga sentir importantes y únicos
a cada uno de nuestras alumnas y alumnos por lo que son en el presente.
El contacto y la acogida con las familias debe ser igual que la de los niños, acompañar, respetar y amar sin
juicios, solo que en este caso el lenguaje oral ya tiene mucho significado y por ello la relación con las familias debe
estar arropada con diálogos llenos de palabras que se unan a los deseos de los padres para trabajar, buscar y
experimentar uniendo y acercando nuestras fuerzas.
Muchas veces no podemos solventar adversidades, pero si que podemos unir y compartir sentimientos
para dar “naturalidad y frescura” a la vida cotidiana que es la que está construyendo el andamiaje de la felicidad.
Newsletter Creer Nº 103 / 6