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Hablaba Virginia Woolf de la
necesidad de asesinar al
“Ángel de la Casa”, a esa
figura amable y protectora
que debía habitar el hogar
como una suerte de guardián
de todo lo bueno, compasivo,
trabajador, puro, un ser
generoso y sacrificado
dispuesto a lo que fuera por la
felicidad familiar.

Mª ANGELES COZAR GUTIERREZ “TAMPOCO
SOMOS ÁNGELES”
Presidenta de la Confederación Andaluza
de Minusválidos (CAMF) TRABAJO INVISIBLE mos estrategias de supervivencia buscan-
do la inclusión en la mayoría siguiendo los
Aspirar a ser ángel del Ese trabajo invisible que durante estereotipos, como tantas veces hemos
hogar no es un pro- siglos hemos venido realizando las muje- oído decir. La verdad es más sencilla que
yecto de vida dema- res y que nunca ha aparecido en los todo eso. Nosotras, ciudadanas de un
siado sugerente. En informes económicos ni en los PIB nacio- país del primer mundo, soportamos un
eso estamos de nales, también se nutre de las tareas que nivel de analfabetismo que ronda el 30%
acuerdo. Sin embargo desarrollan las mujeres con discapacidad. y una tasa de actividad laboral de tan sólo
hay que tener presente que las mujeres Sólo que a éstas últimas ni siquiera les el 20%. Nosotras, no estamos en el hogar,
con discapacidad aún no han podido corresponde el reconocimiento social de no estamos en la oficina, no tenemos
siquiera conquistar aquellos espacios tra- lo que hacen, sencillamente porque no hijos, no somos parlamentarias, no nos
dicionalmente reservados a las mujeres “existen”. casamos... ¿quiénes somos entonces?,
sin discapacidad, sin que esto se entienda ¿dónde estamos?.
como una reivindicación que pretenda Salir a conquistar los espacios públi-
confinar en casa a las mujeres de este cos, ocupar cargos relevantes en la admi- Evidentemente no aspiramos a ser
colectivo. Nada más alejado de nuestro nistración o en la empresa privada, rom- ángeles de la casa. Sólo queremos tener la
propósito. Simplemente es la constata- per esos transparentes techos de cristal posibilidad de elegir, poder optar por una
ción de una realidad que nos puede ser- es también una lucha nuestra, pero sin formación que nos permita acceder a un
vir para entender qué grado de margina- duda aún minoritaria. Quizá esto permi- puesto de trabajo, poder decidir si que-
ción sufrimos las mujeres con ta entender porqué el colectivo de las remos ser madres porque nos apetece,
discapacidad. Los obstáculos para elegir mujeres con discapacidad trabaja por poder presidir una asociación, en una
libremente tener o no un hijo pueden ser resignificar el rol tradicional de las muje- palabra, ser las protagonistas de nuestra
tantos como los que hay que sortear res impregnándolo de contenido eman- propia vida, participar como cualquier
para encontrar un empleo. cipatorio. Para muchas de nosotras ciudadano o ciudadana en la comunidad,
poder optar por tener pareja, ser madres tener acceso al poder. Y el poder en
En el imaginario social las mujeres y vivir libremente nuestra sexualidad es todas las esferas de la vida.
con discapacidad no desarrollamos nin- aún una quimera.
gún rol, no existimos. Este “no ser” ocul- Que el camino por recorrer es arduo
ta la tremenda realidad de miles de muje- PODER DE DECISION lo sabemos, pero ya hemos empezado a
res que permanecen en las casas hacerlo y creo que de una manera irre-
familiares con pocas posibilidades de Sería demasiado simple concluir que versible.Ya no hay marcha atrás.
decidir por sí mismas, realizando aquellas las mujeres con discapacidad desarrolla-
tareas de reproducción que supuesta-
mente no pueden llevar a cabo por no
estar “capacitadas”, viviendo una vida
ausente, para otros, cuidando a hijos aje-
nos, padres enfermos...

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