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Cara a Cara


                                                            “Arte y Cultura como Terapia” constatamos en las
                                                            pruebas de identificación de diferentes emociones
                                                            en  caras,  previas  al  taller,  que  las  emociones  que
                                                            no identifican bien los pacientes son la tristeza y la
                                                            ira. ¿Quiere esto decir que nuestro cerebro olvida
                                                            o quiere olvidar las emociones negativas? Las in-
                                                            vestigaciones lo dirán. También, cuando se puedan
                                                            realizar, las pruebas de neuroimagen es probable
                                                            que lo confirmen.

                                                             Doctora, ¿podemos frenar o detener el Alzheimer
                                                            o sólo conseguimos ganar tiempo retardando el
                                                            deterioro cognitivo?
                                                            En una enfermedad tan compleja, en la que inter-
                                                            vienen tantos factores y de tan diversa índole, como
                                                            ya antes he indicado es muy difícil que la podamos
                                                            curar. La estrategia de la comunidad científica en la
                                                            actualidad es la de retardar la aparición de los sín-
                                                            tomas, a la vez que cuando estos aparecen, tratar
                                                            de que la fases en las que las que el paciente es
                                                            aún independiente duren el mayor tiempo posible.
                                                            En definitiva hacer que la enfermedad sea crónica y
                                                            que el paciente fallezca por otra causa que no sea
                                                            el Alzheimer, tratando así de evitar que llegue a las
                                                            fases últimas de la enfermedad, las más duras para
                                                            él y la familia.

                                                            En una ocasión leí que decía que “la fuerza está
                                                            aquí”, señalando con el dedo índice la frente.
                                                            ¿Conseguir un envejecimiento activo y saludable
                                                            en qué porcentaje depende del cuidado que ha-
                                                            gamos del cerebro?
                                                            Por supuesto. Recogeremos lo que hayamos sem-
                                                            brado en nuestro cerebro. Salvo en los casos en
                                                            que hay una determinación genética, una herencia
                                                            dominante para padecer la enfermedad, muy pocos
                                                            en relación con el resto, (entre un 1% y un 3%), en
                                                            la  gran  mayoría  de  los  pacientes  por  ejemplo  los
                                                            factores vasculares tiene un papel crucial en la ma-
                                                            nifestación de los síntomas. Estos son los que tiene
                                                            relación con la salud de nuestras arterias: coleste-
                                                            rol, hipertensión, diabetes, obesidad, estilo de vida,
                                                            etc. Este supuesto ya fue demostrado por el Dr. Da-
                                                            vid Snowdon en su famoso estudio de la monjas,
                                                            donde vio tras el estudio de los cerebros de las que
            Muchas veces las emociones no necesitan pala-   habían fallecido con Alzheimer, que las monjas con
            bras para expresarse, de hecho el famoso psicólogo   arterioesclerosis tenían en vida más Alzheimer que
            americano Paul Ekman con su extraordinario y vasto   las que aun teniendo lesiones típicas de la enferme-
            trabajo sobre expresión facial de las emociones así   dad no tenían enfermas sus arterias. Estos factores
            lo demuestra.                                   son modificables, por lo tanto en cierta forma el ce-
            Las emociones, o mejor dicho, el proceso de cambio   rebro que tengamos depende de nosotros. También
            de las mismas a lo largo del Alzheimer no es bien   la educación es clave como antes hemos mencio-
            conocido. En uno de nuestros talleres del proyecto   nado, para tener un cerebro bien conectado y pro-


 20        60 y más • mayo 2016                                                                        21
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