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| CARTAS
Junto al Sol, una Palomas A MI QUERIDA CIUDAD
Quise volar, muy lejos
con esa elegancia que tiene el pavo real. Hueles a jota y a ofrenda, a flores, a cabezu-
A tal altura soñaba como un necio, dos, cachirulos y mantones y plegarias en le
con ciertas alas, que nadie puso precio, Templo.
al mismo cielo, quería yo llegar. ¡Mi querida ciudad!
Nada te aparta de mi pensamiento, con nos-
A tanta altura jugaba, con desprecio, talgia te recuerdo y sueño con poder volver,
entre las nubes volvía yo a nacer, para perderme en tus calles.
con la esperanza de ver un mundo nuevo Disfrutar de tus encantos, en un fuerte abrazo
con el delirio de amor, lleno de fuego, unirme con el cierzo y con el Ebro, y entrar a
tan loco y ciego, el cielo quise ver. ver a la Virgen y decirle que la quiero
Sentí morir, en tal mortal caída grave, Mª Jesús Núñez (Zaragoza)
a tanta altura no cabe ya soñar
con frágiles alas no puedes deslizarte,
solo los necios, de tales sueños,
hacen una aventura que no tiene final.
EL PASTOR Y GAÑÁN DE ANTIGUAMENTE
Porqué vivir con tanto sufrimiento
ingrato corazón que llora en vano. No puedo olvidar al pastor de hace años, hombre que de
No mientas al sufrir con tus lamentos, sol a sol y aún de madrugada se levantaba contento para
ni sientas la alegría de otros tiempos ordeñar sus rebaños de objetas y cabras. Un tazón de café
en esos vuelos tuyos, tan lejanos. con leche y una tostada eran el alimento que tomaba hasta
la hora de comer.
Siempre volando, volando hacia el cielo, Salían con sus animales a pastar libremente por cañadas y
alucinando viajaba hacia la aurora veredas en los terrenos de rastrojos y viñas ya cosechadas
con tanta luz surgí de aquel desvelo, sin otro acompañamiento que sus propios perros y una ra-
viendo nacer en mi tantos anhelos dio que colgaba de su cuello. Su cara curtida por el sol, el
al encontrarme, junto al sol, una paloma. viento, el frío y las inclemencias del tiempo no le arredra-
ban pues esperaba ansioso que llegara el sábado para ir a
Perdí altura pero jamás los sueños, ver a su familia.
el dulce vuelo que el alma tanto añora A la madre de sus hijos, durante su larga jornada, le hacía
de las montañas creí sentirme dueño versos que él sin saber leer ni escribir recitaba a sus com-
ante el fracaso dejé guiar el vuelo pañeros y por supuesto a esposa e hijos.
en el olvido, que todo lo perdona. Yo soy un pobre pastor que vivo en la serranía, que quiere
Jamás un ave se posó en las estrellas, a su familia como ninguno querría.
al infinito difícil es llegar A la orillita del rio, yo le canto a mi querer coplillas que
jamás tal ave volando llegó a ellas nadie oye, coplillas que nadie ve.
olvida esos sueños que te queman En Badajoz cierto día, yo te juré gran amor en le altar prin-
y jamás sueñes igual que el pavo real. cipal de una ermita muy preciosa, cerca de la Catedral.
Y en mi caballo andaluz, yendo al paso castellano, tú a la
Ave desconcertada, grupa yo en la cruz del pedestal castellano.
a dónde vuelas, dónde? La gente al verte pasar cubierta con tu mantilla, te cubrían
no dejes tu morada, de mil flores como a Isabel de Castilla.
ni vivas engañada
igual que tantos hombres Ramiro Alvarez-Ugena Guillén
Madridejos (Toledo)
Agustín Humanes Sáez
Alameda de la Sagra (Toledo)
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