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| MAYORES HOY
delante siempre... Que la vida, en A gusto con su independencia –“Hago
realidad, no es más que una calle de siempre lo que quiero”–, Maika afir-
sentido único…”. ma, pese a todo, tener una jornada
muy reglada e intensa cuando poco:
Sin autor favorito “Me levanto más o menos a las siete
de la mañana, para, tras desayunar y
Exceptuando a su madre, la escritora asearme, ponerme a escribir a eso de
Tita Salas, Maika dice no tener un au- las ocho hasta la hora del almuerzo,
tor o autora favoritos por quien decan- que más de una vez estiro sin plani-
tarse de una manera especial respecto ficarlo hasta pasadas las cuatro de la
del resto de escritores… Tampoco de tarde o más. ¡Escribo y escribo casi sin
los estilos, pero sí desliza: “De mi ma- enterarme de por dónde va el reloj ni
dre tengo y guardo una especial que- el mundo!, pero si estoy enfrascada en
rencia por Perfumes de azahar y Toda algún texto que me pide continuar, soy
una mujer, esta última como obra de incapaz de interrumpirlo”.
teatro…”. Por ella no oculta algo más
que la lógica admiración filial: “Ella Con todo, a esta escritora madrileña,
es mi faro, en quien me miro, quien a la que inundan sus libros y recuer-
además de escribir tocaba el piano y dos gráficos por doquier, admite que
me hizo estudiar violín desde muy pe- tiene autores y libros cuya lectura la
queña”. han marcado especialmente: “Me ha amigos o allegados “un párrafo nada
gustado mucho –afirma– Memorias de más” de alguna de sus criaturas…, con
Hija de marino y de escritora, Maika Adriano, de Marguerite Yourcenar, La la misma intensidad y hasta emoción
es la mayor de dos hermanas, pero te- Saga de los Inocentes, de Julia Nava- con las que lo ha escrito:
nía solo 17 años cuando, inesperada- rro, o el mismo Savater, entre los más
mente, su padre le faltó “... mientras recientes; pero quizá el libro que más “Las bombas estallaban alrededor y
estudiaba Filosofía y Letras, aquí en haya podido influirme fuera Los cadá- los oídos les dolían. Cogió a su hijo
la Complutense: siempre aquí. De ahí veres de Callander Square, de Anne de ocho años y a su hija de nueve, les
que, cuando no hubo más remedio, tu- Perry”. puso la ropa de más abrigo y un hatillo
viera que realizar diferentes profesio- y dejó su casa, la que había sido el ho-
nes para ayudar en mi casa, llegados Aunque declara no gar de su marido y de ella durante diez
tiempos tan difíciles”. tener autor favorito, ni años. Ahora no sabía dónde estaba él.
tampoco se decanta por Fue a Macedonia para conseguir algo
Aún así, Maika dice haber ido supe- de comida, y ya hacía varias semanas
rando los obstáculos de antaño e ir en- estilo literario alguno, y no había regresado. Ella sabía que,
contrando su sitio, como el que ahora Maika Aniceto no oculta si él estuviese bien, habría vuelto con
disfruta: “Hablo francés, inglés e ita- su admiración por ellos. Algo le había pasado. Se pusie-
liano…, y si escribir me apasiona, mi Marguerite Yourcenar, ron en camino con destino a Macedo-
hobby es viajar”. Cuenta que adonde Julia Navarro, Savater o la nia…” (Capítulo “De otra raza”, de El
va con más frecuencia es a París (“Allí tejedor de relatos, publicado en 2002).
me conocen por Madame Aniceto”, mismísima Anne Perry
dice entre risas, acentuando su apelli- “Llovía y las huellas de sus pasos se
do al más puro estilo galo), pero que Con sus cuatro libros publicados, doce quedaban marcadas en el barro.
ya de muy joven viajaría son sus pa- aún por editar –“¡Y los que aún han –Mamá, estoy muy cansado.
dres al continente americano e incluso de venir!”–, Maika no oculta el placer –Tenemos que seguir, hijo, antes de
hasta la India. que la acompaña cuando relee a sus que se haga de noche.
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