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| REPORTAJE
la máxima categoría de Parque
Nacional. Recientemente estu-
ve visitando Cabañeros, y mi
mayor felicidad al ver cómo lle-
gaban las migraciones de enor-
mes bandadas de grulla común,
mientras los sonidos de la na-
turaleza seguían marcando los
latidos de este paraíso situado
entre las provincias de Ciudad
Real y Toledo.
En otro viaje, en esta ocasión
por el sur de Soria, siguiendo las
huellas del Cid Campeador por
esa provincia castellanoleonesa,
llegué a una pequeña población
de las Parameras, cuyo alcalde,
Manuel Juver, me recibió con el
mayor agrado; con él y el con-
cejal de Cultura estuve toda la
jornada recorriendo senderos,
castillos, puentes, lugares que
estuvieron vinculados con el
“Cantar de Mio Cid”; también
me llevó a ver las formas de des-
tilación de plantas aromáticas y
silvestres, para hacer preciadas
esencias de perfumes, con la ac-
ción de una caldera de bronce en
medio de los campos de cultivo.
La sorpresa fue que, a media
tarde, un hijo del alcalde vino
hacia nosotros, que estábamos
visitando un castillo, para darle
a su padre una grata noticia: que
el médico le había comunicado
que su madre ya había pasado lo
más grave de una dolorosa en-
fermedad y que ésta ya iniciaba
go, a través de diferentes perso- paraje natural para la humani- el proceso de recuperación; al
nas y entidades ecologistas de dad. Las bombas de los aviones, oír el alcalde la grata noticia, sus
Castilla-La Mancha, Cabañeros como campo de pruebas de tiro, ojos se humedecieron de inmen-
fue respetado, y su espacio na- habrían destrozado, irreversi- sa felicidad. Hasta entonces, su
tural convertido en Parque. Uno blemente, aquel equilibrio de dolor lo había sabido ocultar por
de estos trabajos me valió el me- la biodiversidad. Mis modes- entero, para sí mismo. Compar-
recimiento mundial como me- tos trabajos periodísticos, y los timos luego toda la tarde inmer-
jor periodista del continente, al ecos llegados por el premio, de- sos en una inolvidable atmósfera
serme concedido por el Consejo tuvieron los trámites de dicha de alegría compartida, en casa
de Europa el Premio “Europa declaración de campo de tiro. Y del alcalde, y deseé a su esposa,
Humana”. Sin embargo, no fue cinco años después, Cabañeros que estaba en cama, una plena
aquel preciado galardón lo que fue declarada zona de especial recuperación. Al marcharme,
me llenó de felicidad, sino la di- protección para las aves, y en tras un fuerte abrazo, Manuel
cha de haber contribuido a sal- noviembre de 1995, sus 40.856 me dijo calladamente: "nunca
var el área de Cabañeros, como has de superficie amparadas con he perdido la fe; cada día, cada
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