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Claves para una vida llena de felicidad



                                       PARA TENER EN CUENTA

          La felicidad no es una riqueza eterna; se trata de   piel los placeres de las virtudes de unas aguas ricas
          momentos cortos de nuestra existencia, que debe-  en minerales; el placer de contemplar la sereni-
          mos valorar en lo posible con todas nuestras fuer-  dad de un lago, rodeado por bosques y agradables
          zas, con tal de eternizar al máximo su permanencia   montañas; practicar deportes acuáticos en playas
          en nuestro ser; al tiempo que intentamos de olvidar   de calas de la Costa Brava; contemplar cascadas y
          los malos ratos, los desengaños, las frustraciones;
          y también los rencores, para allanar el camino a la   saltos naturales de ríos de montaña, en la comarca
          dicha, al amor y a la felicidad compartida con los   turolense del Matarraña; cultivar flores en el jardín
          demás. Sí, porque la felicidad de uno mismo es algo   de casa; degustar un jamón ibérico, de los diferentes
          egoísta; debemos de saber compartir con las perso-  Consejos Reguladores de nuestro país; la práctica
          nas de nuestro entorno estos momentos gratos.    de la pesca en lagos de alta montaña del Pirineo de

          Pensar que si se cierra una puerta, también se   Huesca; admirar el equilibrio espacial de un jardín;
          abren algunas ventanas; con ello, quiero recordar la   acudir en romería a un santuario, para dar gracias
          importancia de mantener un sentido abierto, dialo-  al Altísimo por un milagro llevado a cabo en un
          gante y positivo, para superar mejor los golpes que   miembro de la propia familia, en este caso la fe lleva
          recibamos de la adversidad.                      a la felicidad; practicar excursionismo en compañía
          El placer de la vida encuentra numerosas formas de   de familiares y amigos, en parajes de gran belleza;
          expresarse y se traducen en felicidad; pero, como   compartir momentos familiares haciendo traba-
          hemos dicho antes, cada uno tiene sus barómetros   jos cotidianos, nos hace más humanos y felices…;
          que le llevan a alcanzar ese grado de equilibrio   todas estas actividades, por sencillas o naturales que
          emocional que le hace feliz; por ejemplo: compartir   parezcan, porque forman parte de nuestros hábitos
          con familiares y amigos una excursión en tren por
          un trazado de cremallera de alta montaña; el placer   normales de relación familiar, nos llevan a un grado
          de haber sabido conseguir un buen vino, a partir   de felicidad, porque la felicidad no hay que buscarla
          de variedades autóctonas de unos viñedos propios;   en las grandes cosas, sino en los instantes de la vida
          sumergirse en una piscina termal, recibiendo en la   cotidiana…



        asomó la cabeza. “No tardo en     horno de tradición moruna, con     Cabañeros, uno de los espacios
        bajar, Jesús”, me dijo de inme-   aromas a panes recién hechos y     naturales más importantes de la
        diato. Gracias; respondí, ante mi   a harina, a aceite y a miel, me   biodiversidad de nuestro país,
        mayor asombro. ¡Me había re-      hicieron el hombre más feliz       estaba a punto de ser convertida
        conocido; después de diez años    del mundo. Y entonces recordé      en zona de tiro de la aviación, y
        sin vernos! Al reencontrarnos en   la frase de Enrique Jardiel Pon-  con ello la destrucción de su am-
        la puerta, nos dimos un fuerte    cela: “Ser feliz es no cambiar”.   plia riqueza ecológica. A la ma-
        abrazo. Enseguida, con una lla-   Sí, porque, a pesar del tiempo     ñana  siguiente,  bien  temprano,
        ve de hierro muy antigua, abrió   transcurrido, María Luisa no       me puse en marcha hacia Caba-
        el horno expresamente para ob-    tardó un instante en recordar-     ñeros, acompañado por uno de
        sequiarme  una  exquisita  torta   me, incluso me llamó por mi       los guardas forestales del lugar.
        de aceite que había elaborado     nombre y se acordaba también       Quedé extasiado al contemplar
        aquella misma mañana; recordó     de mi debilidad por uno de sus     tanto equilibrio biológico, tan-
        también cuánto me gustaba esa     preciados dulces.                  ta riqueza botánica y variedad
        especialidad de su obrador, a la                                     de especies faunísticas. Hice in-
        que yo le había dedicado algún    En otra ocasión, estando en        finidad de fotografías, y escribí
        trabajo  periodístico.  Pero  ella,   la localidad manchega de Val-  grandes reportajes sobre la nece-
        María Luisa, no se había olvi-    depeñas, para escribir algunos     sidad de preservar aquel paraí-
        dado en absoluto de mí. Esos      trabajos  periodísticos,  al  entre-  so. Gracias a aquellos trabajos,
        momentos con la panadera, en      vistarme en la emisora local, me   que, en la primavera de 1983,
        aquel sagrado escenario de un     comunicaron que las dehesas de     llegaron a Bruselas y Estrasbur-

                                                                                        Más información  11
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