Page 48 - ses293

Cromoterapia
Los colores en nuestro entorno cotidiano
Cada persona, de alguna manera, está asociada
a un color concreto, que la caracteriza de los
demás. Por ello, llegar a conocer esa tonalidad
–el color en la imagen personal- será sinónimo
de un éxito indiscutible, el cual dependerá de
tres factores: en primer lugar, que ese color
sienta bien a la persona, armonizando con sus
tonos naturales (ojos, piel, cabello); después,
es preciso estudiar la diferente carga simbólica
de los colores en nuestra cultura, así como
el conocimiento de la psicología del color, y
el tercer factor a destacar es que ese color
establezca una estrecha relación con nuestra
persona, rechazando aquella tonalidad que, por
el contrario, produzca una aversión directa a
nuestra felicidad.
La profesora Núria Chillón Carranza, resume
muy bien este concepto: “Los diferentes colores
producen sensaciones y emociones en quienes los
perciben, afectando incluso al estado de ánimo”.
Por ello, el color, desde tiempos ancestrales,
ha formado parte inherente de nuestra cultura,
y cada tonalidad la asociamos con una carga
0 051.indd
los orígenes y tendencias de los
acontecimientos.
El rojo es el color de la sangre
palpitante y del fuego; es el color
de los sentidos vivos y ardientes.
El verde es el color de las plan-
tas terrestres, el más abundante
en nuestro planeta; representa
la función perceptiva; pero tam-
bién es el color de la muerte, livi-
dez extrema; por ello, el verde es
transmisión y puente entre el ne-
gro (ser mineral) y el rojo (sangre,
vida animal). Este fue el color ele-
gido por la Inquisición.
simbólica a consecuencia del uso que de los
colores hace cada civilización.
En nuestra vida cotidiana, tanto en la decoración de
nuestra vivienda, como en los colores que adoptemos
en la ropa de vestir, estamos transmitiendo unos
sentimientos, unos valores y unas emociones;
también el espacio laboral nos traslada la fuerza de
sus mensajes cromáticos, que, al igual que los datos
anteriores, influyen en nuestro estado de ánimo.
Pero cada persona tiene unos baremos y unas
connotaciones que influyen en la elección que ella
misma haga de su vida en torno a la coloración que
prefiera; por ello, cuando escogemos una tonalidad
para un día en concreto, desde una modesta corbata
o pañuelo del cuello, a un traje o vestido, estamos
influyendo en nuestra propia percepción de un estado
ánimo que gravitará poderosamente en los logros que
alcancemos en esa jornada y, lo más importante, en
nuestra propia felicidad. Por lo tanto, cada persona
debe saber elegir sus mejores tonalidades, según el
momento, y también el gozo de lograr esa plenitud
que ansía y que la mayor parte de la sociedad sueña
con alcanzar.
Más información 49
20/07/10 15:2