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Asociación de Artesanos del Eume. Unidos para rescatar del olvido oficios autóctonos

                                                                              preocupado de encargar su cons-
                                                                              trucción a los escasísimos artesanos
                                                                              que conocen estas piezas, algunos
                                                                              de los cuales ya han desaparecido
                                                                              por lo que ahora sus utensilios son
                                                                              verdaderas piezas de museo. Pero
                                                                              sin duda, uno de los más valiosos
                                                                              para ella es el telar que su hermano
                                                                              le construyó el año pasado. “Es ca-
                                                                              mionero –puntualiza– pero le gusta
                                                                              contribuir en lo que puede para que
                                                                              este o cio no muera”. Y es que la
                                                                              vehemencia con que Fina de ende
                                                                              “algo tan nuestro” contagia a sus
                                                                              allegados que apoyan sin reservas
                                                                              su labor.


                                                                              Su casa está llena de tapices, cua-
                                                                              dros, cestas con madejas esperando
                                                                              ser usadas y hasta un pequeño cuar-
                                                                              to, en el que, como si de un museo
                                                                              se tratara, se guardan, pulcramente
                                                                              ordenados, muchos de los trabajos
                                                                              realizados por esta infatigable ar-
                                                                              tesana que está dispuesta a enseñar
                                                                              el o cio a quien lo quiera aprender
                                                                              para evitar su desaparición. Ésta
                                                                              es una de las grandes ilusiones que
          emigración en Alemania, decidió   crió y le enseñó todos los secretos   alberga esta hilandera a la que sus
          que no quería perderse ni un deta-  del tratamiento de la lana. No es de   vecinos suelen ver dando largos pa-
          lle en la vida de sus cuatro hijos y   extrañar pues, que lo primero que   seos por el monte con la sola com-
          cambió la divisa germana por un   nos enseñe Fina al recibirnos sean   pañía de su perro mientras lleva el
          trabajo en el ayuntamiento de San   sus ovejas. “Ahora sólo tengo cinco   huso en una mano y un puñado de
          Sadurniño, al que pertenece su al-  –dice– pero los vecinos siempre me   lana en la otra, ¡no sabes cómo me
          dea. Su sueldo de limpiadora no   ofrecen su lana cuando rapan a las   relaja! –dice.
          daba para mucho pero ayudaba a    suyas, así que tengo su ciente para
          la economía familiar y le permitía   tejer”.                        Fina Casal está dispuesta a hacer
          seguir cultivando la a ción que                                     lo que esté en su mano para desper-
          guarda desde la niñez: hilar lana de   Explica que el tratamiento de la   tar el interés por este o cio y sal-
          oveja.                            lana, igual que el lino, es largo y la-  var así del olvido a los hiladores de
                                            borioso hasta llegar al ovillo. Des-  lana y lino. “Lo primero sería que
          Tras sufrir siete ictus cerebrales,   pués del rapado del animal, hay   la Xunta de Galicia admitiera este
          Fina se jubiló anticipadamente    que lavar la lana y abrirla, se carda   nombre, porque sólo me reconocen
          y desde entonces dedica todo el   bien y se hila con el huso juntando   como tejedora y no es exactamente
          tiempo que puede a este arte que le   dos  mazarocas; después se tuer-  eso, y también que alguien quisiera
          inculcó su abuela, la persona que la   ce con la parafusa y de ahí pasa a   aprender a trabajar la lana y el lino
                                            otro aparato llamado sarillo donde   para que continúe en la memoria
          Los artesanos hacen               se hace la madeja. En este punto   colectiva un o cio que quitó mucho
          demostraciones en vivo            es cuando se somete al proceso de   frío aquí en Galicia. Los zuecos y las
                                            teñido y una vez seco, en la devana-
                                                                              chaquetas o toquillas de lana eran
          al público en ferias y            dera se hace el ovillo con lo que ya   las únicas prendas que antiguamente
          exposiciones para dar a           está lista para tejer.            protegían a la gente del pueblo. Los
          conocer su oficio y evitar         Fina tiene todos los instrumentos   zoqueiros ya han desaparecido y se-
                                                                              ría una pena que también se pierdan
          así su extinción                  necesarios para el proceso. Se ha   las hilanderas”.


                                                                                               Más activos 45



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