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Lady González, a la búsqueda de un editor
embarazaba de una niña, crían a
los niños como hermanos, pero
ellos terminan enamorándose y
casándose al descubrir que no
lo son. Otros títulos son Casual
reencuentro (1990) y El desquite
compuesto por 18 relatos breves
escritos en un taller de escritura. porque cuando comenzó a leer
– Aunque lo ha intentado no ha
conseguido que ningún editor le
publique.
La primera y única novela que
me han publicado ha sido Cris-
tina (1999), una coedición con
la editorial Vulcano, que me
propuso editar 500 ejemplares
y, cuando estaban impresas, me
comunicaron que habían tenido
problemas con el distribuidor y
me las enviaron a mi casa para
que fuera yo la que buscara la
manera de darles salida. Reco-
rrí varias librerías pero me in- porta ni la fama ni el dinero, sino
formaron que sólo compraban
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a través de distribuidor. Busqué
agentes literarios y tampoco y a
los editores que me he dirigido
me han contestado que tienen
muchas obras para leer. En fi n
que no hay forma. Esta novela
se la he dedicado a una cuñada
Olvidar el pasado me dijo: Lady
¿porque no sigues escribiendo?,
¡como me gusta! , me dio aliento
para continuar.
– Piensa seguir escribiendo.
Creo que no. Las primeras no-
velas las escribí con máquina de
escribir y luego utilicé el ordena- años a los talleres de memoria,
dor, pero lo he dejado porque es- porque noté que perdía memoria
tar sentada me viene mal y tengo
que mirar por mi salud. Mi ma-
yor ilusión sería ver publicada
alguna de mis novelas no por mí,
porque me da igual, no me im-
por si puedo aportar algo.
Cuando me jubilé me
dediqué con verdadera
pasión a la escritura,
recuerdo que mi esposo
me decía: ¡lo tuyo con la
escritura es vicio!”
– Qué hace en su vida diaria.
Soy muy rápida en todo, por las
mañanas me levanto a las siete
y me tumbo en una camilla de
masaje, que me va muy bien. He
logrado corregir la desviación de
columna y mejorar las vértebras
que tenía aplastadas. Me ha dado
la vida. Después hago mis tareas
domésticas y voy desde hace 4
y me asusté, aunque el médico
me dijo que no me preocupara.
También voy a risoterapia paseo
y visito las librerías y viajo a los
balnearios. He participado en los
talleres de escritura de los cen-
tros culturales, en los que escri-
bí casi todos los relatos que he
recopilado en un tomo. Cuando
me jubilé me dediqué con ver-
dadera pasión a la escritura, re-
cuerdo que mi esposo me decía:
¡lo tuyo con la escritura es vicio!
Lo cierto es que aunque me pese
no poder dar a conocer mis no-
velas, al menos mi dedicación a
la escritura, me ha servido para
sobreponerme a la depresión que
sufrí por la enfermedad de mi es-
poso. No pienso irme a casa de
mis hijos, porque aunque mi ma-
rido era muy bueno ya me mane-
jó bastante, y no quiero que nadie
me diga nada. Por eso, pensando
más bien pensando en el futu-
ro, he solicitado una residencia.
Quiero ser independiente y libre y
hacer con mi vida lo que quiero.
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